Tras los tres primeros objetivos que se presentaron junto al cuerpo de la Fujifilm GFX 50s, la firma ha dado el siguiente paso en su calendario de ópticas de formato medio: los nuevos Fujinon 110 mm f2 y el 23 mm f4.
Será el próximo mes de junio cuando estas dos ópticas se sumen al sistema para ofrecer así un total de media decena de objetivos. Parece que Fujifilm tiene clara la importancia de crear rápidamente un sistema de ópticas alrededor de su primera cámara digital de formato medio.
Pero volviendo a las novedades, se trata de dos ópticas con un público y uso muy claro: el 110 mm f2 -con un ángulo de visión equivalente a 85 milímetros en paso universal- promete ofrecer un bokeh espectacular y ser el objetivo de referencia para retrato.
Pesa más de un kilo, se presenta con un esquema de 14 elementos en 9 grupos y su diafragma de 9 palas cierra hasta f22. Igual que el resto de ópticas del sistema GFX, está sellada y es resistente al agua y al polvo.
El nuevo Fujinon 23 mm f4 R LM se convierte, por su parte, en el angular de la familia. Con una cobertura equivalente a un 18 milímetros si pensamos en cámaras de formato completo y un ángulo de visión de casi 100 grados, se trata de una óptica perfecta para naturaleza y arquitectura.
El control de las aberraciones y la deformación, y un rendimiento excelente incluso en las esquinas de la imagen es una de las principales promesas de este angular, con un esquema de 14 elementos en 12 grupos.
Se desconoce por ahora el precio de estas dos ópticas, aunque Fujifilm sí ha adelantado que a lo largo de este año sumará un 45 mm f2.8 a su gama de ópticas de formato medio, mientras que para el año próximo se reserva -por ahora- un teleobjetivo de focal fija y un teleconvertidor.
Del mismo modo, la compañía también ha prometido para finales de mayo una actualización de firmware que acerque a la GFX 50s algunas novedades y mejoras en el funcionamiento, así como la posibilidad de controlarla de forma remota desde el ordenador a través de la conexión Wi-Fi.
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Yo, lo que desconozco es cuando van a sacar el sensor «BSI», y cuando demonios van a ponerle la sincronización con el flash, a una velocidad que permita hacer rellenos de luz a pleno sol.
Ya de hecho, fué una de las taras que en su momento hicieron que no me inclinara por Minolta con sus fabulosos MC-MD, en 35mm, y por Mamiya en FM, teniendo que decantarme por la Bronica, y la mierda de ópticas que tenía hasta que aparecieron las que valían la pena, pero cuando ya teníamos las digitales a la vuelta de la esquina. Teniendo que andar mas que de bulla y corriendo para poder vender el equipo si no quería uno «regalarlo.