“No necesitas ser un drogadicto, un pederasta, un sadomasoquista o un imbécil para que te guste esta película, pero ser una o más de esas cosas te ayudará”. Así de demoledora fue la crítica del New York Times con “Performance”, la película que supuso el debut cinematográfico de Mick Jagger y cuyo rodaje fotografió uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX: Cecil Beaton.

Tanto Beaton como Jagger se sintieron en su salsa en aquel plató. El líder de los Rolling Stones iba a iniciar lo que él estaba convencido que iba a ser un largo y próspero camino en el cine, y lo hacía, además, interpretando a una estrella del rock adicta a las drogas y al sexo.

Beaton, por su parte, era de los que llevaba casi al extremo su famosa máxima “el segundo mayor crimen que hay en el mundo es el aburrimiento. El primero es ser aburrido”.

Aunque no se dejaba impresionar por las personas a las que fotografiaba, con Jagger fue diferente. Se conocieron en 1966, dos años antes del rodaje de ‘Performace’, y el fotógrafo se quedó prendado de la personalidad del líder de los Stone.

“Es hermoso y feo, femenino y masculino”, escribió en su diario tras hacerle unas fotos en un viaje a Marrakech. “Estoy fascinado con las líneas finas y cóncavas de su cuerpo, las piernas, los brazos, y esa boca que casi resulta demasiado grande”.

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Foto: Cecil Beaton

Sexo y drogas

En 1968 Beaton recibió una invitación para fotografiar el rodaje de una película que iba a llamarse ‘Performance’. Dirigida por Donald Cammell y Nicolas Roeg, el film suponía el debut en el cine de Jagger y prometía, además, emociones fuertes: durante el rodaje, el codirector David Cammell animó tanto a los actores como al equipo de rodaje a tomar drogas y tener relaciones sexuales.

Su objetivo era lograr una atmósfera desinhibida y rebelde que fomentara el aire de libertinaje que la película requería. Así, una de las leyendas que circula en torno al film es que Jagger y su compañera de rodaje Anita Pallenberg (novia por aquel entonces, y para más inri, del compañero de Jagger en los Stones Keith Richards) tuvieron sexo real en una de las escenas de la película, algo que molestó mucho, como es lógico, a Richards.

Lo cierto es que esa y otras escenas del film, que algunos miembros del rodaje calificaron de “laboratorio psicosexual”, complicaron la distribución de la película, por lo que los directores tuvieron que estar dos años editándola para que esta pudiera ser exhibida.

Los directivos de la Warner Bros estaban escandalizados ante lo explícito de las escenas de sexo, violencia y consumo de drogas. Finalmente consiguieron maquillar los suficiente el montaje para poder distribuirla, pero bajo la calificación de película ‘X’, es decir, `para adultos’.

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Foto: Cecil Beaton

En el film, Londres se presenta como la capital del pecado y la decadencia. El guion cuenta la historia de Chas (James Fox) un peligroso y violento gánster que huye de su jefe y de la policía y que acaba refugiándose en la mansión de un tal Míster Turner (Mick Jagger), una estrella del rock en decadencia, adicto a las drogas y al sexo.

Turner comparte su mansión con dos bellas mujeres, Pherber (Anita Pallenberg) y Lucy (Michèle Breton), y se pasa el día comiendo setas alucinógenas e improvisando con su guitarra.

Es en los decorados de esa mansión de lujo donde transcurre el rodaje y la sesión de fotos de Beaton. Jagger es el auténtico protagonista de las mismas.

De entre todas, hay una que llama poderosamente la atención: la del cantante colgando boca abajo de la cama: los brazos enmarcan el rostro de boca entreabierta, los ojos miran directamente a cámara, el torso parece surgir de un mar de telas de diseño y colorido marroquí (que recuerdan, precisamente, a aquella primera sesión que Beaton le hizo a Jagger en Marrakech), mientras un pañuelo blanco cae por a un lado de su cuerpo, acariciando suavemente el torso de Jagger.

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Foto: Cecil Beaton

La amistad y admiración mutua ya existente entre fotógrafo y rockero facilitó la toma de las fotos y la naturalidad con la que Jagger y el resto de actores se comportaron ante la cámara de Beaton.

El fotógrafo inglés, además, se movió como pez en el agua en el rodaje, no en vano era un escenógrafo y diseñador de vestuario de prestigio, con dos Oscar en su haber, que conocía como pocos el mundo del cine.

Todo ese bagaje profesional se nota en las imágenes que Beaton toma en ‘Performace’. Los colores, las texturas, las mismas poses de los actores…  hay cercanía, hedonismo y piel, mucha piel.

En otra de las fotografías, Beaton se vale de un espejo en el techo para autorretratarse cámara en mano junto a Jagger y Pallenberg, que aparecen recostados en el suelo. Pero es a Jagger a quien la cámara de Beaton sigue y retrata de forma incansable.

(I can’t get no) Satisfaction

En esa época, los Stones estaban en la cúspide de su fama gracias a grandes hits como ‘(I can’t get no) Satisfaction’ y el escándalo les seguía allá donde iban.

Durante su primer encuentro en Marrakech, Beaton se sintió irresistiblemente atraído por el tipo de vida que llevaban los Stones (noches enteras en vela, el uso de drogas alucinógenas) y, sobre todo, por el físico y la personalidad de Mick Jagger:

Estaba decidido a no dar la impresión de estar únicamente interesado en Mick, pero sucedió que nos sentamos uno al lado del otro mientras él bebía un vodka Collins y fumaba con aquellos dedos suyos tan puntiagudos en alto. Su piel era blanca como una pechuga de pollo, una muy buena piel. Mick tiene una enorme elegancia innata.

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Foto: Cecil Beaton

Una mañana, cuando esperaba al líder de la banda para hacerle unas fotos tras una noche de juerga, Beaton escribió:

No podía creer que esa persona que caminaba hacia nosotros fuera la misma que había visto la noche anterior y, sin embargo, sabía que ese también era él. El sol, que pegaba muy fuerte, se reflejaba en el suelo blanco e hizo que su rostro se viera blanco, desordenado, sin forma, con los ojos muy pequeños y la nariz muy rosada y alargada.

Su pelo era de color arena. Llevaba carmín Channel Bois de Rose. Su figura, sus manos y sus brazos eran increíblemente femeninos. Parecía una chica joven de las afueras. Es sexy, pero completamente asexuado. Casi podría ser un eunuco. Su forma de comportarse ante la cámara es totalmente natural.

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Foto: Cecil Beaton

La participación de Cecil Beaton como fotógrafo en un rodaje tan controvertido y polémico como el de ‘Performance’ causó cierta sorpresa e incomodidad en algunos sectores de la alta sociedad inglesa.

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No en vano, Beaton era, desde 1942, el fotógrafo de cabecera de la reina Isabel II, a la que había inmortalizado en los momentos más importantes de su vida.

Que el fotógrafo de la monarca fotografiara alegremente a Mick Jagger y Anita Pallenberg desnudos y en actitudes eróticas en una película que estuvo a punto se ser calificada como pornográfica era difícil de entender en algunos círculos.

Pero Cecil Beaton era una mente inquieta que tuvo siempre la habilidad de moverse entre mundos bien diferentes, desde los salones del palacio real al set de una película que reflejaba la parte bohemia e irreverente del Londres de aquella época. Una película fuertemente criticada que, con el tiempo, muchos han acabado considerándola una obra de culto.

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Foto: Cecil Beaton

Y es que Beaton fue mucho más que un fotógrafo, fue un dandi, un escritor, un ilustrador… Un hombre de múltiples talentos al que le gustaba disfrutar de la vida y de la gente. Un enamorado de la belleza y de la autenticidad de las cosas y las personas que encontró en Mick Jagger la horma de su zapato. El líder de los Stones y, por extensión, el rodaje de ‘Performance’ fueron para él los mejores exponentes de las palabras que guiaban su vida:

Sé atrevido, diferente, poco práctico…, sé cualquier cosa que reafirme la integridad de tus propósitos y tu visión imaginativa frente a los que adoran la seguridad por encima de todo, a la gente corriente, a los esclavos de lo común.

1 COMENTARIO

  1. Película aburrida como pocas, francamente ya ni recuerdo la trama, de lo tediosa que me parecio, completamente sobrevalorada seguramente por ese halo de sexo y estrellas decadentes de rock and roll, encima su estética envejeció mal., algo parecido a lo que sucedio con Blow up.

    Si se quieren inspirar miren alguna película de tarkovsky o Bergman, cuyas fotografias son impecables.

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