“Creo situaciones que no existen y busco la verdad en la ficción. Nunca fotografío la realidad.” Sarah Moon (nacida con el nombre de Marielle Warin en Vichy, Francia, 1941) es una mujer con una curiosa historia. Como curiosa es también, y mucho, su fotografía favorita entre las muchas que ha sacado a lo largo de su carrera.
Moon pasó de ser una cotizada modelo en la década de los 60, época en la que posó para grandes fotógrafos como Irving Penn, a convertirse en una reconocida fotógrafa de moda en los 70, con una estética y un estilo muy personales. Como consecuencia de su éxito, en 1972 se convirtió en la primera mujer en fotografiar el famoso Calendario Pirelli.

Belleza y elegancia son algunas de las señas de identidad de esta fotógrafa que comenzó a dejar de lado los trabajos comerciales en 1979 para adentrarse en un universo más introspectivo y personal. Lo etéreo y la ensoñación son una constante en sus imágenes (“mis fotos no representan la realidad, son una especie de eco del mundo).
No parece casual que sabiendo cómo el misterio, los sueños, la metáfora y el surrealismo han ido cobrando importancia en su imaginario, su fotografía favorita sea una que parece aunar todo ello de una forma compleja y sencilla a la vez.
en 1972 se convirtió en la primera mujer en fotografiar el famoso Calendario Pirelli.
En ella se adivina también un toque de elegancia indudablemente ligado a sus años como fotógrafa de moda, aunque la imagen, como ella misma explica, fuera fruto de la más grande de las casualidades.
Así hablaba en una entrevista publicada en The Guardian en 2008 Sarah Moon sobre su fotografía favorita. La sorprendente, misteriosa y, a su vez, perturbadora Seagull (gaviota)
En realidad, la foto fue un accidente. La tomé en 1998, mientras estaba de vacaciones en Saint-Malo, en el norte de Francia. Era temprano en la mañana, hacía frío. Estaba haciendo fotos de la playa, el cielo, de algunas gaviotas comiendo pan… de cosas así, y luego esta pasó ante mi cámara.
No me llevé ningún sobresalto. Todo lo que recuerdo es que no quería sacar a las gaviotas con el cielo de fondo, así que encuadré el espacio, sin más. Entonces, y de repente, esta gaviota apareció en el momento en el que yo apreté el botón.
En ese momento no tuve la sensación de haber captado nada especial. De hecho, ni siquiera revelé la foto. Como era una Polaroid, solo puse el negativo en mi bolsillo y seguí disparando hasta acabar el rollo.
Enemiga de las entrevistas y de que se la considere “artista”, ella prefiere la palabra “artesana”
No fue hasta más tarde, ese mismo día, creo que antes del almuerzo, cuando me di cuenta de que todavía tenía el negativo en el bolsillo. Cuando vi la imagen positivada me quedé alucinada.
Al hacer la foto no había visto a la gaviota, todo fue muy rápido. El resultado era como un regalo, el ave parecía decirme: «Estoy aquí para ti. Saca la foto ahora». Por eso me gusta, porque simplemente sucedió.
Creo que es una buena foto. No lo digo a menudo. La imagen tiene mucha fuerza y es dramática. Tiene algo amenazador que me resulta inesperado porque yo no me sentía amenazada. Es un momento congelado de una situación muy extraña: una gaviota que te mira mientras vuela.
Enemiga de las entrevistas y de que se la considere “artista” (ella prefiere la palabra “artesana”), la fotografía de Moon bebe de instantes únicos, borrosos y atemporales, de gestos y sensaciones que, de una u otra forma, nos fascinan y nos remueven algo en el alma, por leve o abrumador que sea.
La mirada “robada” a la gaviota es la mirada de la propia Sarah Moon, la de una artesana que transformó la fotografía de moda liberándola de sus clichés masculinos, demostrando que el deseo y la atracción pueden expresarse a través de otros lenguajes y, sobre todo, de otros ojos.
El misterio de la obra de Moon es el mismo misterio que encierran los ojos de la gaviota, insondables a la vez que implacables; ocultos a la vez que presentes.
Leire Etxazarra es autora del muy recomendable blog de fotografía Cartier Bresson no es un reloj. Si no lo conocéis, ya estáis tardando.
Muy buen artículo, sobre una gran fotógrafa… Habrá que investigar más en su obra.
Muchas gracias por la publicación y bienvenida a la nueva integrante del equipo Photolari.
Genial artículo.
Fusión Photolariana Cartier Bressonista, que mas se puede pedir!!
Gracias! Estoy encantada de incorporarme al equipo! ????
Genial Leire!!
Eskerrik asko!! 🙂