Pésimas noticias para los fotógrafos que tengan que viajar habitualmente entre Estados Unidos o Reinos Unidos y países árabes: una nueva norma de seguridad acaba de prohibir subir a bordo dispositivos electrónicos más grandes que un teléfono móvil. Algo que incluye, claro, ordenadores, tablets y también cámaras de fotos, que a partir de ahora tendrán que facturarse.

Igual que ocurrió en su momento con los líquidos, un supuesto plan terrorista para atentar usando explosivos camuflados en este tipo de aparatos ha sido el argumento para hacer efectiva esta nueva prohibición que, de hecho, desde hoy mismo afecta a los vuelos de 10 países de oriente medio y norte de África.

La medida, que afecta a compañías como Turquish Airlines, incluye vuelos con origen en lugares como Túnez, Jordania o Emiratos Árabes y destino Estados Unidos. De todos modos Reino Unido no ha tardado en sumarse a la prohibición, aplicando similares restricciones a las rutas directas desde estos mismos países.

Francia también está valorando en adoptar medidas similares, aunque por ahora la prohibición de volar con cámaras a bordo -siempre en estas rutas directas desde países árabes- no se ha hecho oficial.

15 COMENTARIOS

  1. O sea que quien deba facturar una cámara-explosivo o un objetivo-explosivo o un flash-explosivo podrá accionar el dispositivo desde su móvil o, desde el mando a distancia que lleve en el bolsillo, ciertamente una medida muy inteligente ya que, imagínate que el que acciona el dispositivo decide no subir en el avión en el último instante o, por cosas de la vida, se queda encerrado en el wc…

    No sería más fácil que cada fotógrafo estuviera acreditado y con un seguimiento de su trabajo y comportamiento, avalado por ciertas personas del sector y así subir con su material o, más fácil aún, además de la acreditación y seguimiento, un servicio de calidad que ofrezca la posibilidad de que jamas se vaya a maltratar ese material y mucho menos, que se pierda…

    Otra posibilidad es pasarse a los jets privados o, ir en barco y tren o, adquirir un fabuloso Land Rover Defender y vivir la vida de otro modo.

  2. Pues habrá que ir acostumbrándose, y adaptarse a los tiempos que nos toca vivir, pensemos que mientras estamos pensando el fastidio y la incomodidad que pueda suponer, los malos ya están pensando en el siguiente atentado. Quizás sirva de poco, porque como se está viendo, los malos ya están dentro. Debiéramos de parar a pensar lo que se ha hecho y sigue haciendo mal. Los europeos, ensimismados desde nuestros certámenes y pasarelas, pensamos que “to’el mundo” es bueno, y los malos lo saben y se aprovechan. Lo que está sucediendo son pequeños adelantos de lo que sucederá en unos años, por el simple y natural hecho demográfico, y en democracia la mayoría decide. El dicho haz el amor y no la guerra, lo malos dicen, haciendo el amor no hará falta guerra.

  3. Bueno, hay una solución: olvidarse de cámaras que entren dentro de la descipción de «dispositivo electrónico». Echar una FM2 en la mochila cargada con un buen Ektar 100 no te la podrán quitar, ¿no?

    De todas formas, aún en el caso de las digitales, lo único que tendrás que facturar será el cuerpo. No dicen nada de los objetivos, ya que en su mayoría la electrónica que tienen es mínima.

  4. Muy fácil, en el control de seguridad, pedir al dueño de la cámara que haga una foto, si la cámara funciona y la foto sale, el problema está resuelto, cámara limpia de artefactos, eso es lo que se hace desde siempre en los controles serios y se tarda un segundo en realizar.
    Esta nueva medida, de facturar equipos electrónicos, no vale para nada, generalmente en los atentados con bomba en aviones, la colocación del artefacto se hace por personal que trabaja en el mismo aeropuerto y que tiene acceso al avión.

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