Hasta hace unos días Tower Semiconductors era poco más que una compañía desconocida especializada en semiconductores. No así en el mercado fotográfico, donde esta empresa israelí hace años que sonaba como posible responsable de los sensores de algunas Nikon, incluida la reciente Z9.

Posiblemente no ha sido ese el motivo -al menos no el único- que ha llevado a Intel a desembolsar unos 5400 millones de dólares para hacerse con el control de Tower.

De hecho, en un comunicado de prensa Intel ha alabado las capacidades de la compañía en diferentes áreas, sin mencionar entre ellas la producción de sensores de imagen. Así que ni siquiera queda claro si seguirá apostando por este área y, mucho menos, en lo que respecta a cámaras de fotografía y vídeo.

Intel-Tower

La compra se enmarca en la estrategia de Intel de ampliar sus capacidades productivas. En el caso de los sensores de imagen, no es ningún secreto que Sony domina de forma contundente este mercado, con una cuota de mercado que pese a verse sensiblemente reducidas en 2020 se mantenía alrededor del 40%, el doble que su competidor más directo, Samsung.

Una situación que, de hecho, los responsables de Tower Semiconductors han criticado anteriormente, asegurando que esa dependencia de Sony para la mayoría de compañías en el sector de la imagen no es nada saludable.

Habrá que ver si los nuevos propietarios deciden apostar por plantar cara a Sony en este segmento o mantienen un perfil bajo. Centrándonos en el mercado de consumo, no hay que olvidar que, pese a que el mercado de cámaras hace años que está a la baja, la demanda de sensores de imagen en los teléfonos móviles no para de crecer.

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