David Burnett by Michael Maggers
© Michael Magers

Es la cámara en la que siempre se piensa cuando se habla de reporteros clásicos: la mítica Speed Graphic. El sombrero, el cigarro y los malos vicios son accesorios opcionales del fotoperiodista, pero la imagen del Weegee de turno iluminando crímenes en blanco y negro a golpe de flash siempre está ahí.

Pero incluso en estos tiempos tan digitales, hay quienes siguen reivindicando esta cámara. Al menos uno: David Burnett que, de hecho, a día de hoy pasar por ser el único fotoperiodista que mantiene este modelo como parte de su equipo habitual. Es uno de los reporteros en activo más reconocidos del mundo, pero por si su nombre nos pilla un poco despistados basta recordar sus fotografías del golpe de Estado de Pinochet en Chile.

En Roads & Kingdoms publicaban hace ya mucho publicaron un artículo sobre su particular equipo de trabajo y su viaje a Chile coincidiendo con el 40 aniversario en 2013 del golpe contra el gobierno democrático de Salvador Allende. Burnett estuvo en su momento en el tristemente conocido Estadio Nacional, en la Moneda, en el funeral de Neruda y cuatro décadas después volvió por allí.

Curiosamente, entonces no usaba una Speed Graphic sino que la decisión se remonta a hace sólo 10 años tras pasar -explican en este interesante reportaje- por todo tipo de modelos de película y digitales. No obstante en alguna de las imágenes se le puede ver con varias cámaras encima (una réflex, una compacta y una Leica), así que esta cámara clásica es parte del equipo pero no la única con la que dispara.

La versión con la que trabaja emplea placas de 4×5, una óptica 178mm f2.5 Aero Ektar y película Kodak Tri-X. Los resultados que consigue en cuanto a detalle y control de la profundidad de campo y de la perspectiva gracias a los movimientos de la cámara son sencillamente espectaculares. A cambio, eso sí, hay que convivir con procesos que a muchos les sonarán a prehistoria: cargar la película en la oscuridad, reemplazarla después de cada disparo, llevar listos unos cuantos chasis con las placas… Pese a todo, está claro que a Burnett le compensa las molestias y el peso.

¿Una cámara sólo para retratos y escenas más o menos controladas? Eso cabría pensar, pero en realidad una búsqueda en sus galerías e historial desvela que la Speed Graphic le ha acompañado en todo tipo de trabajos, desde campañas presidenciales en Estados Unidos hasta -atención- los Juegos Olímpicos de Londres en 2012. Sí, fotografía de deporte con una cámara que, según él mismo recuerda, tiene 60 años y sigue funcionando.

«En la era digital estamos acostumbrados a las recompensas inmediatas. La Speed Graphic te tranquiliza. Te hace convertirte en un maestro de la anticipación», explica Burnett. Fotoperiodismo y calma son normalmente términos contrapuestos, pero parece que Burnett ha encontrado la receta para conseguir que se lleven bien: su Speed Graphic.

4 COMENTARIOS

  1. Bonito artículo periodístico, es innegable en peso que tiene la nostalgia en los seres humanos. Además como dice el dicho popular «para gustos, los colores».

    Imagino que es un poco cuando algunos nos vamos poniendo un toque mayores y nos da por comprar algún «juguete» de infancia, algún coche que es un clásico en la actualidad y que hoy si podemos pagar o bien un toca discos de vinilo y un amplificador de bulbos.

    Lo bueno es que don Burnett va más allá del placer de tenerlo porque puedo y le saca provecho. Yo me conformo con tener mi Pentax K1000 en un escaparate bonito de mi casa, pero él va más allá de la simple nostalgia o como dicen en España «postureo».

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