La capacidad de Lomography para hacer negocio de segmentos aparentemente muertos nunca deja de sorprender. Ahora las cámaras de usar y tirar de toda la vida se han convertido en el nuevo juguete de moda de la compañía fotográfica más moderna del mercado.

Aparentemente olvidadas o relegadas a parques de atracciones y poco más, Lomography ha decidido reivindicar este tipo de cámaras y orientarlas a fiestas, viajes y bodas. Cuentan con flash integrado y se incluyen unas gelatinas para darle un toque de color.

Disponibles en tres versiones (color, blanco y negro y  LomoChrome Purple, con resultados de colores imprevisibles) utiliza película de 400 ASA. Aunque las cámaras están pensadas para un solo uso, desde la compañía animan a los más valientes a intentar sacar la película y cargar un rollo nuevo.

¿Precio? El kit de las tres cámaras puede conseguirse por algo más de 50 euros. Si no queremos tantas, cada una de ellas se vende por unos 16 euros, y la LomoChrome Purple por unos 22 euros.

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