El aumento de la resolución en las cámaras de última generación ha obligado a los fabricantes de ópticas a seguir este ritmo y ponerse a la altura del nivel de exigencia de estos captores. Tamron, tradicionalmente más cómoda en el segmento de los grandes zoom todoterreno, también ha hecho los deberes con una renovada gama SP que incluye ópticas tan interesantes como ésta que tenemos entre manos.
Se trata del Tamron SP 35mm f1.8 Di VC USD, un objetivo cuyas siglas SP (Super Performance) ya indican el carácter profesional y de altas prestaciones con el que se ha ideado. Diseñado para cámaras de formato completo (siglas Di) este 35mm dispone de una apertura máxima de f1.8.
Cierto, la competencia ofrece opciones más luminosas. De hecho, es imposible disparar con esta óptica sin pensar automáticamente en el muy aplaudido Sigma 35 mm f1.4 Art, de similar tamaño y diseño.
A favor del Tamron hay que decir que cuenta con estabilizador de imagen (VC). Aunque podríamos llegar a pensar que sobra en un objetivo relativamente angular como este 35 mm, lo cierto es que puede ser útil en situaciones donde ese f1.8 no sea suficiente.
Entre la manos
La sensación que nos da este objetivo en las manos es muy buena. Se nota la calidad en los materiales tanto en el peso como en el tacto. No se trata de un objetivo voluminoso ni mucho menos, pero es contundente y transmite robustez sin dejar de lado la elegancia de su diseño.
El ancho anillo de enfoque es la pieza más destacable. De accionamiento suave y preciso, está fabricado en goma y su manejo es muy agradable para los que quieran usar el enfoque manual.
Pensando en estos usuarios, la marca añade una pequeña ventana donde ver las distancias de enfoque y donde comprobamos con agrado que la distancia mínima de enfoque es de 20 centímetros. No llega a ser, ni mucho menos, un objetivo macro, pero permite acercarnos mucho a cualquier escena.
En la parte izquierda tenemos los selectores para el modo de enfoque y la activación del citado estabilizador. Su situación es perfecta para poder accionarlos con el dedo pulgar de la mano izquierda mientras operamos la cámara.
Rendimiento con cámaras de formato completo
Para comprobar su rendimiento hemos contado con una unidad Nikon D750, uno de los modelos más populares en este segmento. La primera sensación al coger el conjunto es que está muy compensado, un objetivo compacto pero robusto junto a un cuerpo no muy grande que hace que se pueda llevar y manipular muy cómodamente.
Las fotos a máxima resolución pueden verse en la galería de Flickr correspondiente haciendo clic en cada imagen. Desde aquí es posible descargar también algunos de los RAW originales.
El objetivo integra un sistema de enfoque denominado USD (Ultra Silent Drive) rápido y silencioso. Sobre el papel y también en la práctica, según hemos podido comprobar trabajando con este equipo.
Pero centrándonos ya en los resultados, lo cierto es que hay muy buenas noticias. La nitidez y detalle que nos brinda son muy altas, pudiendo usar desde aperturas cerradas hasta la más abierta (f1.8) con total tranquilidad.
Las aberraciones cromáticas aparecen en algunas ocasiones, pero no son un gran problema. Se aprecia una mínima distorsión de barril que no molesta nada y que apenas aparece si no fotografiamos objetos o lugares con muchas líneas verticales u horizontales.
A f1.8 se observa cierto viñeteo que desaparece cerrando un poco el diafragma, así que tampoco parece ser un problema de importancia.
Otro aspecto importante es el estabilizador, que ayuda bastante en ocasiones de luz escasa y con el que hemos podido disparar hasta 1/3 de segundo sin trepidación en la foto. No obstante, este dato podría variar según la distancia al objeto, lo cómodo que estemos y el entorno en el que nos encontremos. Ya se sabe que no es lo mismo disparar a solas que rodeado de gente y con prisas.
Antes hemos mencionado que la distancia mínima de enfoque es de 20 centímetros, un buen dato para este objetivo con el podremos acercarnos bastante a cualquier elemento obteniendo fotos que casi llegan a ser macro y con desenfoques de fondo muy acusados.
En general podemos decir que el objetivo cumple con creces con la calidad que se le presupone en un sensor de formato completo, dándonos fotos de excelente calidad con la que posiblemente es una de las focales más clásicas y polivalentes.
Rendimiento con cámaras APS-C
Tiene sentido usar una óptica como esta en una réflex con sensor APS-C. A priori puede sonar raro, pero teniendo en cuenta la calidad, la focal resultante (un 52 mm f1.8 estabilizado) y que muchos fotógrafos combinan ambos formatos en su equipo, nos ha parecido interesante probarla también sobre una Nikon DX.
Concretamente con una sencilla D3300 que, no lo olvidemos, monta un excelente sensor de 24 megapíxeles que ha demostrado ser de lo mejor en este formato.
El rendimiento óptico es similar: nitidez muy buena, aberraciones y distorsiones controladas y un menor viñeteado a máxima apertura gracias al recorte que ofrece el sensor APS-C, que evita usar las esquinas del objetivo.
Resumiendo, hemos convertido nuestro versátil 35 en un interesante 52 mm f1.8 estabilizado y de gran calidad, perfecto para, por ejemplo, resolver retratos.
¿Merece la pena?
Tamron ha hecho un gran trabajo con este 35 milímetros: bien construido, sellado, de tamaño ajustado y resultados excelentes. Para fotografía callejera es perfecto, de enfoque preciso y rápido y focal muy adecuada. En APS-C debemos tener en cuenta el recorte que lo convierte en un 52mm, aún así sigue siendo muy usable para múltiples tipos de tomas.
En la lista de inconvenientes, ese f1.8 -Tamron no se ha atrevido por ahora con los f1.4- le deja en una posición de desventaja frente al que, sin duda, es su gran competidor: el citado Sigma 35 mm f1.4 Art.
No hemos tenido ocasión de reunir los dos para compararlo -anotado en la lista de tareas- pero si nuestra memoria no nos engaña, el Sigma se impone si hablamos de calidad de imagen pura y dura. Si le sumamos la mayor luminosidad, para muchos no hay discusión posible,
No obstante, Tamron ofrece un tamaño más comedido, un precio más ajustado -unos 700 euros-, estabilizador de imagen y lo que para muchos será el argumento definitivo: construcción sellada.
Es verdad que nos gustaría ver ese f1.4 y una diferencia de precio algo mayor con el Sigma, pero pese a todo ello hay que reconocer que este 35 milímetros de Tamron es una alternativa muy interesante.
Gonzalo Barrio es fotógrafo y operador de cámara. Puedes leer más sobre él en su blog. Gracias a Pedro Mora Pérez por permitirnos usar su Nikon D750 para realizar esta prueba.
Por ese precio me quedo con el Sigma Art, y para apsc, hay versiones mucho más baratas y sencillas incluso a aperturas 1.4. No creo que nadie lo compre para usarlo en apsc. Igualmente creo que no va a tener un despeque exagerado teniendo al lado a los sigma. Pero buen intento.
Me parece este más útil que el Sigma sólo por el estabilizador, para grabar video tiene que ser una delicia esos 35mm con luminosidad f1.8 y estabilizado, una focal interesante tanto para apsc como para ff.
Estoy bastante de acuerdo. A veces parece que no se entienden las ventajas del estabilizador, nos asombramos por que un cuerpo aprovecha un paso más de iso o tiene, como en este caso, medio paso más de luminosidad, pero la versatilidad de la estabilización es sensiblemente mayor. El que un f1.4 de sólo poco más de desenfoque en FF es insignificante, poco usable (sólo hay que atender a los datos exif de los retratos que vemos y que más nos gustan).
Saludos y venturas.
TOTALMENTE DE ACUERDO CON LOS DOS
[…] Hala, que lo disfrutéis: Photolari […]
ay, mi Huelvaaaa…!
Yo le tengo y lo prefiero al sigma por varias razones, pesa menos, cuesta menos y de f1,8 a f1,4 no va ni siquiera un paso, mientras que con el estabilizador ganas cuatro pasos. Una escena cuando hay poca luz con el tamron la harás y con el sigma saldrá movida pues en formato completo no podrás disparar por debajo de 1/35 con la cámara a pulso.
Lo vengo disfrutando desde hace un par de meses…y os puedo asegurar que es una verdadera delicia en cuanto al uso.
Los resultados son excelentes, nada que envidiar al 1.4 art, y he podido disparar en condiciones de baja luminosidad sin sacrificar ISO. MUY MUY RECOMENDABLE..!!!
Por mucho menos dinero (la tercera parte) y quien no quiera trabajar en FF tiene el Nikon 35 f1.8 DX, yo estoy encantado con él, su bokeh, rapidez de enfoque y luminosidad, hasta ahora nunca he echado en falta un estabilizador. Es cierto que no está sellado, pero prefiero la portabilidad de los 200 gr. que pesa frente a los 449 gr. del Tamron que puede parecer poco pero en mi caso marca la diferencia para quien tiene problemas de espalda, si un día llevo dos o tres zooms en la mochila y quiero añadir una focal fija con el Tamron me lo pienso, sin embargo el Nikon siempre lo echo.
tengo este objetivo desde hace un año que me cambié a Nikon, lo uso justamente con la D750. es una maravilla, es la lente que uso mucho, con ella realizo casi el 80% de la sesiones de parejas/bodas. La compré de segunda mano, casi como nuevo, por 350€ en una tienda de fotografía aquí en Alemania. Tuve la oportunidad de usar el SIGMA 35mm 1.4 art, es bueno pero no me gusto nada el peso, el que distorsiona y viñetea mucho (cosa que con el Tamron no me tengo que preocupar) y el exagerado precio que tiene. Una lente recomendable 100%!