Era sólo cuestión de tiempo y finalmente ha ocurrido: ya hay una generación que no sabe qué es la fotografía química. Cuarto oscuro, carrete, revelador, luz roja de seguridad, o imagen latente son conceptos que para ellos resultan tan familiares o actuales como el colodión húmedo para la mayoría de los mortales: algo remotamente relacionado con la fotografía pero muy antiguo.

Mientras nos intentamos recuperar de esa sensación de ser ya oficialmente viejos, la popular serie Stranger Things es la protagonista de esta historia. Concretamente el cuarto oscuro que usa uno de los protagonistas -tranquilos, no hay spoilers– para positivar unas fotografías.

Una escena bañada por la luz roja de seguridad y en la que las cubetas con los líquidos de revelado y la aparición de la imagen en el papel fotográfico parece haber dejado descolocada a la audiencia más joven.

«¿Pone las fotos en agua y de algún modo se vuelven más claras? ¿Es esto una técnica fotográfica antigua o algo?», preguntaba uno de ellos en un foro. Tras las primeras respuestas explicando qué era eso del dark room y los principios de la fotografía química llegó, por supuesto, el cachondeo.

Y los lamentos por esa generación Y o Z que ha olvidado las bases elementales de la fotografía. Y por la nuestra, que irremediablemente ya puede ser bautizada como la de los dinosaurios de la fotografía y la última que podrá contar batallas sobre carretes que había que rebobinar, contactos de prueba, ampliadoras o la secuencia de revelador, paro y fijador.

Curiosamente, parece que las nuevas generaciones tienen menos problemas con la fotografía instantánea, pese a ser un proceso también de hace varias décadas y que, de hecho, en su momento estuvo a punto de desaparecer.

Es más, coincidiendo con la segunda temporada de Stranger Things, Polaroid lanzó una edición especial de su cámara OneStep 2 acompañada de cargas de película con unos colores especialmente ochenteros. Cabe supone que algo así como la prehistoria para estos muchachos.

10 COMENTARIOS

  1. Puestos a hablar de fotografía química, tuve montado un cuarto oscuro específico con agua corriente, bombo para copias de diapos y de negativos color, cubetas y luz roja para blanco y negro, medidor de temperatura, analizador de color, cizalla y cien cachivaches más. Revelaba los negativos y diapositvas y hacia copias en papel con FotoKit y Cibachrome según origen.
    Que queréis que diga, mucho más prácticos los métodos actuales. Eso sí, tenía su encanto pero cuando pienso en la réflex analógica, la ampliadora y todo lo demás y lo comparo con la micro 4/3 y el portàtil de ahora… pues eso… saludos.

  2. Todo es desconocido hasta que se prueba y afortunadamente cada vez hay más jóvenes que descubren la fotografia química, con lo que el relevo está asegurado o eso esperamos desde el festival Revela’T, desde el que os invitamos a todos los que no la conozcan a probarla y a los que se les han ido un poco las ganas a que vuelvan a probarla 😉

  3. Muchas personas de generaciones que vivieron incluso el paso de fotografía en b/n a color, no saben ni remotamente lo que sucede en un cuarto oscuro fotográfico. Saben que, de alguna manera, las fotos pasan de estar en el carrete a estar en un papel, pero ni se imaginan el proceso.

    • Es terrible que en EGB, en los libros de texto de ciencias, o por otro lado de sociales, donde se tocaba el arte. No dedicaran ni un pequeño texto a explicar un invento tan importante como lo fue la fotografía. Porque el concepto técnico es tan sencillo de explicar como de comprender. De manera muy excepcional en algunos «insti» hubo talleres extraescolares con algún profesor aficionado enseñando los procesos a los friki-estudiantes, que tras las clases, en vez de irse a jugar al futbol, o fumetear y ligotear, se apuntaban voluntariamente a estos talleres, que por desgracia fueron una excepción.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.