Que una famosa diga que tiene derecho a usar una fotografía por salir en ella no es ninguna sorpresa. Paso antes, pasa ahora y pasara en el futuro.

Tal vez en algún momento algún juez se pronuncie claramente al respecto, pero mientras tanto seguiremos siendo testigos de esta ridícula -por argumentos- batalla donde alguien pretende ser titular de derechos fotográficos por el mero hecho de ser partícipe de la instantánea. Como si cobrases al chef por comerte su comida o al peluquero por poder trabajar en tu pelo.

Demagogias aparte, el uso de fotos -sin pasar por caja- por parte de los famosos es algo que en España llevamos sufriendo desde que las redes sociales hicieron acto de presencia, elevando a su máxima expresión la creencia de que si esta en internet, es gratis.

No hay fiesta, premiere o evento que se precie que no tenga su ración de quejas en los grupos privados de WhatsApp de fotógrafos porque tal o cual personaje ha colgado en sus redes una foto sin pedir permiso, sin pagar y, además, ignorando al fotógrafo.

Digo ignorando, pero debería decir menospreciando. Porque mientras que en cualquier publicación de este estilo uno encuentra mil hastag comerciales, menciones a marcas y demás agradecimientos virtuales, la mayoría obvian el nombre del fotógrafo a la hora de poner una simple etiqueta.

Y esto es rizar el rizo porque muchos famosos se escudan para postear fotos sin permiso en que gracias a ellos obtienes publicidad gratis. Y, lo reconozco, también muchos fotógrafos se conformarían con una simple mención que le ayudase a ganar seguidores.

Aunque hay diferentes tipologías, podríamos dividir los casos entre los que no tienen ni idea de que están haciendo algo mal y los que creen que, si ellos salen en la foto, esta les pertenece.

Los primeros son fáciles de convencer, normalmente basta con enviarles un mensaje para que lo entiendan y desistan, además muchos son famosos de relativa poca fama rápidamente aceptan la queja reconociendo lo difícil que es ganarse el pan.

Los segundos son más complicados en todos los sentidos, es muy difícil comunicarte con ellos y es aún más difícil hacerles entrar en razón, corres el riesgo de que utilicen su poder mediático contra ti o que te amenacen con un proceso legal que cuesta un dinero que la mayoría de los fotógrafos no tienen.

Aunque no lo parezca, el asunto es mucho mas complicado e implica mucho mas de lo que se puede ver a simple vista. Que un personaje famoso te señale puede significar que si tienes estudio sus fans te hundan la reputación a base de críticas negativas y no es descabellado que si su poder es suficiente puedan pedir a un organizador que te vete en determinados eventos.

Y eso por no hablar de lo pocas amigas que son los medios de comunicación de enfrentarse a un VIP por la pataleta de un fotógrafo que normalmente no está en nomina y del que pueden prescindir rápidamente.

El caso reciente más sangrante lo protagonizó Lorena Castell. La presentadora tomo una foto de agencia, la subió a Instagram y sutilmente borro la marca de agua con el nombre del autor pegando encima un hastag.

La imagen que compartió -y luego retiró- tapando la firma con el hashtag de turno.

Fue la gota que colmó el vaso. Los fotógrafos mostraron su hartazgo evitando fotografiarla en los siguientes eventos a los que asistía, creando momentos ridículamente tensos e incomodos para todas las partes.

Llegados a este punto uno se pregunta si esto no tiene solución. Y si, la tiene. Una importante diseñadora española entendió no solo que las fotos tienen autor, dueño y precio, sino que es negativo para su imagen de marca tener a los fotógrafos cabreados.

Ella encontró una solución que fue una revolucionaria peripecia creativa rayando la locura: firmó un contrato con una agencia para que sus fotógrafos fueran a todos sus eventos y ella se comprometió a comprar fotos de todos ellos. Locurón.

14 COMENTARIOS

  1. Tomar imágenes de famosos para beneficio propio.

    Famosos que toman las imágenes tomadas para su beneficio.

    Tomadores de las imágenes que demandan que sus imágenes tomadas sean retomadas anunciando quien las toma..para beneficiarse.

    Que bien lo hizo Juana Biarnés, huyendo de este submundo..Y eso que ella tenía famosos, a los que había tomado fotos para su beneficio, que la apoyaban. (Cantante Rafael).

    Por si os sirve de consuelo..el mundo mundial trabaja buscando beneficio propio cuando muchas veces se benefician de el.

    La suerte del currante..

    Saludos.

  2. El ninguneo no es sólo cosa de famosos, forma parte de la sociedad española y de su educación, todavía una inmensa mayoría no quiere aceptar que ser fotógrafo pueda ser una profesión, ni pasados cien años y, sin embargo oficios más recientes y cuyo esfuerzo físico es menor que pulsar un botón recibe alabanzas. Hay gente que piensa que todos los fotógrafos son iguales y se les puede exigir lo que sea, es decir renunciar a su estilo e imitar el de otro o incluso hacer uso y abuso del plagio, ya que creen que el sistema capitalista español está abierto a todo, si los políticos son unos chorizos, ellos pueden sacar tajada de lo que sea y como sea y lo mejor de todo es que manifiesten en público su feminismo y paguen peor a sus modelos que en Madagascar. Hay mucha mierda por el mundo, estamos rodeados de mierda y como la mierda apesta lo mejor es apartarse de ella pese a sus consecuencias económicas, no, no todo vale, sin respeto no hay trabajo, sin respeto no hay regalos, resulta que tú tienes que regalar a cambio de nada y si no regalas te roban, denuncias para acabar siendo el malo de la película, pero bajar los brazos ante tal desfachatez, eso, eso nunca, si no quieren entender, que se jodan con las respuestas.

  3. No veo tan descabellado que alguien comparta una foto donde el mism@ aparece, el trabajo de las personas hay que respetarlo, pero nunca debería estar por encima de otras personas y nuestra imagen forma parte de nosotros, al no ser que haya un contrato entre fotograf@ y persona a la que se fotografía.

  4. Si eres famoso y vas a un evento das por hecho que habrá fotógrafos de prensa, contratados para el evento… lo que sea. Ergo sabes que te van a hacer fotos a ti y al resto de asistentes. No estamos hablando de paparazzis que van a esconderse en el buzon de tu portal para echarte fotos cuando entres y salgas de tu casa, simplemente están cubriendo un evento y tú, por el motivo que sea, participas en él.
    Todas esas fotos que te hagan a ti y a los demás famosos están destinadas a usarse con fines comunicativos (un periodico, por ejemplo), pero si tú, luego, quieres recibir una copia de esa imagen debes contactar personalmente con el fotógrafo, quien amablemente pactará un precio contigo.

  5. Igual los fotógrafos se flipan también un poco. Porque si a alguien le interesa esa foto es por la persona que sale y no por quien la hace. No hablamos de unas obras con valor artístico. Hablamos de gritarle al famoso que por favor sonría y pose hacia ti.

  6. Hace más de 15 años me vi en la puñetera calle porque la especialidad profesional para la que me había preparado, y en la que había acumulado una experiencia de casi dos décadas, se fue al garete por culpa de la llegada de Media Markt, Amazon y otras empresas similares. Yo era (soy) especialista en electrónica de consumo en punto de venta. Grandes cadenas de electrodomésticos se fueron a la mierda, y un gran colectivo de trabajadores altamente cualificados nos fuimos a hacer cola a la oficina del paro.

    A mi mujer le va a pasar algo parecido. Es secretaria, una de las más de 300 que trabajan en un despacho internacional de legaluchos con sede central en Madrid. Acumula más 17 años de experiencia. Esta empresa lleva ya algún tiempo estudiando la forma en que la Inteligencia Artificial pueda sustituír al personal de apoyo, como lo llaman ellos. Puede ser cuestión de una o dos décadas, pero mi esposa va a ser testigo de cómo su colectivo profesional, tan necesario y esencial a día de hoy en estas empresas, se va a la mierda por culpa de una puñetera máquina.

    Llevo ya unos años leyendo cómo te quejas de toda la morralla, injusticia, caradura, impudicia e indecencia que sufres en tu trabajo. ¿Aceptarías la humilde sugerencia de alguien que pasó por lo mismo que tú 20 años antes? Actualízate. La basuraza que rodea a tu profesión no tiene arreglo. De hecho irá a peor, y tú lo sabes perfectamente. Y actualizarte, por desgracia, significará muy probablemente que tengas que dedicarte a algo que no tiene nada que ver con lo tuyo. Y no es válido el argumento de que no sabes hacer otra cosa. Yo tampoco sabía y tuve que aprender, con cuarenta y tantos y familia. Y sí, desde entonces estoy amargado, cabreado y hasta las pelotas, porque mi estabilidad laboral no ha vuelto a ser la que era antes. En este momento estoy con 52 tacos y opositando.

    Los tiempos cambian. O cambias con ellos o mueres. En serio, deja de quejarte.

  7. Hace más de 15 años me vi en la calle porque la especialidad profesional para la que me había preparado, y en la que había acumulado una experiencia de casi dos décadas, se fue al garete por culpa de la llegada de Media Markt, Amazon y otras empresas similares. Yo era (soy) especialista en electrónica de consumo en punto de venta. Grandes cadenas de electrodomésticos quebraron en poco tiempo, y un gran colectivo de trabajadores altamente cualificados nos fuimos a hacer cola a la oficina del paro, sustituídos por jovenzuelos universitarios a tiempo parcial sin formación en atención al público ni especialización alguna.

    A mi mujer le va a pasar algo parecido. Es secretaria, una de las más de 300 que trabajan en un despacho internacional de legaluchos con sede central en Madrid. Acumula más 17 años de experiencia. Esta empresa lleva ya algún tiempo estudiando la forma en que la Inteligencia Artificial pueda sustituír al personal de apoyo, como lo llaman ellos. Puede ser cuestión de una o dos décadas, pero mi esposa va a ser testigo de cómo su colectivo profesional, tan necesario y esencial a día de hoy en estas empresas, desaparece de un plumazo por culpa de una máquina. No somos los primeros (¿Hablamos de la Revolución Industrial?), ni seremos los últimos.

    Llevo ya unos años leyendo cómo te quejas de toda la morralla, injusticia, caradura, impudicia e indecencia que sufres en tu trabajo. ¿Aceptarías la humilde sugerencia de alguien que pasó por lo mismo que tú 20 años antes? Actualízate. La basuraza que rodea a tu profesión no tiene arreglo. De hecho irá a peor, y tú lo sabes perfectamente. Y actualizarte, por desgracia, significará muy probablemente que tengas que dedicarte a algo que no tiene nada que ver con lo tuyo. Y no es válido el argumento de que no sabes hacer otra cosa. Yo tampoco sabía y tuve que aprender, con cuarenta y tantos y familia. Y sí, desde entonces estoy amargado desde el punto de vista laboral, porque mi estabilidad no ha vuelto a ser la que era antes. En este momento estoy con 52 tacos y opositando.

    Los tiempos cambian. O cambias con ellos o mueres. En serio, deja de quejarte.

  8. Un toque de atención sería -algo imposible creo- que en los photocall no hubiera ni un fotógrafo cuando los protagonistas fuesen de esos que piensan que «como salen en la foto tienen derecho a obtenerla gratis». Su mente calenturienta cofunde el trasero con las témporas, es como si voy a un restaurante y pido el menú del día y luego exijo que me salga gratis porque como me lo he comido y está en mi estómago, ya me pertenece. No puede ser más absurdo. Si como decía, no fuera durante una temporada ni un sólo fotógrafo al photocall de esta chusma y que ellos se hicieran los selfies que quisieran, verían la diferencia, pero claro, es sólo una bonita teoría. Lejos queda aquella fotografía en la que un grupo de fotoperiodistas hicieron una sentada delante del presidente del gobierno en ese momento, Felipe González, para reivindicar una ley de derechos de autor que contemplara el trabajo fotoperiodístico… lejos. Como se nota que todo ha ido a peor, esa imagen hoy en día, con todo lo avanzada que presume – y que esencialmente sólo sirve para eso- estar esta sociedad digital, sería imposible. Así nos va.

  9. Creo que hay que definir de que fotos hablamos. Por principio el hacer una fotografía necesita de conocimientos técnicos por parte de un fotógrafo. Pero no es lo mismo una foto de una manifestación o una foto de calle con transeúntes o una foto de una persona desde el punto de vista social o artístico e incluso informativo. A otra en que el objetivo claro y único es una persona determinada con claro contenido económico. Sumado al hecho de que no se pide permiso a la persona objetivo. Por mas persona publica. No es lo mismo su vida publica que la privada por ejemplo. Por tanto no hay que dramatizar. Creo que un Paparazzi no tiene derecho a pedir derecho de propiedad de una fotografía tomada secretamente con claro sentido económico incluso sensacionalista. Por otro el fotógrafo que crea una foto incluso de manera reservada pero con un objetivo artístico e incluso comercial o social. Pero sin beneficio sobre el objetivo fotografiado. No debiera ser sancionado. Creo que debe ser la verdadera responsabilidad a tomar el determinar que es algo que entra en la intimidad de una persona con animo económico y sensacionalista.

  10. A ver, el tema del artículo está muy bien y tal y tal, pero ¿podríais revisar si hay faltas de ortografía? No es algo que cueste mucho. Respecto de la puntuación no digo nada porque no es algo que lleve bien.
    Para mí, sois unos profesionales serios y cada vez que se os cuela algo me hierve la sangre.

    La gente tiene mucha cara. Con lo fácil que es hacer bien las cosas. Realmente no cuesta tanto dinero. Llegado el momento, puede llegar a ser beneficioso para todas las partes, ¿no?

  11. Hombre, en todo caso es como si vas a un restaurante llevando tú la comida (y abundante, para que el chef haga varios servicios con ella y gane dinerito). No es para tanto. Si quieres das la foto y si no pues no, pero sin desgarros de vestidura. Como dice Juancho en otro comentario no son fotos artísticas, hay mil fotos todas iguales, y su escaso interés es precisamente generado por los fotografiados.

  12. Entiendo que se quiera cobrar por el trabajo hecho pero me parece excesivo que QUIEN SALE EN LA FOTO (es decir, ha posado para dicha foto) no tenga derecho de usarla, claro que mencionando al fotógrafo.

    Esto se nos va de las manos y cada vez se parece más a esos artistas que nos cobran por CD’s y DVD’s vírgenes por si se nos ocurre copiar su mierda o las impresoras por si fotocopiamos los libros de la Echeverría o los discos duros para almacenar lo que les cante a estos.

    Como digo, creo que se debería permitir siempre que se mencione al fotógrafo.

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