Alberto Korda es, posiblemente, uno de los primeros nombres que se mencionan al hablar de las fotografías de Fidel Castro. No obstante, el autor del mítico retrato de Ernesto Guevara, no fue el único fotógrafo que trabajó cerca del líder cubano durante muchos años.
Roberto Salas o Raul Corrales, entre los cubanos, o el reportero español Enrique Meneses, son algunos otros de los autores más destacados, y responsables de muchas de esas imágenes que ahora llenan portadas, libros de historia y redes sociales.

Pero, retirado ya de la escena pública, ¿quién ha sido el fotógrafo oficial de Castro durante sus últimos años? Alex Castro, el hijo menor del recién fallecido líder cubano.
No era ningún secreto, pero si un tema recurrente entre los fotógrafos del país -así lo pudimos comprobar durante nuestra última visita, el pasado mes de agosto- al ver el acceso privilegiado que tenía y los resultados de su trabajo.
De Alex Castro son todas las imágenes que el gobierno ha ido publicando estos años, desde que se retiró de la presidencia en 2008, aquejado de problemas de salud. Incluida la última fotografía aparecida el pasado 16 de noviembre, coincidiendo con la visita del presidente vietnamita Tran Dai Quang a la isla.
Las contadas apariciones públicas del Comandante junto a los continuos rumores sobre su muerte -siempre alimentados desde los medios de Miami- habían convertido estas instantáneas en las mejores pruebas de que Castro seguía vivo a sus 90 años de edad.
Pese a que esa figura del hijo-fotógrafo pueda hacer pensar en retratos más personales y cercanos del Comandante, en realidad la mayoría de imágenes conocidas no se salen de su carácter oficial.

Según explicaba hace tiempo en una entrevista a CNN el propio Alex Castro, las fotografías las hacía durante las visitas oficiales o sesiones de trabajo, pero rara vez en los momentos privados. No obstante, hay muchas imágenes que nunca se han llegado a publicar, reconocía en esa misma entrevista.
Y es que, pese a la infinidad de imágenes que hay sobre su faceta más pública y política a lo largo las más de cinco décadas al frente del país, el secretismo alrededor de su vida íntima y familiar parece que se ha querido mantener hasta los últimos días.
Así que la promesa de «un retrato íntimo» del título del libro editado hace un par de años por Alex Castro, es poco más que eso. Porque en realidad se trata de una serie de imágenes que recogen las visitas de mandatarios y personalidades al líder de la revolución cubana.
Habrá que ver si ahora salen a la luz esas otras imágenes de las que hablaba, o quedarán para siempre en la esfera más privada y familiar. En cualquier caso, posiblemente la mayoría prefiera recordarlo como aquel heroico barbudo de Sierra Maestra o el carismático líder internacional capaz de dar discursos de horas.
Una cosa está clara: serán las de Korda, Corrales, Meneses y compañía las que entrarán -en realidad hace tiempo que ya entraron- en los libros sobre las grandes fotografías y personajes del siglo XX.
Las fotos no me dicen nada… simplemente no es que estén mal pero no profundizan en lo mas interesante. Me parece que «contratar» al hijo del dictador no fue una de las mejores decisiones para la libertad de expresión. Tampoco creo que las fotos mas intimas lleguen a verse jamas. En fin es lo que hay.
asi es el porque el fue padre de ese niño que tanto lo esperaba y el fue mas cariñoso del mundo y lo quiso bastante a el
y que lo aproveche porque el fue asi cuando el hablo por el microfono en la television y es mas las personas lo escuchaban a el mismo a el y es mas no hablaran de los terroristas jamas never y en estar
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