Aunque la atención siempre está puesta en los modelos más potentes del mercado, a la hora de la verdad las listas de cámaras más vendidas siempre están llenas de cuerpos muchos más sencillos y asequibles. Y en Fujifilm parecen tenerlo claro con su gama X-A, la más sencilla del escaparate y la única que prescinde de la tecnología X-Trans para apostar por sensores Bayer convencionales.

Una gama a la que acaba de sumarse la nueva X-A7. Una sin espejo con montura X y un renovado sensor CMOS de 24 megapíxeles y tamaño APS-C que promete mejoras en cuanto a velocidad y enfoque, gracias al aumento de cobertura del autofoco por detección de fase.

El diseño cuidado y un tamaño y peso (320 gramos) muy reducidos vuelven a ser los protagonistas del discurso de presentación de este modelo. Las novedades, eso sí, hay que buscarlas con lupa.

Entre ellas figura la pantalla articulada y táctil de 3,5 pulgadas o la conexión USB-C que también permite cargar la batería de la cámara. Fujifilm promete mejoras en la calidad de imagen y rendimiento a altas sensibilidad, así como en la grabación en vídeo 4K a 24 y 25p y en el sistema de detección de cara y ojo para enfocar sujetos en movimiento.

La X-A7 saldrá a la venta en octubre junto al zoom compacto motorizado 15-45 mm f3.5-5.6 OIS con un precio de 750 euros. A día de la hoy la anterior X-A5 puede encontrarse con esta misma óptica por unos 500 euros.

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