Madagascar es uno de los destinos fotográficos más deseados. Esa luz tan especial del continente africano unida a la fauna y a unos paisajes que todavía no han sido destrozados por el turismo masivo hacen de esta isla un auténtico paraíso.
Sobre todo para los visitantes, porque desgraciadamente estamos hablando de uno de los países más pobres del planeta. Así que llegar allí ignorando dónde estamos, sacar nuestras fotos, gastarse un dineral en un viaje fotográfico que rara vez repercute en la comunidad local y volver con unas cuantas postales espectaculares no nos parecía un plan muy atractivo.

¿Alguna idea para hacer algo diferente? Aprovechar el viaje para descubrir la labor que hacen organizaciones como Yamuna. Por allí estuvimos durante una semana, más centrados en conocer esa parte del país que muchos turistas se saltan que en visitar los lugares más espectaculares de Madagascar. Desgraciadamente no hubo tiempo para todo, y había qué elegir.
Y para esta aventura apostamos por una cámara que cuando se presentó hace unos meses ya apuntaba directamente a la fotografía de viaje y de naturaleza: la Panasonic Lumix G9.
Resistente al agua -menos mal, porque unas cuantas tormentas nos cayeron- con un tamaño y peso muy contenidos que nuestra espalda agradeció, y un sistema de enfoque y ráfaga a prueba de lemures nerviosos, junto al cuerpo de la cámara y el zoom 12-60 mm f2.8-4 también aprovechamos la ocasión para estrenar el espectacular Leica 200 mm f2.8.
Un teleobjetivo con una focal equivalente a 400 milímetros en paso universal que, según pudimos comprobar sobre el terreno, cuenta con dos buenos argumentos: una calidad de imagen excepcional y un tamaño que permite llevarlo siempre encima y disparar a pulso con él.
En el vídeo os contamos todas nuestras aventuras y desventuras de esta intensa semana por Madagascar. Concretamente en Vontovorona, un pequeño pueblo cerca de Antananarivo, la capital malgache. Cerca entre comillas, porque en Madagascar cualquier distancia suele suponer bastantes horas de coche.
Es allí donde Yamuna tiene una de sus casas de acogida y gestiona varios proyectos: una escuela una guardería, una cooperativa de mujeres artesanas… Un trabajo con la comunidad local que se centra sobre todo en la protección de los más pequeños y de las mujeres.
También es aquí donde se instalan los viajeros que se apuntan a las «vacaciones solidarias» que ofrece esta ONGD. Además de unos días conociendo los proyectos locales, también se pueden organizar talleres y excursiones a otras zonas.
Todo ello con la seguridad -ahora sí- de que el dinero invertido repercute directamente en la comunidad local y no va a los bolsillos de intermediarios que cobran precios europeos pero pagan sueldos de Madagascar.
Una buena oportunidad para convertir un viaje y una aventura fotográfica en algo más.
Este viaje ha sido posible gracias a la ayuda de Panasonic. El importe íntegro pactado entre Panasonic (que también ha cedido diversos equipos a la ONG Yamuna) y Photolari ha sido utilizado para cubrir los gastos del viaje, y el resto será donado a esta misma organización.
Es difícil explicaros lo mucho que he disfrutado viendo el vídeo. Muchísimas gracias, colegas.
Buen vídeo. La Panasonic va de lujo, aunque personalmente me da la sensación de que algunas quedan muy ensombrecidas. Pero buenas fotos. Con esa luz de tonos cálidos tan bonita es difícil que salgan mal ¿eh?
Lo mejor de todo es el motivo que le ha llevado a Álvaro allí. Ser padre te cambia la vida, y aunque en momentos se puede hacer duro, es una experiencia única.
Excelente vídeo y excelentes fotos. Enhorabuena a los dos.
+1
La tercera foto es de concurso.
¡Envidia de vida, oiga! Gracias por el reportaje.
mi enhorabuena, por todo en general
Estupendo vídeo y fotos, pero por tocar un poco las narices… Para qué ese mochilón con un equipo ligero como ese? :p
Saludos.
Llevábamos también equipo de grabación (GH5 con sus ópticas) los micros, baterías, portátil… No soy muy de mochilas grandes, pero en este caso iba bastante cargado y con un vuelo de por medio, con lo que tenía que llevar todo ese material conmigo 😉
Ok, gracias por la respuesta.
Pensar que unos tanto y otros tan poco. En definitiva que ojos serios los de los niños. Una mirada seria y triste la mayoría.
Bonito vídeo y preciosas fotos.
Muchas gracias por compartirlos.
Muy buen trabajo y muy didáctico. Tanto el video como las fotos han hecho que viese vuestra experiencia como si estuviese allí. Gracias
Buen reportaje. Alucinante lo que hace el artesano de las maquetas con tan pocos recursos. Si la isla no está masificada de turistas en parte es una suerte, debe ser de los pocos lugares que quedan por masificar.
¿No es muy arriesgado caminar por esos lugares con sandalias, exponiendo los pies a picaduras peligrosas? Es lo primero que me ha venido a la mente viendo el vídeo.
Por lo demás, me gustaría que me dierais vuestra opinión. Tengo la impresión de que Panasonic-Lumix va un pasito por delante de Olympus en el formato micro 4/3. ¿Qué opináis? Cuál es, en vuestra opinión y experiencia, la mejor solución «combo» fotografía-vídeo? ¿Lumix GH5, GH5s, G9? ¿Alguna otra? ¿Creéis que, visto lo visto, habría merecido la pena, comparativamente, una opción réflex para afrontar el mismo reportaje, por ejemplo? Es fácil imaginar el tamaño y peso del canuto réflex para igualar esa focal y el conjunto tamaño-peso con la cámara y me gustaría mucho que os mojarais en cuanto al eterno debate en los foros entre la calidad de resultados de una réflex frente a una cámara como esta Lumix G9 (o la GH5). Puedo entender, en la fotografía deportiva, el uso de esos tremendos cañones en las réflex, pero no lo entiendo tanto cuando veo a los profesionales armados con esos cañones para cubrir recepciones, ruedas de prensa y otros eventos de «corto recorrido». Sin embargo, no hay color cuando se trata de fotografía de naturaleza, del conocido «pajareo», en la que los sistemas de sensor menor adquieren una notable ventaja, tanto en portabilidad como, evidentemente, en focales largas. ¿Qué opináis?