Si las fiestas navideñas son algo así como «el día de la marmota» -con sus tradiciones y sus frases repetidas año tras año- hay ciertos temas del mundillo fotográfico que son también de lo más recurrentes y repetitivos. El robo de imágenes y esa absurda idea de que las fotografías son gratis es, sin duda, la joya de la corona.

Uno de esos temas que, desgraciadamente, nunca caducan.Da igual el año que pongamos aquí porque si hay algo seguro es que en 2020 seguiremos hablando de lo mismo. Es caso es que en 2015 -cuando estos párrafos fueron escritos para un medio que ya no existe- o ahora en 2017 es posible decir exactamente lo mismo sin que haya caducado. Es más, posiblemente haya empeorado.

Y que tengamos que seguir con este tema sobre la mesa es posiblemente la mejor prueba del respeto que se le tiene a la fotografía y a la profesión. Y no es el típico lamento de ese fotógrafo mal pagado o recién reconvertido en falso autónomo –un saludo a vuestra familia, empresarios y emprendedores-, sino algo bastante más triste que trasciende de lo meramente laboral.

Somos capaces de enviar cámaras a hacer fotos a Marte, tenemos relojes inteligentes, gafas de realidad virtual e incluso somos tan modernos que tapamos los botones de las cámaras para que nada perturbe nuestro arte.

Hablamos de posfotografía, de la profundidad de color y el alma de los RAW, de la deontología del fotoperiodismo y de si el palo de selfies debería o no ser considerado arma de destrucción masiva. Sin embargo entender algo tan simple como que las fotos no son gratis se ve que no estaba en el guion para este siglo.

Es un debate tan cansino que ni siquiera hay debate posible. ¿Puedo coger esa foto y usarla? No. O mejor dicho: ante la duda, la respuesta es un no en mayúsculas. En algunos casos es posible que se pueda, que el autor te dé permiso, que la licencia con la que ha sido compartida una imagen lo permita… Pero si no sabes si puedes o no usar esa foto para tu negocio, posiblemente la respuesta es no.

Pero si la gente comparte las fotos es para eso, repite desde hace décadas algún iluminado. En realidad no, y si te pararas un minuto a pensarlo y aplicaras sentido común, sabrías que ese razonamiento no se sostiene por ningún lado. Mostrar tu trabajo no es regalarlo. Compartirlo no es darte un cheque en blanco para que hagas negocio con él. ¿Verdad que es fácil de entender?

Porque ahí está muchas veces la clave. Si te descargas e imprimes esa foto del vecino del cuarto o de Ansel Adams para ponerla de fondo de escritorio o en tu mesilla de noche, no es que no pase nada (igual tampoco se puede), pero, entre tú y yo, nadie se va a enterar.

El problema es cuando alguien pretende ganar dinero a costa de las fotos de los demás. Da igual que sea un periódico que pide fotos gratis –pagar una miseria es casi peor que gratis, por cierto-, los que ofrecen prestigio a cambio de trabajo o si eres un artista que usas fotos ajenas de Instagram para crear tus conceptos que luego venderás a cuatro coleccionistas siempre atentos a la última tendencia idiota. Está feo, no se puede y ojalá pilles con un fotógrafo con mala leche, tiempo libre y un abogado para que te cruja.

La gente puede hacerlo en su casa, nos explicaban los creadores de una polémica máquina pensada para que cualquiera puede imprimirse una foto de Instagram al instante. Cierto. Pero es el negocio que hay detrás lo que convierte algo que cualquiera puede hacer en su casa en una broma de mal gusto para los autores de las imágenes.

¿Verdad que con una foto de Magnum –por poner un ejemplo conocido- no os atreveríais? Y sabemos de lo que hablamos porque aquí todos estamos expuestos a meter la pata y recibir una llamada que cuestiona el uso de unas imágenes, por mucho que intentemos explicar lo del derecho a cita.

Ojalá algún día cale hondo la idea de que las fotos, como cualquier otra creación, hay que pagarlas. Aunque seas un circo y consideres que con dejarte entrar a fotografiar ya estás haciéndolo un gran favor al fotógrafo de turno y tienes luego derecho a pedirle las imágenes.

Siempre queda la duda de si todo esto ocurre por simple desconocimiento o se trata del muy habitual desprecio por el trabajo ajeno. Aunque puede que todo sea mucho más sencillo. Claro que lo entienden perfectamente, pero es más fácil y rentable situarse en el “si cuela, cuela”. Es que yo no sabía nada, señoría. ¡Pues haber estudiado!

32 COMENTARIOS

  1. El «si cuela, cuela» está en la fibra de la sociedad. Es un tema educación… dificil que cambie rápido, dos generciones le doy y tal vez me quedo corta. Por eso hay que insistir con artículos como éste, aquí y en otros medios… De la gente grande se puede esperar poco, hay que apuntar a los adolescentes y jóvenes, ahi está el futuro.

    Amigos de Photolari. Feliz año 2017 para ustedes!!!!

  2. Habria que preguntarse ¿Alguien se ha hecho rico por utilizar fotos ajenas? De aqui a un par de años cualquiera tendra los conocimientos para no recurrir a fotos ajenas para X propositos.
    Por lo demas el grafico es tan complicado como un arbol genealogico .
    Hace unos años creo que salio el caso con juicio de un fotografo que llevo a juicio ya que su tostada con aceite habia sido utilizada etc etc y el juez si no recuerdo mal llego a la conclusion que esa foto no tenia nada de especial asi que volvemos a lo basico si no quieres que tus fotos sean utlizadas no la subas a internet o que sean tan personales que no entren en una mayoria que tiene imagenes para un stock fotografico y anda reclamando autoria artesanal y el panadero sacara su movil fotografiara ese bonito merengue le buscara un filtro para potenciar su color etc etc y dudo que se vuelva a un tiempo pasado en donde una portada del Times salia para el fotografo 3000 dolares y hace un par de años esa portada salia por 30 dolares y no hablemos del esfuerzo del fotografo que hizo la tostada fotometros paraguas pantallas flashes tripode calculos dificilisimos y como estoy generalizando habra casos mas complicados pero de momento nadie ha expropiado la obra de un fotografo.

  3. Sermón reivindicativo y Peronista (léase: demagógico) apropiado para un auditorio de contadores de píxeles no demasiado informado. Hace décadas que las nociones de “obra” y “autor” están en entredicho (Eco, Foucault, Barthes), y ello es especialmente significativo en fotografía (Sherrie Levine, Richard Prince, el mismísimo Fontcuberta, etc…) Hay que leer más porque menos no se puede; recomiendo la entrada de la Santa Wiki sobre apropiacionismo.

    Cada nuevo uso supone una reinterpretación y por tanto un nuevo sentido no previsto por el “autor” original. Si la Sociedad o el Mercado están dispuestos a pagar por ese nuevo significado es señal de que el “debate” sobre esas nociones decimonónicas está caduco. Esto era así en 2015, lo es en 2017, y volver a insistir en 2020 no cambiará las cosas.

    Que ninguno de los mencionados haya sido jamás demandado con éxito prueba el indocumentalismo de los que recurren a la presunta fuerza de ley para justificar sus postulados. Argumentario más propio de 1839 que del XXI, pero que se repite una y otra vez con la intención (frustrada) de alimentar un “debate” (y algún blog de medio pelo) que está cerrado hace lustros, y ello por una razón muy sencillita que entiende hasta un millennial: el que deposita una imagen en esta red de circulación infinita y pública que es la internec asume que se desentiende de los infinitos usos a que dicha imagen se expone.

    Fin de la polémica. Circulen!

  4. Lecheros, panaderos, piconeros… hay profesiones que están desapareciendo. En el caso de la fotografía por dos razones. Una es que la masa en general es una clientela poco exigente, – he visto vender reportajes fotográficos pa mearse de risa -. Otra es la masificación de aparatos con los que puedes hacer fotos y la sencillez de su uso: el hambre con las ganas de comer. La profesión creo que va a ir por el tema del grafismo digital.

  5. No es sólamente el fusilar trabajos fotográficos… aquí se «fusila» todo lo que esté en un formato copiable y descargable… programas informáticos (me pregunto si todos aquél que clama por los derechos de sus fotografías paga por el photoshop que usa), libros electrónicos (ídem de los libros de fotografía que son fácilmente descargables), la música, películas, series… y quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. Los programadores informáticos, los autores de libros, los músicos, etc, etc, cada uno defiende lo suyo y sólo lo suyo, para lo demás nos servimos en barra libre.

      • Felicidades campeón!!! Si realmente todo tu software es original, nunca has leído un libro, escuchado una canción, visto una película descargada de internet o que te haya pasado alguien en un pendrive mereces ser puesto como ejemplo ante todos y tu fotografía en carteles de tamaño gigante. Porque si no sabes que lo demás está a la orden del día no sé en qué mundo vives. Y pocos, muy pocos, podrán tirar piedras como tú (aunque pareces ofendido ya que me llamas ladrón). Aquí se piratea software, música, libros, fotografías, películas, etc, de forma generalizada. Y no es una opinión, es una constatación. Hasta ha habido abanderados de la lucha contra las descargas que les han pillado en fuera de juego.

        P.D. – Todo mi software es original también, pago mi licencia de Adobe Cloud, de windows, y uso software libre también, lo que uso o es libre o lo pago. Nunca he utilizado fotografías ajenas, compro libros, pero alguna vez he tenido y usado algo descargado (como cualquiera). Llámame ladrón si quieres, prohombre.

  6. Pero mira que sois complicados…
    Tirar fotos con cámara de carrete, revelarlas y a hacer exposiciones. Editar un libro si es que podéis. Ganaos las vida como hacen muchos músicos: en el escenario, es decir, en sitios donde para ver tu foto antes han tenido que pagar o te han pagado a tí antes o después de la exposición.
    Quienes esto hagan seguro que no le roban las fotos, por lo menos no con esa facilidad. El digital es el demonio, ¿por qué no llamamos a las cosas por su nombre?… Alejaos del demonio pues.
    Pero hay fotógrafos que quieren hacer fotos sin carrete, porque entre otras cosas es más barato… pero luego las suben a internet… porque quieren darse a conocer… pero no quieren que se las roben… porque es un pobre ingenuo…
    Ahora entiendo porqué de todos los fotógrafos habidos y por haber Chema Madoz sigue con la fotorafía química… a ver quién le roba a este hombre una foto… o por lo menos con tanta facilidad.
    He dicho.

  7. Aviso a navegantes, después de 25 años como músico profesional (léase «vivía de mi trabajo como músico»), esto de los derechos de autor e Internet me suena a deja-vu. Después de una «reveladora» conversación con alguien que me vacilaba en un bar de que se descargaba TODA la música de Internet, bendito mp3 (ironic mode On), argumentando el alto precio de los CD’s (el menda llevaba gastados más de 40€ en copas en apenas hora y media) entendí que la guerra estaba perdida.
    Tengo la mala costumbre de comer al menos dos veces al día, pagar facturas y dar de comer a mis hijos, por lo que hace varios años dejé de trabajar gratis y ahora tengo un trabajo «normal».
    Después del hostión que se dió la industria discográfica y todos los desgraciados que trabajábamos alrededor (cuantas tiendas de discos quedan vivas?), Nadie lo ha visto venir en éste sector?????
    Sólo soy aficionado y enamorado de la fotografía, pero tengo la impresión de que esto, desgraciadamente, sólo puede ir a peor.
    Saludos a todos.
    @Iker y Alvaro, ánimo con la web, soy fijo por aquí y hacéis un excelente trabajo.

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