Nadie hablaba de street photoghraphy y el denominado barrio chino de Barcelona estaba muy lejos de ser la postal turística en la que acabaría convirtiéndose. Eran los años 50 y un contable llamado Joan Colom dedicaba sus fines de semana a callejear y, con su cámara escondida y sin mirar por el visor, retratar la vida de algunos de los barrios de ciudad.

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«Yo no sabía que estaba haciendo fotografía social en aquel momento. Yo sólo hacía fotografía y buscaba imágenes que me emocionasen […] Yo hago la calle. Con mis fotografías busco ser una especie de notario de una época.», explicaba él mismo hace unos años.

Ayer, a los 96 años de edad, Colom falleció, dejando tras de sí algunas de las fotografías más icónicas de aquella Barcelona y sus barrios. Un precursor de la fotografía de calle con un archivo de miles de imágenes que hace ya unos años donó al Museu Nacional d’Art de Catalunya.

Su blanco y negro en una época en la que ni el grano ni el enfoque eran los temas de discusión al ver una instantánea sirvió para retratar la vida cotidiana de las clases populares, con una especial atención a la prostitución, uno de los temas más recurrentes de este fotógrafo.

Pero más allá de sus trabajos más conocidos de aquellas décadas de los 50 y 60, después llegaría también el color y su particular visión de la Barcelona olímpica. Y en 2002 el Premio Nacional de Fotografía que, siempre con retraso, reconocía su larga trayectoria.

18 COMENTARIOS

    • Hombre, si vemos el libro, sea hija de un guardia civil o de una familia destructurada no es raro que pasara aquello… hoy publicar un libro así sería inviable y no ya por las fotos que lo es… si no por los textos que las acompañaban de la mano de Camilo Jose Cela… hoy seguro que no les costaba una denuncia, hoy el libro llevaría a la ruina a cualquiera.

      Creo que su familia fue más decisiva para quejara de salir a tomar fotos (eso he escuchado y leído)… hay algún fotógrafo en España en otra ciduad que hizo un trabajo muy similar en aquellos años y sus fotos salieron a la luz hace muy poco, es un tema complicado de publicar.

      • Por lo que tengo entendido se cabreó bastante con Cela por los textos que puso en algunas fotos…
        Y sí, hoy sería imposible hacer algo similar. No me parece mal del todo que se preserve la intimidad de las personas anónimas que pueden estar donde quieran sin que les acribillemos con nuestras cámaras para conseguir más clics en la red de turno… no sé…

  1. Siempre con retraso? no se a que viene eso de siempre con retraso… el premio nacional de fotografía se empezó a otorgar desde el 1994 y el fué el noveno en recibirlo…. todavía hay muchos esperandolo con edad muy abanzada, algunos les llegó antes de fallecer por los pelos y otros han fallecido sin recibirlo y en muchos casos su trabajo es tan importante como el de Colom.

    Colom tiene buenas fotografías, quizá algunos recortes que utilizó hoy sobran… pero fué un avanzado en España en cuantoa la tematica, en Europa Brasai ya hizo un trabajo brillante sobre la noche parisina y este genero años antes.

  2. Me parece que fue un gran fotógrafo, y que hacía lo que hoy llamamos Street Photography con un par.

    Su trabajo tiene un gran valor documental y artístico que no hubiera existido si no hubiera tenido las tripas de hacer fotografías en un ambiente tan delicado, y por no haberle preocupado por el qué dirán.

      • La verdad que sí. Por eso admiro tanto el valor que tiene. Cuando salgo a retratar a la gente en la calle ando con mucho cuidado, te das cuenta lo difícil que este tipo de fotografía. Y eso que por ahora, no me he atrevido a ir a ningún barrio complicado como él o Pérez Siquier (La Chanca, Almería). Cualquier equívoco y, mientras se resuelve o no, te llevas una somanta de palos.

  3. En homenaje al maestro y a buen seguro que lo paso mal haciendo fotos, explicaré una de mis vivencias del barrio chino barcelonés. Estando en el 1973 cumpliendo la mili en el ex Cuartel de Lepanto de la Gran Vía. Nos fuímos cuatro amigos de permiso a tomar unas copas, vestidos con ropa militar (antes se podía salir del cuartel así). Acabamos en el barrio entre prostitutas y chulos por doquier. Nos pedian cien pesetas por un polvo… Lo que más nos impresionó, fue ver tantas «tiendas» de gomas, que curaban la sífilis y otras enfermedades venéreas. A pesar de ser media tarde, encontramos un lugar oscuro, lúgubre, sórdido y peligroso. Lo que da a entender como el fotógrafo fue capaz y valiente (con un par) de adentrarse en un sitio tan díficil y además con una cámara. Que valor!

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