Hace unos pocos días el mundo asistió a un nuevo lanzamiento de la empresa aeroespacial SpaceX, fundada por el polémico magnate Elon Musk. Pero no era uno más, porque la protagonista era la nave Starship, la más grande y potente jamás fabricada. El final ya es sabido (explotó poco después del despegue), aunque lo que varían son las valoraciones sobre si fue un estrepitoso fracaso, o un experimento muy útil para la compañía empeñada en impulsar el turismo espacial.

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En cualquier caso, la Starship no fue la única víctima del día. Los 7,7 millones de kilopondios de fuerza necesarios para poner la nave a volar destrozaron el cemento armado de la base, creando un gran cráter en el suelo y lanzando escombros a toda velocidad a más de 500 metros de distancia.

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Estos escombros convertidos en proyectiles impactaron contra coches, edificios, árboles y, también, cámaras de fotos. Así lo explica nuestro colaborador Eduardo Parra en un hilo de Twitter, en el que detalla lo ocurrido con mucho material gráfico sobre «muerte y destrucción fotográfica».

Según cuenta Eduardo, en este lanzamiento no se habilitó una trinchera para llamas, que sirve para canalizar el flujo de fuego y gases por un canal concentrando el riesgo en un punto concreto. Al no haber una salida única, los gases se expandieron en todas direcciones sin control.

El resultado son decenas de cámaras totalmente destrozadas, tanto las de los fotógrafos situados en las inmediaciones del lanzamiento como las que se colocan en la propia plataforma de despegue. De hecho estas últimas aun no se pueden recoger, y la compañía está pidiendo datos y fotos a sus dueños para poder identificar los «cadáveres».

Obviamente hay poca esperanzas de encontrar las cámaras con vida, pero si es probable que las tarjetas hayan sobrevivido con alguna foto buena.

Si os interesa el tema, el propio Eduardo Parra tiene otro hilo muy extenso explicando al detalle como se fotografían este tipo de lanzamientos. En este caso se trataba de la misión Artemis 1 de la Nasa, que afortunadamente no ocasionó una masacre fotográfica de estas dimensiones.

1 COMENTARIO

  1. Si la explosión de la nave se considera un éxito, no sé que será un fracaso. Lo de impulsar el turismo espacial con esos éxitos no creo que funcione. Quizás algunos multimillonarios con cáncer terminal sean los candidatos idóneos a los que tendrían que canalizar su publicidad de viajes de turismo espacial. De todas formas si explota el cohete esos clientes ya lo tenían todo perdido, y si sobreviven ya habrán tenido la experiencia.

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