Es ya parte del ritual tras cualquier atentado que los periodistas y fotógrafos acaben siendo también parte del tema de conversación. Y es que, entre bulos, comentarios desafortunados, consejos de improvisados expertos en política internacional, y editoriales de frenopático, estos días se está hablando mucho de las fotos que era adecuado o no publicar.

Oigan, que aquí los malos de la película son los bastardos del Daesh, recordaba alguien al comprobar que en las redes sociales casi había más críticas a los fotógrafos o las imágenes que iban apareciendo en los medios on-line que a los asesinos.

No es, en efecto, un tema nuevo, y cada vez que el terror se cuela en los titulares es sólo cuestión de horas o minutos que surja el debate sobre si las víctimas de una masacre como esta deben aparecen en las fotos o hay que optar por imágenes menos crudas. Un asunto que, en caliente y cuando es tan próximo como en esta ocasión puede parecer especialmente complejo.

En un momento en el que todo el mundo necesita hacer algún gesto, algunos kioskos incluso retiraron aquellos diarios que, según su criterio, ofrecían imágenes muy duras en portada. Por supuesto, ese proteccionismo hacia los ojos y sensibilidad del lector no se produce cuando los muertos son más lejanos. Es casi tan fácil de entender como de criticar.

Pero no se trata de caer en los tópicos de siempre sobre víctimas de países ricos o pobres. Ni de sentar cátedra sobre un asunto que ya hemos tratado por aquí muchas veces, pero sí de poner sobre la mesa algunos datos que suelen ocupar un lugar secundario y pueden ayudar al análisis.

De entrada, habría que matizar que no tiene absolutamente nada que ver las fotos y vídeos de testigos que circularon las primeras horas por redes, medios y Whatsapp –hasta que alguien con dos dedos de frente comenzó a pararlo- con el trabajo que hacían los reporteros sobre el terreno.

“Si alguien está herido, siéntate a su lado y dale la mano, no le hagas una foto”. Seguro que todos hemos leído un tuit parecido estos días, repetido y copiado hasta la saciedad. Muy bien. Pero es que, si tu trabajo es hacer la foto, eso es lo que tienes que hacer, sobre todo si en la zona ya hay personal atendiendo a las víctimas.

En realidad, el sentido común deja poco margen a las dudas sobre cómo actuar y la inmensa mayoría de reporteros han explicado muchas veces que actúan así, por mucho que los demagogos y cuñados de turno insistan en señalarles como poco menos que buitres.

¿Hay excepciones? Claro. Tontos los hay en todos los oficios. Empezando por los que se saltan un cordón policial de un piso para ser ellos la noticia, las televisiones que van narrando al minuto la persecución pese a la petición expresa de que no se haga, los que presumen de exclusivas cuando todavía hay charcos de sangre en el suelo…

Pero, sobre todo, los directores, editores y responsables de medios que alientan y exigen estos comportamientos entre los trabajadores de los medios, más preocupados por el click que por informar, contextualizar y explicar las cosa. Todos lo hacemos, pero hay momentos en los que hay que saber parar.

Pero lejos de apuntar bien arriba, hacia quienes dirigen y gestionan los medios, el debate parece centrarse siempre en los que durante estos días han intentado contar lo que ocurría con sus cámaras y teclados.

El pasado viernes muchos diarios nacionales e internacionales daban en portada una fotografía de David Armengou y Marcela Miret, distribuida por EFE. En El Periódico leemos la historia detrás de esa imagen y de sus autores, dos fotógrafos que, aunque no son fotoperiodistas, estaban cerca de la tragedia y no dudaron en acercarse con sus cámaras.

¿Tenían que hacer la foto? Un breve repaso a la historia del fotoperiodismo certifica que siempre hay que hacer la foto. O, mejor dicho, confiar en el criterio del profesional que está allí para decidir si hacerla o no. Y una vez hecha decidir si enviarla o quedársela sólo para sus pesadillas. Esta profesión va de decisiones, no de sacar el móvil, disparar y compartir

Ellos mismos explican la dureza del momento, cómo los servicios sanitarios ya estaban ayudando a los heridos y cómo, de todas las fotos que hicieron, buscaron la que explicara todo aquel horror sin ser especialmente dura. Un plano abierto que permitiera hacerse una idea del momento, pero sin caer en el morbo, concretan como si tuvieran que justificarse.

Mientras persiste el debate sobre si había o no que dar esa foto en portada o el grado de pixelación correcto, al ver todas las portadas hay un detalle llamativo que parece interesar menos a los opinólgos de las redes: cómo es posible que en un caso como éste diarios nacionales tengan que recurrir a fotos de agencia en lugar de apostar por contenido propio que les permita destacar frente al resto de medios.

¿Ninguno de sus fotógrafos tenía una foto buena y diferente o es que faltan fotógrafos en los medios porque durante los últimos años sus propietarios se han dedicado a dejar las plantillas diezmadas?

Posiblemente las dos respuestas son correctas y el resultado conocido: los mismos medios que exigen una eterna lucha por el click y la audiencia a costa de lo que sea no están dispuestas a que haya alguien generando contenidos e imágenes propias de calidad.

El dinero que falta para pagar a esos profesionales parece que sobra cuando hay que pagar artículos de mierda a tertulianos –no merecen ni ser llamados periodistas- que no dudan en utilizar el dolor de un momento como este para hablar de su guerra particular. Si de lo que se trata es de criticar a los medios, hay argumentos mucho mejores que el trabajo que hacen la inmensa de reporteros o una foto de portada.

El problema no son las fotos ni los fotógrafos, el problema son los muertos y la barbarie. Se ha dicho ya tantas veces que parece mentira que haya que volver a repetirlo. Pero desgraciadamente, parece que sí. Ojalá sea la última. No por las fotos, por los muertos.

38 COMENTARIOS

  1. Afirmo lo escrito por Iker al 100% pero añado algo personal. Tengo una muy buena amiga (sin derecho a roce) que se salvo de milagro el 11M, cobró la indemnización por atentado y se le pone los pelos como escarpias cuando lee tanta parida y gilipolleces varias en las redes sociales. Yo no sé como aguanta ella por que yo hace ya 2 años que abandoné facebook por tanto imbecil en las redes, de hecho, en persona, en el trato diario, los imbeciles son majos y no sueltan tanta memez pero es tocar un teclado y surge la desconexión entre neuronas y se jode todo.
    Soy de los que opinan que menos lemas, menos flores, menos canciones a la libertad, menos HIPOCRESIA con el mundo «happyhappy» y más coger de la mano a la alcaldesa Colau y preguntarle si después del atentado ha colocado ya bolardos en son de la libertad. Y lo pregunto a los lectores catalanes o que vivan cerca si realmente se ha aprendido la lección y se ha puesto bolardos por que a mi tanta maraña de información técnica y terrorista no me vale de nada si no se aprende de los errores y más si se informo y recomendó su colocación. Y esto va por Barcelona, por Santiago de Compostela, por esas entidades que se creen por encima del bien y del mal y que desgraciadamente son unos patanes e ignorantes de la vida real. La real de locos que arman a sus anchas por el mundo con cualquier excusa para dejar su mala impronta.
    Pero sigamos así, pensemos que no hay una guerra oculta, que facebook es maravilloso y que la real discusión de esto es si la foto es demasiado dura o debemos ser más light con la vida real y por supuesto, sigamos sin pedir responsabilidades, que el R.Madrid y el Barcelona ganó e Isabel Preisler se rompió una uña limpiandose el ojete.
    Cuando se carguen a toda Barcelona u otra ciudad, ya no habrá Barcelona, no se podrá ser Barcelona, ni Niza,ni Paris ni leche en vinagre, maldita tontuna mental e hipocresía barata.

    • Bien dicho. La cantidad de sandeces que tenemos que escuchar a los que viven en el “happy-happy” y a los “tontolines” con cetro de mando. Ahora todos unidos, coño, y porqué no antes. Cuando la cagan ya sea con obras y proyectos faraónicos que cuestan dinero, o como el caso que nos ocupa, que cuestan vidas, quién reconoce la culpa, nadie, se pasaran la “pelota” de unos a otros hasta se diluya, y las victimas formen parte de la estadística. Que coloquen “ahora” barreras con forma de peluche, para que así se puedan sentir más “wonderful”.

    • Hola, creo que es mi primer comentario sobre todo lo que ha pasado estos días. Voy a intentar responder desde el más profundo respeto (y absoluto desconocimiento).

      El tema de los bolardos creo que es muy complejo y va más allá de simplemente ponerlos en determinadas zonas de las grandes ciudades: sí, se podrían poner en las Ramblas, pero y en el resto de las zonas turísticas de Barcelona? (o de cualquier otra ciudad). Estos días son las fiestas del barrio de Gracia y la cantidad de gente que se reúne en las plazas podría también ser un objetivo terrorista. Podríamos responder «de acuerdo, pues pongamos bolardos allí también». Muy bien, pero entonces, estos chicos (que por cierto, eran todos de mi pueblo), podrían buscar cualquier otro sitio donde no haya. Hace diez días se celebró el mercado medieval de Ripoll (el pueblo en cuestión) y os aseguro que si hacen esto enmedio de las calles estrechas y llenas de gente del pueblo la masacre hubiese sido muy superior a la de Barcelona… Entonces, la solución sería poner Bolardos en todos las calles y plazas de Catalunya, España o de dónde sea?

      • Cual es la complicación de colocar bolardos, no los colocan para que no aparquemos en las aceras. Algo habrá que hacer para minimizar riesgos, además habrá que controlar ciertas mezquitas donde se induce a la violencia. Si fuese al revés, un sitio donde reuniese gente para fomentar el racismo o el odio a practicantes de otras religiones que no fuesen cristianas, seguro que las autoridades ya hubiesen intervenido, pero dependiendo para qué, “se la cogen con papel de fumar”, no sea que les “cataloguen”. Un saludo.

      • Entiendo que no se puede poner bolardos en todos lados. Pero como dice Tólix, sí se puede minimizar el riesgo, y en este caso, si en Las Ramblas hubiese habido maceteros o bolardos cada 40 metros, ya no hubiese recorrido el terrorista 500 metros y no hubiera habido más 200 heridos y 15 fallecidos.

        Eso de que los bolardos no hubieran evitado el atentado son justificaciones de una muy ingenua y ERRÓNEA decisión del Ayuntamiento.

        • MTF, el contar más o menos muertos como en la cuenta de la vieja confrontando el supuesto de que la calle hubiera estado cortada por bolardos, solo es digno de hablarse en el bar…

          La realidad suele ser más prosaica, y los terroristas, aunque lo suficientemente estúpidos como para acabar con su vida de forma trágica y haciendo daño, por una simple comedura de tarro de algún hijo de puta más grande aún que ellos, no lo son tanto como para que unos simples bolardos o maceteros trunquen sus planes.

          • Bueno, si hubiese habido bolardos o maceteros en los sitios recomendados, no hubiese sido ahora el debate del Bar.

            Si en Cambrills no hubiesen estado los dos controles policiales, no estaríamos hablando ahora de una fallecida, estaríamos hablando de más. La precaución no es mala por muy impredecibles que sean los fanáticos y minimizar el riesgo con previsión tampoco es malo.

            Aquí se resume todo con el título de la película: «Cometieron dos errores». Pero se irán de rositas los responsables justificando su no actuación con divagaciones dialécticas.

    • Victor 76, si crees que poniendo unos bolardos vas a evitar que los terroristas atenten, el «happy happy» lo eres tú.

      Sólamente recordar que la idea principal de los terroristas era hacer estallar bombas en la Sagrada Familia, y que únicamente el hecho de que estas les estallasen en los morros, les hicieron cambiar de parecer, (a los que no palmaron en la explosión, evidentemente)

      Si hubiera habído bolardos en Las Ramblas, los terroristas hubieran utilizado otro método de llevar a cabo los asesinatos, o hubieran decidido otra zona u otra ciudad para llevar a cabo los atropellos.

      El hecho de poner o no poner bolardos, es un «embolado» desde un determinado partido y medios de comunicación, dedicados a hacer daño a sus rivales políticos en las instituciones.

      Un argumento tonto y espurio. Dejad de mirar al dedo.

        • No hubieran evitado un atentado, si estaban dispuestos a ello, como se ha confirmado.
          Por otra parte, poner bolardos o maceteros, no solo evita que furgonetas sin identificar puedan entrar en las calles. Tampoco entras las ambulancias, los camiones de bomberos y los coches de policía, ni los vecinos con acceso a algún garaje, ni los de carga y descarga para los negocios…

          El argumento de los bolardos es una estupidez usada por algunos políticos para echar mierda sobre la alcaldesa. Como el tweet del miserable alcalde de Alcorcon. Usar el terrorismo para el rédito político.

          • Por esa regla de tres no tengas cerradura en tu puerta. El que quiera robarte lo hará sin ningún problema. Claro que como tienes sentido común, pues tú la pones con el fin de reducir ese riesgo aunque sabes que si te quieren robar romperán la cerradura o entrarán por la ventana.

            He intentado explicar algo que veo que es de sentido común. A mi no ve vale el tema del aprovecharse políticamente, pues lo están haciendo tanto uno como otros y el Gobierno de Cataluña el que más, pues el Proces estará siempre por encima del servicio a la ciudadanía.

  2. Un tema siempre espinoso. Es muy cierto que los medios de gran difusión siempre buscan la audiencia a costa de lo que haga falta.

    Recuerdo aquella grandísima gilipollez de hace unos años, si si, aquella de la «alianza de civilizaciones»; una fantasía gore-chic-hippie-happy donde se promovía la entrada masiva de inmigrantes a la puerta de entrada en nuestro país, libremente, sin papeles, sin oficio ni beneficio, simplemente por ir de modernillos y de «avanzados» frente resto de Europa. La realidad era abrir la puerta a miles de «votantes» de conveniencia para que el PSOE se hiciese con el poder en la ciudad y la comunidad, cosa que a la postre habrían logrado. De aquellas simientes ahora estas calabazas.
    Por desgracia, ese modelo fue copiado por Alemania, Inglaterra, Luxemburgo.. etc y miren lo que ocurre ahora en toda Europa.

    Espero que los que tienen el poder aprendan algo de lo que está pasando ahora para prevenirlo en el futuro. Más control en la inmigración no es racismo, es cordura, protección y civismo para con la población del lugar.

  3. Si los periodicos siguieran pagando a unos individuos llamados editores graficos, no pasarian estas cosas, pero la cobertura del atentado fue vergonzosa, por estar en streaming dando las novedades y tener mas gente mirando se difundieron imagenes morbosas grabadas por gente en el movil, videos del operativo policial, informacion falsa y bulos… bienvenidos a la era digital.

  4. 100% de acuerdo con el artículo. El problema es cuando se mezcla el morbo+smartphone con el fotoperiodísmo, pero el trabajo de un fotógrafo tiene que estar ahí.

    Igual que un reportero de guerra no esta rifle en mano, un fotógrafo en estas situaciones debe de ser profesional, sincero, y realista pero sin caer en el morbo.

    Menos ponerse el pin de solidaridad ciega cuando las cosas nos tocan cerquita (que las de lejos…nos la suda), y un poco mas de cabeza.

    • No te rasgues las vestiduras, la comparación juntando las dos fotos puede resultar exagerada, sobre todo tratándose de niños sin maldad ninguna, que han perdido la vida por culpa de otros.

      Ramón Baglietto salvó de morir atropellado por un camión a un niño que estaba en los brazos de su madre y acompañados de su hermano, y que no tuvieron su suerte. Años más tarde, ese niño convertido en el etarra Cándido Aspiazu y con la ausencia total de respeto a las ideas de los demás, mató a su salvador. Como se puede entender semejante comportamiento si no es bajo el fanatismo, que antepone su pensamiento a todo. Lo de que no tenemos miedo, y que no cambiaran nuestro modo de vida, está muy bien, pero es cuestión de tiempo, nos han declarado la guerra, así que hagamos acopio de… peluches.

  5. Aplaudo que en España algunos quioscos hayan decidido no vender periódicos con ciertas portadas.

    El motivo no es evitar a la gente que vea cosas desagradable. Es que un padre vea a su hijo en la portada de esa guisa al ir a comprar el periódico. Obviamente este problema prácticamente no existe si las víctimas son de un atentado en Pakistán. Pero es que ha sido en Barcelona.

    • El problema es que los muertos paquistaníes no son de los «nuestros». Solo unos pobres que viven donde jesucristo perdió las sandalias. Son muertos de tercera división. Por eso cuando hay un atentado en Pakistán no pasa nada si en las fotos sale gente desmembrada y estómagos reventados entre mares de sangre carmesí. Cosa que no suele pasar (por lo visto ya ni la «calidad» de los finados respetan si ahora muestran la evisceración de los compatriotas) cuando los muertos los ponemos nosotros. Cosas de los «mass mierda» españoles.

      Es decir, que el problema de verdad es otra vez el periodismo de baja estofa, sensacionalista, amarillista e irrespetuoso, que no tiene ningún pudor cuando de ganar dinero se trata.

  6. Tapar la realidad no hace que ésta desaparezca. Presentar las calles donde se ha cometido un atentado como un lugar impoluto es engañar. Porque si la realidad siempre supera a la ficción… o a la foto. En concreto la imagen mencionada incluso me parece suave con respecto a otras que he visto. Por supuesto que cuando el suceso luctuoso es a miles de kilómetros se busca -y se difunde- la imagen más escabrosa, y nadie protesta. Sin embargo muchas veces -como en el caso de los atentados- el escenario es tan similar que usar diferentes estilos en función de donde se produzca es simplemente engañar. Los fotógrafos de prensa están para documentar la realidad, no para hacer películas de terror o maquillaje. Además en el caso de los mass media, al final la decisión de que foto sale no la toma ni el que la hizo, sino el director de turno, con lo que responsabilizar a quien hace su trabajo bien de algo ajeno a él es absurdo.

    • Tampoco el vender portadas llenas de vísceras, gente mutilada y sangre, le añade ninguna virtud a la noticia. La realidad se puede contar de muchas formas. No tiene porque ser siempre la más escabrosa. Esa es la que va buscando el morbo.

      Igualmente la «realidad» que capta el fotoperiodista puede ser bastante distinta dependiendo de quien la cuente, y otra vez más, no es necesario provocar para contar una historia. El rechazo al terrorismo es universal. No hace falta adornarlo con sangre para que todos los borregos del país llenen las redes sociales clamando venganza, muerte y expulsión.

      • Ni adornarlo de sangre ni adornarlo de flores. Si la realidad es la que es el fotoperiodista tiene que contarla tal cual es a través de las fotos. Hay muchas realidades duras y como dice el refrán «una imagen vale más que mil palabras», de ahí que no es lo mismo un artículo sobre un atentado con una imagen buscada, que con la foto de la realidad.

        En cuanto a la interpretación que haga la gente eso entra ya en el terreno personal. No es labor de los fotógrafos, ni siquiera de los periodistas de sucesos (y un atentado lo es), adoctrinar. Eso corresponde a analistas y va en artículos de opinión.

          • «no es lo mismo un artículo sobre un atentado con una imagen buscada, que con la foto de la realidad».

            ¿Una imagen buscada? ¿Y cual no lo es? ¿Una foto de la realidad? ¿De que realidad? ¿La tuya? ¿La que tu crees que es la realidad?

            Me parece que tienes un pequeño cacao mental. Crees que la realidad es la que a tí te parece que debe ser, y toda persona, desde la que mira, la que toma una foto, hasta la que cuenta una noticia, aplica su propio filtro. Absolutamente todo el mundo interpreta su propia realidad. No existen las imagenes no buscadas, de la misma forma que no existe una sola realidad.

            +1 para Lolo.

          • Si no hay una sola realidad, debe haber tantas realidades como interpretaciones y por definición todas ellas son igualmente legítimas: Entonces, por que distinguir entre bien y mal? Por qué se ha de privilegiar la interpretación de la víctima sobre la del verdugo? Si todo es cuestión de interpretación víctima y verdugo se confunden pues ambos tienen el mismo derecho a existir.

            +1 al pensatore debole del foro.

  7. Bueno,casi todas las primeras imágenes del atentado no son de fotoperiodistas.

    Creo que para dar una información no es necesario ser explícito en las portadas.
    Y no entiendo muy bien este clamor al cielo de fotoperiodistas ofendidos,cuando las fotos explícitas de políticos que nunca salen a La Luz,monarcas dando ejemplo con dinero público y sus amigas extramatrimoniales,etc etc.

    Cuando existen esas fotos pero no son portadas.

    Donde está el rigor periodístico?el grito en el cielo.
    Profesionales al poder,claro que si

  8. Pues resulta que me acabo de dar cuenta que habéis borrado varios comentarios, entre los que había uno mío. Imagino el porqué. Cuando se trata de un tema de este calado, que los comentarios deriven en alguna dirección incomoda es algo inevitable. Aún con todo, no me pareció que los comentarios suprimidos fuesen más allá de una hipótesis de alguien, y que en mi comentario hice ver que a veces las cosas más descabelladas llegan a ocurrir. Un saludo.

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