Sensores más grandes, fotografía computacional y zoom. Son tres de los temas más recurrentes cuando se habla de fotografía móvil. Y por ahora Sony parece centrada en dos de ellos: lo del sensor grande con el Xperia Pro-I y el zoom que estrena este nuevo Xperia 1 IV.
Cuarta generación ya del móvil más fotográfico del mercado, al menos en lo que respecta a filosofía, mandos, lenguaje y cierto purismo en los resultados. Una apuesta que no pretende ser para todos los públicos, pero sí seducir a quienes se toman muy en serio eso de que el móvil es, no ya la cámara, sino otra cámara del equipo.
Así que tras haber probado el Xperia 1 III y el citado Pro-I, le teníamos ganas a este nuevo modelo que presume de ser el primero del mercado con un zoom óptico real. No es verdad, pero como ya lo explicamos en el vídeo no lo repetiremos aquí.
Lo que sí haremos será compartir algunas de las fotografías de muestra a máxima resolución que hemos hecho, y resumir lo que más y lo que menos nos ha gustado.
Sin grandes cambios
A primera vista esta cuarta generación es idéntica a la anterior, empezando por ese diseño alargado marcado por esta estupenda pantalla 16:9 (ahora con un 50% más de brillo, por cierto) que tanto nos gusta. Un monitor tan bueno que todas las fotos se ven espectaculares, luego ya vienen los sustos.
Ni siquiera el módulo de cámaras permite apreciar la diferencia, por mucho que ahora haya un zoom óptico real y antes dos teleobjetivos de diferentes fócales. De hecho, la cámara principal es la misma (24 mm f1.7 con sensor de 1/1,7 pulgadas) y también el angular (16 mm f2.2 con captor de 1/2.5″)
La tercera cámara es donde está la clave y lo que en realidad justifica esta renovación: un zoom 85-125 mm f2.3-2.8 con un minúsculo sensor de 1/3,5 pulgadas.
Tampoco hay novedades en los menús de control de la aplicación de foto y vídeo, uno de los grandes reclamos para usuarios avanzados. La mala noticia es que tampoco hay amago de corregir algunas de las pegas que ya hemos detallado en otros modelos de esta familia, como el enrevesado sistema de control de las focales, o que los menús no se ajusten a la configuración vertical excepto en el modo automático.
Tampoco vamos a detenernos en repetir lo espectaculares que son las ráfagas de 20 fotos por segundo que ofrece este smartphone, ni lo bien que funciona el sistema de enfoque con seguimiento de ojo.
De 85 a 125 milímetros
Porque lo realmente interesante es ver qué tal se comporta ese zoom 85-125 milímetros del Xperia 1 IV. La respuesta rápida sería un decepcionante regular. Es decir, se aprecia y aplaude el alarde técnico de meter ahí un zoom real y poder trabajar por fin con focales intermedia sin que tenga que intervenir el siempre nefasto zoom digital.
Pero más allá de eso, la calidad de las imágenes no está a la altura de un móvil de este nivel y precio. Vaya, que la diferencia entre lo que ofrece la cámara principal o incluso el gran angular y este teleobjetivo es demasiado grande como para poder darle el uso avanzado o profesional que se le presupone.
Basta revisar las imágenes de muestra para notar la falta de detalle y definición. ¿Trepidadas? Eso pensábamos en algunos casos, pero los datos de exposición confirman que se trata más de una limitación del sensor y de la óptica que de fallo en el momento del disparo.
Es cierto que para redes sociales aguantan y que sólo al meter la lupa se aprecia con claridad. Pero hablamos de un dispositivo de 1400 euros que tiene precisamente en la cámara su punto fuerte, con lo que el nivel de exigencia tiene que ir más allá de que se vean bien en Instagram.
Zoom sí, pero…
Por suerte la cámara principal siga dando unos resultados estupendos, e incluso el gran angular nos da la sensación de que mejora ligeramente de la mano del procesador más potente. No es algo habitual en Sony, así que igual es más un engaño de nuestros ojos que una mejora real.
Pero es que todo eso -o casi todo- ya lo teníamos en la generación anterior. O incluso en el Xperia 5 III que puede encontrarse por bastante menos dinero ahora mismo y tiene un formato compacto que gusta a muchos.
Así que el debate y las dudas que nos generan normalmente los Xperia tiene aquí una especial relevancia. Insistimos en que la apuesta de Sony por cierto purismo fotográfico en su gama móvil es interesante y tiene su público. Ese que no quiere que la cámara del smartphone tome decisiones por él, sino tener una experiencia lo más parecida posible a la que tiene con su otra cámara. La grande.
Pero dar la espalda a la fotografía computacional -urge un modo noche, eso ya no es negociable Sony- también tiene sus problemas. Sin ir más lejos, esa magia podría servir para mejorar el rendimiento de esta focales largas del zoom.
Mientras tanto, el Xperia 1 IV nos recuerda a aquellas compactas que en su momento presumían de un zoom increíble. Hasta que revisabas los resultados.
Como paradigma de la fotografía real en un móvil, Sony gana, claramente, a la manzana mordida. Letal.
Lo que me parece este móvil es un paradigma del postureo.
¿1.400€ por un teléfono que tiene un sensor 1/1,7? Pues perdón, pero me parece una memez gastarse ese dinero por un sensor que ya tenían cámaras de hace 11 años y con resultados excelentes. Me refiero a la Olympus XZ-1, una excelente cámara con f:1,8 y 28-112mm de distancia focal equivalente. Con esta cámara, que ahora se puede encontrar a precio de ganga, y un teléfono de gama media se obtiene conjunto que fotográficamente le da sopas con honda y lavativa a este teléfono y a un precio muy inferior.
¿Que la Olympus carece de conexión con el smartphone? Pues se busca alguno modelo antiguo de las RX100 de Sony o alguna Canon y, por un poquito más, se sigue ahorrando dinero y se tiene una cámara con un sensor de una pulgada.
Mejor que intentar impresionar con un zoom, seria que le encuentren la vuelta para que tenga un sensor que sirva para algo con el teleobjetivo, mucho avance es a cuenta gotas y a un precio que difícil de justificar, que le encuentren la vuelta, con un sistema tipo periscopio, o con 3 cmos, o como se pueda.
Y por favor a todos nos gustan las pocket, pero por más buena que sea no reemplaza un móvil que siempre se tiene a mano y es la opción que menos llama la atención.