Como se suele decir, el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Si hace pocos días un objetivo quedaba totalmente destrozado por el impacto de las partículas expulsadas por la ignición de un cohete, en esta ocasión ha sido la cámara del fotógrafo de la NASA Bill Ingalls la que ha perecido es circunstancias similares.

Y este caso ha sido aun peor, porque la víctima es una Canon 5DS armada con un objetivo de la serie L, un conjunto que fácilmente puede alcanzar los 3.500 euros en el mercado.

Ingalls situó su cámara con un control remoto a más de 400 metros del lanzamiento del cohete SpaceX Falcon 9, es decir más alejada que nuestro anterior protagonista, que la colocó a tan solo 100 metros. A pesar de ello cuando el veterano fotógrafo de la NASA fue a buscar su 5DS se encontró en su lugar un amasijo de material derretido y carbonizado.

Tal y como explica el propio Bill Ingalls, la cámara se encontraba fuera del perímetro de seguridad y bastante alejada, pero el fuego expulsado por los motores del cohete provocaron un pequeño incendio en la maleza que rodeaba a la plataforma de lanzamiento, lo que acabó llevando el fuego hasta el equipo fotográfico.

La tarjeta de memoria sobrevivió de milagro y al menos el fotógrafo pudo recuperar un par de fotos interesantes: una del momento de la ignición del Falcon 9 y otra del instante inmediatamente anterior a que la Canon 5DS de Ingalls muriera carbonizada.

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