«Hago Fotografía desde muy pequeño pero mi relación con ella ha sido intermitente. La redescubrí por primera vez en analógico en la facultad de Periodismo de Madrid, y por segunda vez —ya en digital- trabajando como periodista, aunque siempre como apoyo a mis textos.

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Poco a poco fui dejando de escribir para hacer fotos hasta que me trasladé a Vitoria-Gasteiz, donde decidí dar un giro a mi vida y abandoné la prensa para enseñar fotografía.

Desde hace seis años dirijo con mi compañera Sandra la escuela de fotografía FotoGasteiz, con la que hemos editado el primer libro colectivo de fotografía urbana de la capital vasca,  Vitorianos, hecho por los alumnos, y hemos organizado el Primer Simposio Nacional de Fotografía Urbana FotoKalea.

El origen de la serie «Días grises» es puramente técnico: me hice con una Sigma DP3 -con un 75 mm equivalente- en verano del año pasado y la calidad y textura de sus imágenes me dejó fascinado. Por ello busqué una DP1 de segunda mano, con un 28 mm, y empecé a hacer fotografía urbana con ella. El 28 mm es mi distancia focal favorita.

El principal problema que tienen las cámaras Sigma es que prácticamente solo puedes utilizarlas a ISO 100. Durante el verano no hubo mayo problema, pero cuando llegó el cambio de hora, en octubre del año pasado, la cámara ya no servía para hacer fotografías a pulso. Vitoria-Gasteiz es una de las ciudades con menos horas del sol del país.

La tarde del pasado domingo 29 de octubre salí a hacer fotos con ella por la tarde pero ya era de noche y como no podía subir el ISO todas las fotografías salieron movidas. Entonces empecé a jugar. Acaba de participar en un taller de José Benito Ruiz en Gernika y tenía la mente muy abierta. Es la magia de los talleres buenos.

Caminando entre la lluvia se me ocurrió hacer barridos caminando hacia adelante, intentando emular la velocidad y los pasos de los viandantes. Hice la primera foto y con ella empezó todo.

Los colores, la atmósfera y las texturas que salieron de la DP1 me atraparon por completo.
Con el tiempo y practicando aproveché los días lluviosos, donde las luces se multiplican por dos con los reflejos, y empecé a salir a hacer fotografías solo cuando llovía y era de noche. Algo que en Vitoria-Gasteiz es muy frecuente entre octubre y marzo.

Todas las fotografías están hechas con exposiciones de medio segundo o más. En algunas he optado por barridos tradicionales, en otras experimenté con barridos hacia adelante y también trazando círculos con la cámara al cuello mientras el obturador estaba abierto, círculos más grandes si quería más desmaterialización o más pequeños si quería más detalle.

Principalmente quiero crear imágenes figurativas. Algunos dirán que son pictóricas, otros que son casi abstractas y otros que no son más que fotos movidas o garabatos. En cualquier caso, fotográficamente busco sugerir. Hacer que la imaginación de quién ve las fotografías vuele y rellene los huecos de lo que no entiende.

Personalmente esta serie me ha ayudado a disfrutar del lluvioso tiempo vitoriano, que puede ser muy duro psicológicamente si no consigues hacer oportunidad de ello. Antes odiaba la lluvia y ahora solo quiero que llueva. La mente humana es increíble.»

Más información sobre Gustavo Bravo en su página web y en su perfil de Instagram.

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