Si en su momento la Sigma FP se presentó como la cámara de formato completo más pequeña del mercado, ahora tendrá que compartir ese honor con la nueva FP-L que, además, se apunta otra medalla: incorporar un sensor que con 61 megapíxeles la convierte junto a la Sony A7R IV en la de mayor resolución del momento dentro de la gama de 35 milímetros.

Un giro posiblemente inesperado para muchos que situaban la FP en el catálogo de vídeo y cine pero que ahora apuesta más claramente por la fotografía. De hecho, el nuevo modelo no llega como un relevo, sino que ambas FP convivirán en el escaparate.

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De diseño prácticamente idéntico, además de estrenar sensor de 60 millones de puntos, la FP-L también cuenta con sistema de enfoque híbrido, lo que hace pensar que mejorará considerablemente uno de los puntos débiles de su hermana pequeña.

Pese a los rumores que incluso llegaban a recuperar la estructura de los antiguos SuperCCD de Fujifilm, finalmente Sigma ha sido más conservadora y el captor -presumiblemente el mismo que Sony usa en la A7R IV- apuesta por un filtro Bayer convencional. Según explica la marca, también cuenta con filtro de paso bajo para evitar problemas de moire.

Visor electrónico externo

Más novedades: el visor electrónico externo y con ocular articulado que se suma a este sistema modular y que, de hecho, también podrá acoplarse a la FP. Por separado costará 650 euros aunque también podrá adquirirse en kit con la nueva FP-L

Sigma-FP-L-oficial-02La ausencia de obturador mecánico vuelve a ser una de las singularidades de este nuevo modelo, que entre sus nuevas funciones también permite la carga a través del puerto USB-C mientras se trabaja. La autonomía, por su parte, se reduce ligeramente respecto a la FP para conformarse con unos modestos 240 disparos.

Aunque con semejante resolución cabe suponer que la grabación de vídeo aquí pasa a un papel secundario, la FP-L mantiene intactas las especificaciones de la FP original: grabación 4K a 24 fps en CinemaDNG de 12 Bits en disco duros SSD externos, y en Full HD internamente en la tarjeta SD.

También hereda del modelo anterior la posibilidad de grabar en ProRes RAW y Blackmagic RAW en grabadores externos a través de HDMI, lo que la convierte en una cámara sumamente versátil para producciones de cine.

Queda por ver si el proceso de sacar un señal 4K de un sensor de 60 MP tiene consecuencias sobre la calidad de imagen, y que tal se comporta el nuevo AF híbrido durante la grabación de vídeo.

El precio de la nueva FP-L será de unos 2300 euros el cuerpo y de 2800 si se adquiere con el visor electrónico externo. La FP, por su parte, ajusta un poco su precio para quedarse, a partir del próximo mes de abril en 1830 euros.

7 COMENTARIOS

  1. Como bicha rara de alta resolución para paisajes, retratos a luz natural, arquitectura y otras disciplinas que no sean de mucha acción o flash la veo bastante bien de precio.

    No se si existirá un Power grip para meterle mas baterías porque la autonomía me parece corta, si existe me parece una bicha interesante.

    • Por si sola si tiene una ergonomía terrible, como bien dices, es típico de Sigma hacer estos bichas raras, pero creo que es una cámara para el que busca esto, que probablemente los podríamos contar con los dedos de la mano, no creo que a Sigma le caliente la cabeza vender casi ninguna, ya que su ingreso principal viene de los lentes. Creo que la historia de las cámaras Sigma el señor sigma (es empresa familiar) quería hacer cámaras además de lentes y los hijos las fabrican en su honor y para honrar su memoria (cosas muy japonesas).

      Éxito comercial le veo casi ninguno, funcionalidad limitada, pero para algún excéntrico que le quiera meter mil accesorios por gusto, ahí esta.

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