Quienes tengan la sensación de que, con el paso del tiempo, se descubrirá que algunas de las fotos más representativas de la historia fueron retocadas o manipuladas con criterios que a día de hoy generarían mucho debate pueden apuntar una más a la lista: la «madre migrante» de Dorothea Lange.

Es, sin duda, la foto más representativa de la crisis económica de Estados Unidos durante la década de los años 30 y posiblemente la imagen más conocida de esta gran fotógrafa documentalista que retrato como nadie los años de «La Gran Depresión».

¿Pero es compatible el trabajo documental con eliminar elementos de una imagen, por muy superfluos que sean? Aunque el tema daría para debate, existe bastante consenso sobre los límites entre la edición o revelado de una foto y la manipulación. Y cambiar elementos está fuera de esos límites.

Una de las primeras copias de la foto en la que todavía aparece -abajo a la derecha- el pulgar de la protagonista. Foto: Dorothea Lange

Y es que, aunque parezca difícil aportar a estas alturas algo nuevo sobre el retrato de Florence Owens Thompson -así se llamaba la protagonista de la imagen, parte de una secuencia de siete disparos- la revisión de algunas de las primeras copias ha servido para descubrir que la versión más popular de la foto que ha llegado hasta nuestros días fue ligeramente alterada años después.

¿Dónde está el dedo? Foto: Dorothea Lange

Tal y como explican en The New York Times, resulta muy sencillo saber si una copia es anterior o posterior a 1939 porque este año la fotógrafa decidió revisar su trabajo y encargó a uno de sus ayudantes que eliminara el dedo pulgar que puede apreciarse en la parte inferior derecha del original.

Lange no dudó un momento a la hora de aplicar ese pequeño ajuste estético a la foto -aseguran en el libro Lange: Migrant Mother de Sarah Hermanson Meister- pero el encargado de supervisar el reportaje que estaba realizando por encargo del Departamento de Agricultura de Estados Unidos sí mostró sus reticencias al tratarse de un trabajo documental.

Aunque una vez descubierto resulta imposible no fijarse en la presencia o ausencia de ese dedo, es evidente que se trata de un detalle menor dentro de uno de esos retratos que forman ya parte de la historia de Estados Unidos y de la fotografía.

¿Pero puede este nuevo detalle desvelado 80 años después servir para cuestionar el trabajo de Lange o simplemente hay que acostumbrarse a que los criterios actuales no pueden aplicarse a las fotos hechas hace décadas? El debate sigue abierto.

14 COMENTARIOS

  1. Nada, prejuzgar hoy las fotografías y estos pequeños retoques con la exigencia de hoy es absurdo, para ello tendríamos que colocarnos en aquellos años. La manipulación de la foto es mínima, ni aporta ni quita gran cosa ni cambia mucho la imagen. Hay que valorar las fotos de aquellos años como tal, todos sabemos de los posados fingidos que hacían en muchas ocasiones y de cosas como esta, en el caso de Cappa es una exageración descarada, pero mientras no se descubran cosas mayores en Lange, esta corrección es algo totalmente menor y más si lo situamos en la época. Desde luego todos sabemos que en las fotos de muchos fotógrafos de aquella época se ven cosas muy extrañas y muy perfectas que hoy es imposible de reproducir en muchas ocasiones por el cambio que ha provocado tanto en los fotógrafos como en los fotografiados la evolución de la fotografía, las cámaras o incluso la percepción de salir en una foto o ser fotografiado.

  2. Lo que esta claro es que ya sea por perfeccionismo o «pa ver si cuela»..antes, hoy y mañana habrá «postprocesado».

    Lo de menos es la camara-objetivo con que se haga la foto. Total, se retocará después si o si.

    Lo de más? Que si te han de pillar, a ser posible sea 80 años después y «que te quiten lo bailado».

    Estoy de acuerdo en que ese dedo no quita/aporta nada a la fotografía y su mensaje. No tiene importancia pero a día de hoy con un millón de fotos por concurso, hay que descartar de alguna manera fotos para decidir quién se lleva el premio, no?

  3. Me hace gracias cuando muchos reivindican la foto sin retoques, sin apenas procesado, diciendo que el trabajo has de hacerlo en la cámara y no después, que la exposición se hace en la cámara y no haya excesivo procesado después…. No saben lo que es la fotografía.
    El retoque, el procesado posterior, la eliminación de elementos, la corrección de la exposición en el revelado, el procesado por zonas, los fotomontajes….. todo eso se hace desde que se inventó la fotografía. Va intrínseco en la fotografía desde siempre.
    La fotografía es captación en la cámara y posterior procesado y quien no lo quiera ver, pues que no lo vea. Pero eso es así.

    Otra cosa es la manipulación para engañar deliveradamente, que también se ha hecho siempre, pero en fotos documentales o periodísticas no se debería hacer. Solo debería permitirse un procesado de la imagen y ya está. En esta ocasión la eliminación de ese dedo no modifica la intención ni el significado e la foto, ni le quita su valor. Es una gran foto, con o sin dedo.

    Un saludo.

  4. Yo sí diferencio entre dos habilidades, la de hacer la foto lo mejor posible y la de hacer un revelado lo más conveniente para la foto. Si no le damos la importancia al momento de hacer la foto, lo demás será tortuoso.

    Es cómodo ocupar tu silla delante del ordenador y ser un experto editor, pero yo valoro mucho el que sale con la cámara y se trae de 20 unas 10 buenas, muy buenas.

  5. Ya estamos con las tonterías! (qué cansino, absurdo y aburrido. Y sea dicho con buen rollo!)

    Genial fotografía…lo demás son historias.
    Resulta que se le sacó un estradivarius que asomaba por detrás…Y qué??
    Repito. Genial fotografía…lo demás son historias.
    Los que pasamos años encerrados en el cuarto oscuro sabemos de que va esto.
    Algún fotógrafo famoso dijo aquello de «el negativo es la partitura, la copia la interpretación…más o menos!

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