«Me dedico a la fotografía porque me resulta una manera simple y directa de expresión visual. Podría haberme dedicado a la pintura o al dibujo, ya que siempre me sentí atraído por las artes visuales. Es más, siendo arquitecto puedo decir que el dibujo es mi medio de vida, y la creación visual es parte de mi profesión.
Pero lo que me apasiona de la fotografía es que podemos tomar la realidad, recortarla, organizarla y manipularla para internarnos en un mundo surreal. La fotografía nos permite la ilusión de detener el tiempo para observar lo que no vemos a simple vista. Y es mirar con otros ojos.
Intento con mis fotografías contar una realidad posible, una historia con parte de realidad y parte de ficción. Una versión de la realidad. Esta serie de fotografías se titula Sonámbulo, y forma parte de un trabajo en proceso en el que intento una narración a través de lugares que están a la vuelta de la esquina pero que no vemos o vemos diferente: espacios deshabitados, inhóspitos o aparentemente abandonados, rincones olvidados en los bordes de la ciudad, escenarios de historias ocultas que ocurren mientras no estamos allí.
¿Cómo son esos lugares cuando no hay nadie para verlos? ¿Qué se ve cuando nadie ve?
¿Es otra realidad, es un sueño de alguien despierto?
Mi interés en la fotografía se orientó al comienzo hacia la arquitectura, el espacio urbano y el paisaje natural y en cómo interviene en éstos la presencia humana, pero desde una mirada plástica y compositiva: la búsqueda de organizar los elementos en el cuadro con un fin armónico visual. Sigo haciéndolo, pero con la intención de incorporar otros sentidos, que no sean sólo fotos bonitas.
Mi forma de trabajar es simple: salir a caminar con la cámara en la mochila. A veces de forma planificada, otras improvisando. Busco lo extraño en los lugares conocidos, o lo habitual en lugares extraños. Salgo en las horas en que la luz, su ausencia, o las condiciones climáticas hacen posible imágenes más interesantes, dramáticas o reveladoras. Prefiero el blanco, el negro y los grises, aunque a veces el color me atrapa, y no puedo evadirlo.
Mi equipo habitual, desde hace un par de años, es una cámara sin espejo con un sólo lente, un 35 mm 1,4. La distancia focal normal es la que resulta más agradable. A veces llevo también una réflex con película blanco y negro, con la intención de que la textura química aporte algo para lograr estos climas que busco.
El autor que más me ha inspirado, sin dudas es Cartier-Bresson. Además de sus fotografías
únicas y su estilo inimitable, me han influenciado sus ideas: las recopilaciones de sus escritos y entrevistas pueden ser leídos como un manifiesto sobre el acto de fotografiar, sobre la absoluta confianza en el lenguaje fotográfico como forma de comunicar una visión del mundo. Henri Cartier-Bresson fotografiaba desde las tripas: el corazón, la cabeza y el ojo alineados, le indicaban cuándo apretar el disparador. Fotografiaba porque no podía hacer otra cosa, era su necesidad vital. Y declaraba su interes absoluto en el ser humano como único tema posible.
Hay otros fotógrafos que me interesan mucho como André Kertesz, Brassai, Robert Frank, Diane Arbus, pero la fotografías de Mario Giacommelli siempre me resultaron sorprendentes, y en alguna medida intento tomar como referencia esa búsqueda que va más allá de lo visual, una búsqueda sensorial. La obra de una autora argentina, Adriana Lestido, en especial su último trabajo Antártida negra, también me ha resultado sumamente conmovedora, inspiradora y motivadora.
Creo que además podemos influenciarnos con otras expresiones, otros lenguajes. En los meses en que trabajaba en las fotos de esta serie, estaba viendo la nueva temporada de Twin Peaks. Ese mundo de pesadilla de David Lynch sin dudas influyó y me ayudó a darle un sentido al trabajo.»
Tremendo bostezo, casi se me desencajan las mandibulas.
Lo de que apuesta por la fotografía porque le permite manipular la realidad ya está muy sobao
Coincido.
Se percibe que los que realizan la selección de estos porfolios no aman la fotografía. Por el contrario ¿la desprecian?
Comparto tus expresiones y tus preferencias, excelentes fotografías, también mis preferidas son los paisajes urbanos nocturnos monocromo, camino mucho Buenos Aires de noche y si llueve mejor. Felicitaciones me encantó tu trabajo, estamos en la misma frecuencia.
Gracias por ver y comentar Jorge. Saludos!
Interesante trabajo, bien pensado y bien elaborado. La primera me parece muy buena, la que más. La noche nos da realmente otra manera de ver las mismas cosas que de día quizá no reconoceríamos.
Gracias por tu comentario Joan. Saludos!
¡Me gusta mucho! ¡buen trabajo! También tengo una serie de fotos hechas por la noche en mis caminadas por la madrugada.
Gracias por tu comentario! Me gustaría ver esas fotos. Saludos!
Bueno, hice solo algunas y a la diferencia de ti, en casi todas hay personas. Te paso el enlace. Saludos.
https://www.flickr.com/photos/joaopaulofreire/albums/72157690205944591/with/23170012793/
Muy buen trabajo
Gracias!
¡Excelente trabajo!
Gracias por tu comentario!
Me encanta el proyecto!
Gracias por ver y comentar. Saludos!
La verdad es que exceptuando las tres o cuatro primeras, el resto no me dicen mucho. No son composiciones bonitas y no parece que estén excesivamente pensadas para cautivar con el encuadre, le añades la falta de color, y te quedan los contrastes de las luces, que es lo único destacable junto con la ausencia de personas y movimiento, que transmite soledad, y quizá un poco de melancolía, pero de forma muy superficial.
Gracias por tu comentario. Aprecio que te hayas tomado el trabajo de ver y escribir sobre mis fotos. Saludos!
El que tengas formación como arquitecto sin embargo sí que se puede constatar en la primera mirada. Se nota, y mucho.
Lo que pasa en lugares en los que no hay nadie, simplemente es nada. No pasa absolutamente nada, pero es la ausencia de otras personas lo que le da el toque especial, si es que lo hay. La sensación de que estamos donde nadie más está, haciendo algo que en ese momento es único. Como un gato solitario en la noche por los tejados. Esa sencación creo que lo consigues en algunas y en otras no.
«Busco lo extraño en los lugares conocidos, o lo habitual en lugares extraños. Salgo en las horas en que la luz, su ausencia, o las condiciones climáticas hacen posible imágenes más interesantes, dramáticas o reveladoras. Prefiero el blanco, el negro y los grises, aunque a veces el color me atrapa, y no puedo evadirlo».
Aquí consigues imágenes «diferentes». El dramatismo se lo dan los juegos de luces y sombras y el blanco y negro. La ausencia de personas en lugares que de día son transitados, supongo que es el mayor valor de diferencia en estas tomas. Pero no veo la revelación por ningún lado.
Todo esto bajo la mirada de un simple aficcionado. Quiero decir que aunque he intentado argumentar el porqué, es desde una óptica particular. A otras personas les dice otras cosas, y a otros les parecerá que los encuadres son fantásticos.
Creo que tenía que matizar un poco la crítica anterior. Da la sensación de que está hecha muy a la ligera y no quería transmitirte esa sensación.
El arte ha evolucionado, pero algunos se han quedado anclados en su pasado.
Pues cuando el sonámbulo despierte y se tropiece con la anodina realidad de sus fotos se va a caer de la cama.
Afortunadamente he disfrutado mucho hacer cada una de estas fotos. Gracias por tu comentario. Saludos.
Me congratula tu espíritu deportivo ante las críticas, pero no me extenderé en justificarla la mía (como el poeta de arriba) por la sencilla razón de que me parece que tus fotos no valen nada; en todo caso decir que el título hace justa referencia al contenido en el sentido de que son somnolientas.
Lacra.
Que son somnolientas es una evidencia objetiva; decir que son una «lacra» ya parece un tanto excesivo incluso para mí.