Empezaré con dos frases de La Divina Comedia de Dante Alighieri, para
dar significado a este proyecto: “A mitad del camino de la vida, en una selva oscura me encontraba porque mi ruta había extraviado”. (Canto I, versos 1 al 3).
“Temer se debe sólo a aquellas cosas que pueden causar algún tipo de daño;
mas a las otras no, pues mal no hacen.” (Canto II, v 88 al 90).
Niños y niñas maltratados y acosados, escondidos en sus colegios, refugiados en sus casas, convertidas en cárceles improvisadas, alejados de sus padres, amigos, familiares, resguardados en su interior más intimo, sin saber cómo salir de él, perdidos en un mar de penas, atemorizados, aterrados.
Sufridores incansables, hasta llegar al punto del abismo más aterrador… En el más profundo silencio llevan su pena, hasta que un día estallan y no sabemos por qué de ese estallido. Demasiadas veces hemos llegado tarde, demasiado tarde sin prestarle atención, demasiada dejadez…
Niños y niñas llegan a las instituciones docentes para aprender, no para ser atormentados, por pensar, vestir o porque simplemente son diferentes al resto.
Todos ellos deberían vivir en alegría constante, sin preocupaciones, tan solo las impuestas por sus obligaciones, pues para eso son niños y niñas. Parar esta lacra es tarea de todos nosotros y no solo de unos cuantos, la educación empieza en el hogar y sigue en los colegios.
Este proyecto pretende reflejar el sufrimiento de todos los que lo llevan en silencio, como si fuese una cruz que los termina aplastando, y despertar la sensibilidad de una sociedad que cada vez está más insensibilizada a todo drama. Todos pensamos que mientras pase al de al lado estamos a salvo, pero no es cierto.
Este proyecto es muy intimista ya que yo mismo estuve en esa situación, los niños se metían conmigo y además me quedé sin padre a la corta edad de cinco años. El acoso duró hasta que un día me armé de valor y les planté cara.
Tuve que pegarme con ellos para que dejaran de meterse conmigo, ¿pero cuantos niños y niñas hay en esta situación?
Todas las fotografías están realizadas con una Sony A7 III y el Tamron 28-70 mm
mm 2.8.
Más información sobre Esteban D’Azúa en su página web y sus perfiles de Facebook e Instagram
Realmente tansmite una atmosfera agobiante y en cierto modo terrorifica. (No sé si transmite lo que se sintió, pues por suerte no he llegado a sufrir bulling pero transmitir, transmite bastante desasosiego)
Recuerda mucho el trabajo de Antoine d’Agatha.
Las imagenes… bien.
Transmiten el mensaje… para mi, no.
Si separas las imagenes del texto; pierden el mensaje, para las que fueron creadas.
Buenas intenciones, honesto resultado y loable propósito no del todo conseguido porque al convertir al infierno en una categoría estética aquél adquiere un carácter positivo y pierde gran parte de su terribilidad…
Excelente, Esteban. El ‘bulling’ se cura con la educación, de padres y profesores.
De acuerdo
Si definitivamente descontextualizado del texto no se entiende, si es bullying, pesadillas nocturnas o una performance sobre la esquizofrenica, un intento que parece quedarse a mitad de camino, no termino de entender el balance de blancos y la saturación, ha quedado muy raro, me distrae del tema.
La primer parte de tu comentario la puedo comprender. La segunda, la que se refiere al balance de blancos y a la saturación que tu sostienes no entender, justamente, me deja sin entender qué es lo que hay que entender y no entiendo.
+10
Me refiero a que una cuestión técnica, me distrae el balance y saturación elegida.
¿Antoine d’Agatha?