No hace falta ser un experto en redes sociales e Instagram para saber que las imágenes y relatos relacionados con la diversión, el éxito e incluso la exclusividad siempre triunfan. Buena prueba de ello es el caso de Louise Delage, un perfil de Instagram que en sólo un par de meses ha conseguido 50.000 seguidores.
Aparentemente era otra instagramer mostrando su vida perfecta y repleta de viajes, fiestas y piscinas. Fotos bien hechas, atardeceres, algún que otro escote y bikini -no se puede obviar ese detalle- y mucha diversión parecían las claves de su fulgurante éxito. ¿Otra bloguera de moda subida a la burbuja de las redes?
Podría serlo, pero en realidad detrás de Louise había una interesante campaña de la agencia francesa BETC para la asociación Addict Aide y su campaña Like my addiction. ¿Cuántos de esos miles de usuarios que veían cada una de las fotos de esta chica se daba cuenta de que en la inmensa mayoría aparecía bebiendo o con una copa en la mano?
De eso precisamente trata la campaña, que ha usado la vida falsa de esta chica en Instagram como ejemplo a la hora de denunciar lo desapercibidas que pueden pasar las adicciones.
Más allá de la brillante idea planteada y el uso de Instagram, cabría preguntarse si realmente esta red social puede considerarse como un reflejo de la realidad o es el simple afán de aparentar lo que genera esa realidad paralela en la que siempre se está de fiesta y con una copa entre las manos.
Mientras reflexionamos sobre el tema, posiblemente no sea una mala idea repasar nuestras propias cuentas de Instagram para comprobar en cuántas fotos aparecemos bebiendo.