Lo confesamos, las EOS M no nos emocionan demasiado. Pero las cifras de ventas evidencias que nuestras manías no siempre coinciden con las de la mayoría, porque estas sin espejo APS-C suelen arrasar en los escaparates.
Son pequeñas, resultonas, andan bien de precio y de prestaciones, justo lo que busca mucha gente que no quiere complicarse y a la que las discusiones sobre futuros de monturas o sistemas le dan igual.
Aclarado este punto, lo cierto es que la M50 Mark II cumple todos los requisitos para no hacerle mucho caso. Llegó meses más tarde que al mercado americano y, además, en vez de ser la potente renovación que los rumores anunciaron terminó por incluir cuatro novedades contadas respecto al modelo original.
Pero como nos habéis preguntado por ella y aquí se prueba tanto lo que a priori nos emociona como lo que nos parece un poco aburrido, hemos pasado un par de semanas trasteando con esta Canon M50 Mark II. Y en versión de color blanco, además.
Planteada por la compañía como una cámara para «creadores» que necesitan algo más que un móvil -lo dicen ellos, no nosotros- en el vídeo os contamos nuestras impresiones y si merece o no la pena.
Aquí, como siempre, un breve resumen y unas cuantas fotografías de muestra que hemos hecho con esta cámara y el zoom 15-45 mm f3.5-6.3 que la acompaña.
Las novedades
Es verdad que una compañía no es responsable de cumplir las altas expectativa que a veces dictan los rumores. También es cierto que esta M50 Mark II se quedó tan corta que algunos aseguran que prácticamente podría haberse solventado el tema con una actualización de firmware.
Por resumir: el diseño es idéntico, el sensor es el mismo que el de la primera generación (APS-C 24 megapíxeles), exactamente las mismas prestaciones de vídeo con su 4K recortado…
¿Qué es nuevo? Hay mejoras en el enfoque, sobre todo en lo que respecta al tema del seguimiento y detección de ojo en foto y vídeo, ahora se puede grabar en vertical -ejem- y se añaden interesantes funciones relacionadas con el streaming y la emisión en directo en Youtube y compañía.
Y poco más. Vaya, que el 90% de lo dicho en su momento sobre la EOS M50 es aplicable ahora a esta nueva versión.
Incluido un diseño realmente ligero pero que la verdad entre las manos resulta muy cómodo. La versión blanca no es especialmente discreta, claro, pero eso tiene fácil remedio. Tenemos visor electrónico, pantalla articulada y un buen control táctil que puede suplir la falta de un segundo dial de control o de más accesos directos.
Calidad y enfoque
Tres cuartos de lo mismo respecto a la calidad que ofrece esta modesta sin espejo. El sensor es de sobra conocido, así que lo que marcará la diferencia será la óptica usada. En nuestro caso, al zoom de serio no cabe exigirle mucho aunque lo cierto es que ese milímetros de más en angular nos ha parecido ser un punto a favor en foto de calle.
Pero que no haya novedades no significa que no haya unos resultados realmente buenos en cuanto a detalle, color y, en general, unas imágenes que lucen muy bien directas de cámara. No es ni el mejor ni el último sensor, pero tampoco presume de ello y en este caso las expectativas moderadas juegan a su favor.
Es verdad que es un sistema con una oferta de ópticas muy moderada (8 ofrece Canon) y que no parece que esté en los planes a corto plazo de los grandes fabricantes externos más allá de los tres Sigma DG DN para esta bayoneta.
Tampoco hay que olvidar los eternos rumores sobre una EOS R con sensor APS-C, lo que significaría prácticamente el fin de esta gama EOS-M.
Todo eso es cierto y hay que tenerlo en cuenta. Pero tampoco sería justo olvidar que quien se compra una M50 Mark II tampoco va buscando una gama de objetivos amplísima y con este zoom y un 32 mm f1.4 tendrá más que suficiente.
Respecto al enfoque, la verdad es que no teníamos muchas quejas de la primera generación. Pero, sin entrar en comparaciones, esta M50 Mark II es rápida, precisa y cumple con lo prometido en tema de detección y seguimiento de ojo.
¿En foto y en vídeo? Sí y no, porque de nuevo la grabación en 4K no sólo supone asumir un recorte de 1,5 en la focal (nuestro 15mm se convierte en un 36 milímetros, muy justo para grabarse en modo Vlog) sino también porque hay que renunciar al enfoque con sistema Dual Pixel.
¿Merece la pena?
Esperar lo justo de una cámara tiene sus ventajas. A poco que cumpla, uno acaba razonablemente satisfecho con ella y con ganas de recomendarla a los que busquen una cámara pequeña, de calidad y sin complicaciones.
A partir de ahí, nos podemos quejar un poco. No tanto por la falta de novedades, sino porque Canon insiste en plantear esta cámara como la opción ideal para vídeo y foto, pasando por algo que no corrige las carencias de la grabación 4K de su predecesora.
De hecho, quien tenga una Canon EOS M50 encontrará poquísimos motivos para actualizarse. Es más, teniendo en cuenta que el primer modelo cuesta 600 euros frente a los 750 de esta, no es mala idea plantearse comprar el modelo anterior.
Incluso podríamos echar un vistazo a la Canon EOS 250D, idéntica en calidad de imagen, pero con visor óptico y más batería. También menos ráfaga. Pero por si alguien prefiere las SLR clásicas, esa de Canon es siempre una opción a valorar.
Fuera ya del mundo canonista, lo cierto es que por esos 750 euros hay mucha y buena competencia. La Nikon Z 50 sería la más evidente. Una cámara más seria, con un sensor mejor, un sistema con más recorrido. Es verdad que para vídeo no es la bomba, pero quienes piensen sólo en foto tal vez puede merecer la pena pagar unos 100 euros más.
No es la única alternativa. Un vistazo rápido al mercado nos lleva a soñar la olvidada Fujifilm X-T200, la veterana Panasonic G80 -el enfoque está lejos de esta Canon, pero tenemos 4K sin recorte por menos dinero- , la Sony A6400 que, eso sí, se va un poco más de presupuesto o la reciente E-M10 IV de Olympus.
Pero quienes le hayan echado el ojo a esta Canon M50 Mark II y tengan muy claro lo que están comprando y las posibles limitaciones del sistema estamos convencidos de que no se sentirán decepcionados. Ofrece casi todo lo que promete y muchas veces eso es lo único que hay que pedirle a una cámara.
Es evidente que varios compartimos el poco entusiasmo de Iker a la hora de estos refritos que solo vende la marca por llamarse Canon, definitivamente es un montura que nunca tuvo que existir, le veo tirón comercial a dividir monturas por tamaño de sensor.
*no le veo tirón comercial
Me ha hecho gracia que al compararla con la Canon EOS 250D digáis eso de «visor óptico» y «SLR clásica» solo para no decir «réflex», un poco lo de ese hombre del que usted me habla.