Si hubiera que resumir su carrera en una palabra y un nombre propio serían, sin duda, «guerra» y «Picasso». El fotoperiodista David Douglas Duncan ha fallecido recientemente a los 102 años de edad dejando tras de sí toda una vida dedicada al fotoperiodismo, primero cubriendo los conflictos bélicos más importante del siglo pasado y como cronista de la intimidad de Pablo Picasso.

Nacido en Kanasas City, Misuri, en 1916, Douglas Duncan empezó en el fotoperiodismo casi por casualidad cuando fotografiío sin saberlo al mafioso John Dillinger intentando salvar parte de un botín durante el incendio de un hotel en Tucson, Arizona.

Poco después empezó a colaborar como freelance para Life y National Geographic, y tras el ataque a la base de Pearl Harbour, se alistó en los Marines y fotografió desde la primera línea los frentes del Pacífico Sur durante la II Guerra Mundial.

Tras la guerra siguió inmortalizando con su cámaras todo tipo de conflictos bélicos y acontecimientos como el final de la ocupación británica en India, la guerra civil de Grecia y las guerras en Corea, Vietnam, Oriente Medio y África.

Pero además de ser uno de los fotógrafos de guerra más importantes de la historia, Douglas Duncan también pasará a la historia por su estrecha relación con el pintor Pablo Picasso, con el que mantuvo una amistad de 17 años durante los cuales realizó más de 25.000 fotografías del genio malagueño.

Una de sus últimas apariciones publicas fue hace apenas un año, en una entrevista que realizó para Nikon en el marco de la celebración del centenario de la firma. Y es que Douglas Duncan siempre estuvo ligado a la marca desde que conoció sus objetivos en 1950 durante una visita a Japón como fotógrafo de Life.

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