Junto con la octava generación de la saga HERO, GoPro ha dado a conocer la nueva Max, el segundo intento de la firma en el terreno de las cámaras 360 tras su primera experiencia con la GoPro Fusion.
A diferencia de aquella cámara, que no tuvo mucho éxito por su aparatoso diseño, la nueva GoPro Max mide tan sólo 64 x 69 x 24 milímetros, poco más que una HERO8 Black. Incorpora además una pantalla táctil -la Fusion no tenía- y el vídeo se graba en una única tarjeta MicroSD, no como la anterior cámara que requería dos.
GoPro busca así facilitar al máximo la grabación de vídeo para compatir en el terreno de marca como Insta360, que han llevado este tipo de cámaras al usuario aficionado gracias a modelos tan intuitivos con la Insta360 One X.
La GoPro Max puede grabar vídeo esférico con una resolución de 5,6K (4992 x 2496 píxeles) a 30 fotogramas por segundo. También es posible usar un solo objetivo con las mismas opciones de grabación que la nueva GoPro HERO8.
Es por ello que la GoPro Max presume de ser «tres cámaras en una», ya que puede usarse como una cámara 360, una cámara de acción o una cámara para vlogging gracias a su pantalla que puede ser delantera o trasera.
También comparte con las HERO la estabilización HyperSmooth -potenciada por el gran tamaño del vídeo capturado- y la función TimeWarp, que también permite volver al tiempo real en medio de la grabación como en la HERO8.
Otras prestaciones incluyen la grabación de sonido envolvente y direccional gracias a la incorporación de seis micrófonos, y la captación automática de panorámicas de 270 grados sin distorsión.
Como cualquier otra GoPro la Max también es resistente al agua sin carcasa, aunque solo puede sumergirse 5 metros. Cuenta con conexión microHDMI y USB-C y con el sistema de anclaje habitual habitual del firma incorporado y plegado en la base de la cámara.
La GoPro Max ya está disponible por 530 euros.