¿En qué momento Instagram dejó de ser una red fotográfica para convertirse en el escaparate que usan influencers y famosos para colar su publicidad? Una pregunta que muchos se repiten desde hace tiempo y que refleja perfectamente lo que lleva ya años ocurriendo.
La dinámica es de sobra conocida: una marca paga a un usuarios con miles de seguidores para que, de forma más o menos discreta, recomienda un producto o simplemente se fotografíe con él.
Publicidad pura y dura que algunos han conseguido rentabilizarlo muy bien -se pagan miles de euros por foto en España, por poner un ejemplo cercano- pero que muchas veces obvia un pequeño detalle: avisar de que se trata de publicidad y de que la recomendación de turno responde a un acuerdo comercial.
Aunque en algunos países la ley especifica claramente que toda publicidad debe ir identificada como tal, Instagram ha decidido tomar cartas en el asunto y acaba de estrenar una herramienta que permite identificar «claramente» el contenido pagado. «Los creadores -explican los responsables de esta red propiedad de Facebook- podrán indicar que la foto responde a un acuerdo con una marca».
Un dato que aparecerá debajo del perfil del usuario y, por tanto, con una visibilidad mucho mayor que el hashtag #ad que, en el mejor de los casos, usaban algunos instagramers para avisar del anuncio en cuestión.
Lo que no queda claro es si se trata de una mera recomendación o el aviso tiene carácter obligatorio En todo caso, tampoco se menciona ningún tipo de sanción para los que, como hasta ahora, opten por seguir sin indicar el contenido pagado.
En el caso de perfiles muy populares en España, no es ningún secreto que un altísimo porcentaje de sus imágenes y de los stories que publican -la norma afecta a ambos formato- pertenece a esta categoría de publicidad, aunque rara vez se menciona este detalle.
Habrá que ver el recorrido de la propuesta de la red y los planes de la compañía para rentabilizar Instagram. El mensaje -igual que en Facebook- parece cada vez más claro: ellos también quieren su parte del pastel publicitario que muchos usuarios llevan años creando alrededor de esta red.
El tema de la publicidad encubierta es uno de tantos que aun siendo graves nunca entrarán dentro de los ‘más graves’ y, por eso, se tienden a postergar. No ayuda nada que existan importantes intereses económicos que afecten a la cuestión junto con el hecho de que sea un problema masivamente extendido en todas las redes sociales. Todo ello y la sutil línea a la hora de juzgar qué es publicidad y el tema de que no siempre el pago es en dinero.
No creo que lo veamos resuelto salvo que de repente suene la campana y todos nos ‘concienciemos’. Pero sumemos un granito de arena, este es un artículo cortito pero necesario.