Unas planchas de diapositivas de Cambio 16 encontradas en un contenedor de escombros cerca de la sede de este semanario hicieron saltar las alarmas: alguien parecía haber incluido en la reforma y la limpieza el archivo fotográfico del medio.
Aunque la noticia ha seguido circulando por las redes -nosotros mismos publicamos una primera información con los datos disponibles en aquel momento-, por suerte no hay de qué preocuparse.
«Se trata de un malentendido», confirman a Photolari desde la redacción de Cambio 16. «Por error, un obrero que trabaja en las obras que se realizan en el local aledaño a la redacción tiró a un contenedor de obra una caja con material fotográfico que utiliza redacción y que estaba en la puerta, pendiente de devolver al archivo», explican desde el medio.
¿Y qué ha pasado con esas diapositivas que sí acabaron en el contenedor.y que ayer se hicieron famosas, al menos en el mundillo fotográfico? «El material ha sido recuperado», aseguran.
Así que, pese al susto, parece que no hay que preocuparse por el archivo fotográfico de uno de los medios que marcó la pauta informativa durante la Transición española y los primeros años de la democracia y cuyo valor histórico es indiscutible.
Me cuesta creer que a estas alturas de siglo, este histórico medio de comunicación pueda cometer semejante descuido, pero aún mas, que no tenga digitalizado y a salvo todo su valioso archivo gráfico .
Ackarado
Según cuentan el El País, ha sido una cagada monumental -dejaron una caja fuera y unos obreros la confundieron con restos que tenían que tirar al contenedor-. Al ver las diapos muchos vecinos se las llevaron, flipando porque las tiraran. Dicen que han recuperado casi todas…
Nos debe hacer reflexionar sobre la necesidad de un Archivo Nacional… pero mejor al estilo americano que al español, esto es, mejor de acceso libre y gratuíto que pagando un pastizal como cuando necesitas algo del archivo de Filmoteca Nacional -donde por unos segundos te dejas un ojo y parte del otro-.
Al ser material que es historia de todos, debería ser de acceso público, libre y gratuíto. Cualquier intento de funcionarización lleva a realidades disfuncionales, porque los funcionarios no funcionan en España. Es un axioma.