«La fotografía para mí es como una terapia, me permite concentrarme en lo que veo por el visor, olvidar lo que abruma y, a la vez, comunicarme», explica la fotógrafa Pilar Silvestre. Ella es la protagonista de la primera historia que con motivo del décimo aniversario del sistema X de Fujifilm la compañía ha publicado bajo el nombre de «Reflections».
Y es que más allá de los números, los megapíxeles y las especificaciones, el auténtico sentido de una cámara o de un sistema es que sirva para contar historias. Y en el caso de Silvestre, sus Fujifilm X -explica ella mismo en el vídeo- son sinónimo de libertad.
Un brote de estrés por motivos laborales la mantuvo en casa durante años, recuerda. Y la fotografía fue lo que consiguió que volviera a salir, primero a hacer fotos en piscina, un escenario donde se sentía especialmente cómoda.
La X-Pro1 es su cámara preferida, nos cuenta. El primer modelo de esta saga X con ópticas intercámbiables y que precisamente ahora cumple 10 años. Ella la sigue utilizando y, de hecho, es con la que se le puede ver en el vídeo.
Dejé de fotografiar deportes de manera standard por aburrimiento y harta de ver que todo el mundo buscaba lo mismo y aposté por centrarme en la composición, nos cuenta.
«Ahí desestimé los grandes teles, las cámaras pesadas y opté más por el juego de planos, ángulos y perspectivas que se acercaban más a lo que yo necesitaba transmitir. Aposté por los angulares y en general este tipo de fotos las hago con enfoque manual».
Aunque la mayoría de estas fotos de salto las hizo con una X-T10 y una X-T30, asegura que las podría hacer perfectamente con su veterana X-Pro1, que utiliza para otro tipo de reportajes, «para una fotografía más pensada».
En cualquier caso, lo mejor es escuchar la historia que Pilar Silvestre cuenta en el vídeo.
Página oficial de Fujfilm sobre el décimo aniversario del sistema X.