Entre la avalancha de novedades que se presentaron ayer en el evento de Google se ha colado la peculiar Clips, un sencilla y diminuta cámara diseñada para funcionar de forma autónoma gracias a la inteligencia artificial.

El planteamiento es el siguiente: la cámara se deja fija en algún punto con ayuda del clip que tiene en la parte posterior, y ella sola se encarga de encarga de disparar una ráfaga fotográfica de siete segundo y 15 fps cuando detecta algún evento interesante. Eso puede ser una mascota jugando o un niño sonriendo.

De hecho Google asegura que su cámara es capaz de aprender con el uso, de manera que cada vez es más efectiva a la hora de capturar lo que espera el usuario. Así pues, gracias a tecnologías como el reconocimiento facial, la Google Clips puede por ejemplo aprender a ignorar a los aburridos adultos y centrarse únicamente en los adorables niños. También es capaz de reconocer mascotas.

la cámara está equipada con un objetivo angular de 130 grados y luminosidad f2.8, una memoria integrada de 16 GB y se puede controlar -y monitorizar- a través de dispositivos iOS y Android. También dispone de un botón de disparo para usarla de forma manual.

La capturas que realiza la cámara se pueden exportar como imágenes individuales o como pequeñas secuencias de vídeo o en formato GIF. Y, por supuesto, compartirlas fácilmente en las redes sociales.

Aunque obviamente Google no utiliza el concepto «cámara espía» para referirse a la Clips, lo cierto es que la compañía es consciente de que puede usarse realizar grabaciones sin consentimiento. Es por esta razón que la cámara no registra sonido y cuenta con un pequeña luz LED en la parte frontal que se ilumina cuando hace una captura.

Por el momento no hay datos concretos sobre cuando estará disponible la Google Clips, lo que si se sabe es que en Estado Unidos costará unos 250 dólares.

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