Igual que el resto de versiones P de los diferentes modelos Leica M, la nueva M10-P llega con la discreción como su principal argumento diferencial respecto a la M10 convencional. Discreción que se traduce en dos detalles: la eliminación del lago rojo frontal y un nuevo obturador mecánico que promete ser el más silencioso en la historia de esta mítica serie.

Pero no son las únicas novedades que esta Leica M10-P aporta porque se trata además de la primera M en contar con una pantalla táctil. Algo que puede sonar ridículo como novedad en 2018 pero que dentro del particular universo de la compañía sí lo es.

Así, ahora es posible ampliar la imagen en el monitor de 3 pulgadas tanto al revisar las imágenes como si se trabaja en Live View desde la propia pantalla. Sí, las Leica M tienen Live View y grabación de vídeo desde hace un par de generaciones.

Pero volviendo a esta M10-P, más allá de estas novedades el resto de prestaciones se mantienen intactas respecto a la M10, incluyendo por supuesto el sensor de formato completo y 24 megapíxeles, así como el visor y enfoque por telémetro.

¿Y cuánto cuesta en el mundo de Leica añadir una pantalla táctil, un nuevo obturador y quitar el logotipo? Pues a la espera de que se confirme el precio para España, todo parece indicar que costará unos 8000 euros, 1.500 más que la M10 convencional.

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