Móviles con aspiraciones fotográficas hay muchos. Cada vez más. Pero móviles realmente pensados para fotógrafos y que puedan presumir de un sensor como el de una cámara, no tantos. De hecho, este nuevo Sony Xperia Pro-I es uno de los pocos que se atreven -al menos en el mercado europeo- con un CMOS de una pulgada.
Anunciado el pasado otoño, Sony finalmente se ha animado a poner a la venta en España este terminal que con un precio de 1800 euros se plantea no como un smartphone fotográfico, sino directamente como una herramienta o accesorio para fotógrafos. Vaya, una cámara, un monitor, un transmisor y, además, un smartphone.
Durante unos días hemos estado probándolo para ver si esa pulgada -con algo de letra pequeña- rinde como esperamos. En el vídeo podéis verlo en acción y os contamos lo mejor y lo peor de este Xperia Pro-I.
Además de las muestras en alta resolución que pueden verse aquí, dejamos también algunos archivos RAW originales para quienes se animen a jugar con ellos y ver las posibilidades que ofrecen.
(Casi) 1 pulgada
No vamos a detenernos a comentar mucho sobre el diseño porque se aprecian mucho mejor los detalles en el vídeo y, sobre todo, porque lo dicho en su momento del Xperia 1 III es aplicable aquí. Pero mejorado: el grosor algo mayor y el botón de disparo hacen que la ergonomía desde el punto de vista fotográfico sea de las mejores del mercado.
Por supuesto, tampoco faltan los ya conocidos menús de la aplicación dedicada para foto, con opciones avanzadas y ajustes con la misma filosofía que las cámaras. Cualquier fotógrafo se sentirá muy cómodo usándolos. Eso sí, en horizontal porque, como ya comentamos en su momento, sólo el módo «básico» ofrece una configuración de ajustes en vertical cuando se orienta el móvil en esta posición.
Pero vamos con lo realmente interesante: el nuevo CMOS de 1 pulgada y 20 megapíxeles que estrena este Xperia. Se trata del mismo captor visto en la RX100 VII, es decir un sensor apilado Exmor RS CMOS. No se trata sólo de tamaño, por tanto, sino también de velocidad.
Pero en este caso hay letra pequeña. En vez de usar toda la superficie del sensor -lo que supondría tener que recurrir a un objetivo más voluminoso- se aplica un recorte para quedarse con el 60% del centro del captor, reduciéndose la resolución a 12 megapíxeles.
Pese a ello, es verdad que el tamaño de los fodiodos del captor -lo que determina en cierto modo su rendimiento con poca luz y rango dinámico- es el mismo que el de una RX100: 2,4 micrones. Mucho para un móvil.
No obstante, el objetivo equivalente 24 mm f2 de este Xperia es en realidad un 6,6 milímetros, frente al 8,8 milímetros de las RX100. Por tanto, misma cobertura equivalente pero diferente profundidad de campo.
Un detalle que ha pasado bastante desapercibido en este móvil es que el objetivo ofrecer apertura variable. Salvo algún experimento -aparentemente abadonado- de Samsung y otras marcas, la inmensa mayoría de móviles ofrecen un objetivo con apertura fija.

Como vimos en su momento, un sensor pequeño hace que no tenga mucho sentido jugar con este valor, ni para cambiar la profundidad de campo ni para ver si mejora la calidad al cerrar diafragma como ocurre en las ópticas de las cámaras.
Sin embargo, en este caso la posibilidad de disparar a f2 o a f4 sí tiene un efecto visible en la profundidad de campo de la imagen, al menos si jugamos con un objeto cercano y un fondo que permite que se aprecie el efecto.
Un recurso creativo interesante aunque confesamos que la integración de este control de apertura -no hay un modo de prioridad al diafragma- hace que se nos olvide esta posibilidad en la mayoría de tomas. Y, por lo que hemos visto, en modo automático tampoco la cámara juega con esta opción, disparando siempre a f2.
Tres cámaras
Como era de espera, los resultados que ofrece el Xperia Pro-I son magníficos en cuanto a detalle, color, nitidez, control del ruido, rango dinámico… Tampoco es ninguna sorpresa que, igual que en otros Xperia, aquí la magia de la fotografía computacional sea mínima, con lo que podemos hablar de imágenes muy naturales. Si eso es bueno o malo, claro, dependerá de cada usuario.
El tema se complica algo más si pensamos en el Xperia Pro-I como un smartphone con tres cámaras. Es decir, aquí no sólo tenemos un estupendo 24 mm f2 con un sensor enorme, sino que también contamos con un 16 mm f2.2 y un 50 mm f2.4 que recurren a captores estándar.
Es un clásico que en la mayoría de móviles haya un salto notable entre la calidad de la cámara principal y el resto. Aquí esa diferencia es todavía más notable. Al menos sí pensamos en usuarios exigentes desde un punto de vista fotográfico y que estamos hablando de un terminal de 1800 euros.
Comparado a un iPhone 13 Pro y a una RX100
Pero la pregunta que toca hacerse no es si el Xperia Pro-I ofrece o no buenos resultados fotográficos porque es evidente que sí. Lo interesante es ver si esa diferencia de tamaño de sensor marca distancias respecto a smartphones que usan captores de menores dimensiones.
Una especia de batalla entre los criterios fotográficos clásicos -sensor grande- y las opciones que ofrece la denominada fotografía computacional. Para verlo, hemos enfrentado el Xperia Pro-I al iPhone 13 Pro Max. En el vídeo podéis ver los resultados pero, por resumir, hay diferencia que tienen que ver más con el tratamiento de la imagen o el color que con el detalle, bastante similar en ambos casos.
Diferencias que se agudizan en escenas nocturnas, donde el Xperia aguanta bien las latas sensibilidades con un ruido muy natural, pero el iPhone se impone con su modo nocturno, larga exposición y una foto que asegura estar hecha a 1000 ISO y donde hay más detalle que en el Xperia. También más trucos, claro.
¿Y qué pasa si incluimos en el juego una RX100? Concretamente una ya bastante vetarana (RX100 III) que no contaba con sensor apilado. De nuevo, la respuesta en el vídeo, pero aunque los 20 megapíxeles ofrecen algo más de detalle en la cámara que en el Xperia, las esquinas de la imagen aparecen mucho mejor resueltas en el smartphone que en la cámara.

Terminamos con un duelo a tres, con una fotografía en interior a 800 ISO. Los resultados y diferencias pueden verse aquí arriba para que cada cual saque sus propias conclusiones. ¿Las nuestras? Que el Xperia Pro-I tiene todo lo bueno y también todas las limitaciones de una cámara frente a la comodidad y la magia de un smartphone.
Más que un smartphone
Y es que, como Sony ha recalcado desde su presentación, el Xperia Pro-I es más que un smartphone. Ponerlo a competir en esa categoría sin más y con un precio de 1800 euros lo deja un poco desarmado.
La clave es ver este terminal como un accesorio profesional que más allá de su función de ser un potente smartphone y una estupenda cámara de bolsillo y videocámara -24 mm f2 y una pulgada en el bolsillo con opciones avanzadas de foto y vídeo- ofrece otras dos prestaciones interesantes.
Y es que basta un cable USB-C para poder usar directamente el móvil como monitor externo de cámara. Una baza interesante esto de tener siempre a mano una pantalla de excelente calidad. El móvil, además, también puede ejercer de transmisor de imágenes y vídeo de una cámara de Sony, tanto para enviar contenido como para hacer un streaming.
¿Argumentos suficientes para justificar el precio? Sumando las opciones los números salen, pero es verdad que hablamos de un producto muy especial y con un nicho de mercado limitadísimo.
Pero más allá de eso, es también una demostración de fuerza -otra- de Sony y su potencial en el segmento de la fotografía. De hecho, este Xperia Pro-I invita a pensar que el futuro de las RX100 pasa por aquí.
El camino parece claro y también las mejoras a integrar en futuros modelos: conseguir integrar un zoom en ese sensor principal, sumar la cantidad justa de foto computacional para competir con otros terminales y, todo ello, sin sacrificar tamaño. Que sea posible o fácil ya es otro tema.
Entiendo perfectamente que la tecnología que lleva este móvil es puntera pero ponerle un precio de 1800€ me parece desorbitado. He hecho una búsqueda rápida en la tienda que suelo comprar mis equipos (Gran Canaria) y por 400 euros más podría adquirir un R6. Si, son conceptos diferentes y no se pueden comparar pero lo de los móviles y sus precios….
Una cámara como esa, sin un buen zoom óptico y sin visor no pasa de ser una compacta barata como las de hace unos años. Anda, pues la RX1 es así…Cosas de SONY.
El que no se consuela es porque no quiere, Sony. No hay justificación posible para tan altos precios.
Bueno articulo, gracias.
Por cierto, los veteranos como yo, os acordaís?
«..1800, el turron más caro del mundo».
😆
Humor que no falte.
No entiendo que uséis como compacta en la comparativa una cámara de hace 8 años, resta información a la prueba. A ver si se anima Sony y mete más IA en las RX-100 en lugar de sensores más grandes (con mucha trampa, según veo) en los smartphones.
El verdadero camino lo están marcando Xiaomi y Oppo. Esta sobrada de Sony es sólo un «yo la tengo más grande» que no les beneficia en este segmento. Que se centren mejor en la carga rápida de las baterías y en montar procesadores decentes y bien refrigerados, como sí lo hacen las marcas antes mencionadas. Claro que no es necesario un sensor de la leche en un smartphone, los chinos y los koreanos lo han demostrado sobradamente. Lo inteligente en los smartphone, valga la redundancia, es aplicar una buena IA, madura y que de buenos resultados.