Por Carlos M. del Río. No puedo recordar si la primera vez que compré Kodak Portra 400 se debió a una recomendación o la pura casualidad. El caso es que en aquel momento, primavera de 2016, no sabia lo suficiente acerca de películas como para distinguir el Portra de un Ektar o un Fuji C200. Era simplemente película de color a un precio razonable; eran otros tiempos.

Mi percepción sobre ella cambió en cuanto escaneé el primer rollo. ¿Dónde estaba el grano que correspondería a una película de ASA 400? La imágenes eran limpias, muy limpias.

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Foto: Carlos M. del Río
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Foto: Carlos M. del Río

Sé que algunos puristas de la fotografía química consideran el grano como parte fundamental de la película pero yo nunca he sido un gran partidario de él, así que descubrir que una película de ASA 400 se comportaba como una de ASA 100 fue una sorpresa muy agradable. No es algo accidental, Kodak especifica en su hoja de características que es “ideal para el escaneado”. Es, por lo tanto, una película para el siglo XXI.

Pero el grano no fue la principal razón para comprar una y otra vez esta película. Una de sus características es que es extremadamente flexible: la he disparado en días soleados, con nubes, en interiores y al anochecer.

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Foto: Carlos M. del Río

En todos los casos me ha dado resultados coherentes, con tonos cálidos y suaves pero no lavados. Además, reproduce muy bien los rojos y también respeta al resto de colores. Pero lo que más me gusta es su tolerancia al error: mantiene los detalles y es muy difícil quemar altas luces, uno de los problemas con que me encuentro a veces usando otras películas.

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Foto: Carlos M. del Río

Pero creo que hay un componente emocional más allá de su calidad. En este renacimiento de la película siento que echamos de menos uno de los pilares que ayudó a la popularización de la fotografía hace décadas: la diapositiva.

Mis recuerdos están grabados en las Kodachrome que mi padre disparó durante dos décadas, una experiencia que resulta imposible de reproducir no sólo porque Kodak dejó de fabricar su película más legendaria, sino porque los precios de las pocas películas de diapositiva que existen hoy en día son absolutamente prohibitivos para plantearse su uso como algo más allá de un experimento ocasional.

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Foto: Carlos M. del Río
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Foto: Carlos M. del Río

Ante este vacío creo firmemente que Portra 400 tomó su lugar durante la pasada década como el nuevo Kodachrome para la generación que descubrimos la fotografía química a través de la digital.

Ha sido nuestra compañera en viajes, celebraciones o simplemente paseos fotográficos. Y digo “ha sido” porque tal vez se trate de la película que más ha sufrido la crisis química de los últimos tiempos, no sólo duplicando su precio en los últimos dos o tres años sino habiendo prácticamente desaparecido de los estantes de las tiendas.

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Foto: Carlos M. del Río

Ojalá que el futuro de Portra 400 no sea el de Kodachrome y podamos disfrutarla durante muchos años más. Esta generación se merece su propia película mítica.


Carlos M. del Río es geólogo y apasionado de la fotografía. Sus aficiones incluyen probar esas cámaras de las que ya nadie se acuerda y hablar sobre ellas. Cuando tiene tiempo también hace fotos y las comparte en su Instagram.

9 COMENTARIOS

  1. ¿Qué tendrá que ver un negativo color Portra con una película reversible como el Kodakchrome?

    Todo este asunto parece digno de un paracaidista y no con alguien con conocimientos para hablar de pelicula,

    Carlos con la mejor onda te lo sugiero, deja de escanear con los Epson los negativos, eso no son los colores del Portra.

    • Además de lo generalista que resulta decir Kodachrome refiriéndose a una película, cuando hay muchas variaciones en el tiempo, isos, foto o cine, revelado. Es un mundo en sí mismo. Tan complejo para que nadie hoy se atreva, pese a todos los adelantos, con ese sistema excepcional.
      Por cierto la primera película de color de la historia.

      El Portra de hoy tampoco tiene mucho que ver con el de los 80s, aunque se ven cosas interesantes en film

    • Y no sólo eso, ya que comenta que las luces le quedan muy bien, claro, dejando las sombras absolutamente negras. Es un negativo color y no tiene la latitud de exposición de las películas blanco y negro, y ni mucho menos el rango dinámico de las cámaras digitales. Si es que es escribir por escribir.

  2. Gracias a Fujifilm, hoy tenemos una tecnología que reproduce tantos colores, texturas, grano, identidad en la foto…. Que no se puede ni comparar con lo analógico…le da 10 vueltas y de eso se trata,,, evolución!!!!
    Entiendo a los más románticos de la fotografía,,,, pero seamos sinceros…. Cuántas fotos se perdían con carrete o salían mal,,,
    Yo tengo una pequeña cámara mirorless de 380g que llevo unas 6 simulación de película analógica y algunas personales a mi gusto…. Viajar y disfrutar de la fotografía como nunca en mis 70 años de vida y 30 como fotógrafo profesional que tuvo que adaptarse a lo nuevo constantemente….
    NO LO CAMBIO POR NADA…. Y NO VOLVERÍA AL CARRETE NI LOCO

    • Totalmente de acuerdo contigo, lo mío como aficionado. Todas las analógicas que tengo funcionales están paradas…. me da una pereza terrible todo el proceso de lo analógico en el momento de hacer la foto y el revelado teniendo a disposición live view continuo, histograma, poder cometer mil errores sin gasto y evitar además el escaner y la ampliadora… está bien poder usar y conocer las tecnologías pasadas para comprender mejor lo que tenemos ahora y de donde venimos, igual que un fin de semana podemos ir a la aldea y dar un paseo en un carro de bueyes o de caballos, pero no sería práctico en el dia a dia.

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