«Hice la primera foto de mi hija Rebecca momentos después de nacer el 3 de agosto de 2005. Apenas 15 años después le hice la última foto, momentos antes de morir de cáncer el 3 de enero de 2021»

Así comienza el relato de el fotógrafo de la agencia Reuters que se ha enfrentado al reportaje más duro y terrible de su vida: fotografiar la enfermedad y muerte de su hija.

No tendría mucho sentido intentar resumir aquí lo que él mismo cuenta en el blog The Wider Image de Reuters y que acompaña de las fotografías hechas a Rebecca durante su enfermedad y hasta los últimos días de vida.

Sobran incluso las comparaciones con las conocidas fotos de Annie Leibovitz a su compañera Susan Sontag durante su enfermedad y hasta su muerte. Decía la fotógrafa que aquellas imágenes le ayudaron a superar el duelo. Ojalá sea así también para

Quienes se animen -se trata de un historia y unas imágenes duras, evidentemente- merece mucho la pena dedicarle unos minutos a este reportaje en primera persona, y asomarse a la entereza del reportero al enfrentarse a algo así con su cámara.

26 COMENTARIOS

  1. El duelo debe o debería ser algo privado. Hacerlo público en un pozo de inmundicia como Instagram es una falta de respeto. Parece que de todo acontecimiento que sucede hay que dar cuenta en las redes sociales para tener constancia de que efectivamente ha existido, lo cual es una perversión.

  2. Bastante desafortunado algunos comentarios. Cada uno afronta el duelo de la forma en la que puede y quiere. A lo mejor a él retratar el fin de la vida de su hija fue una forma de poder afrontarlo además de hacerle un homenaje, de poder presentar como nació, vivió y murió. Nadie debería imponer la forma en la que afrontamos la muerte, sobre todo cuando no tienen ni idea de las circunstancias detrás.

    En cuanto al comentario del WPP, tiene la oportunidad de hacerlo en 2022 y si ganase ya os digo que no sería la primera vez que se premie un trabajo que narra como una enfermedad acaba paulatinamente con la vida. Tachar a alguien de ‘rentabilizar’ la muerte de su hija sin conocer nada es bastante terrible.

    • Toda la razon respecto a lo que dices del WPP, realmente el comentario de «Arturo» es muy bestia, se pasa tres pueblos.

      Aunque sigo creyendo que es un tema demasiado personal-tragico como para hacerlo publico, sera porque tengo hijos pero nunca se me ocurriria hacer semejante reportaje..Publicamente, otra cosa es o seria para los mios. (Dios o quien sea no quiera que me pase nunca).

      Asi, no le falta razon a «Ximo Mingarro Sales»: Nadie obliga a mirar el reportaje.

      Y no estoy en contra de un buen reportaje personal o familiar. Por ejemplo «Family in the pictures» de Lee Friedlander es una maravilla al respecto, de la mano de uno de los grandes que aun sigue vivo. Os lo recomiendo para este «Sant Jordi».

      Un saludo.

  3. Precisamente el año pasado murió de cáncer un familiar mío y lo último que se me pasó por la cabeza fue sacarle fotos con el smartphonino cuando estaba en el hospital para subirlas a la Red. Como humano que soy puedo llegar a ser bastante «terrible’ y miserable cuando me lo propongo pero aún no llego al grado de obscenidad necesario de subir las fotos de un allegado moribundo al Insta para conseguir unos cuantos Likes de autoestima majadera. Nunca consideré que la muerte de un ser querido tuviera relevancia universal, sólo me importaba a mí, después de todo mueren decenas de miles de enfermos de cáncer al año y al resto del mundo le importa un carajo.

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