Conciertos en los que muchos parecen estar más atentos a sacar fotos y vídeos con su móvil que de lo que ocurre en el escenario. Paisajes increíbles que acabamos viendo sólo a través de la pantalla de la cámara. Momentos únicos en los que, en definitiva, parece que lo más importante es llevarse una foto de recuerdo, aunque para conseguirlo aparentemente haya que perderse la magia de ese instante irrepetible.

Publicidad

Aunque desde hace un tiempo esta sea una idea muy extendida cada vez que se habla de los millones de fotos disparadas cada día en el mundo, un reciente estudio viene a cuestionar esta teoría sobre la memoria, la atención y las fotos.

Y es que según los experimentos realizados y publicados por la revista Psychological Science, hacer fotos durante un suceso ayuda a las personas a tener recuerdos visuales más precisos e involucrarse más en la experiencia.

Pese a ello la información verbal que rodea ese suceso –los datos de una exposición de arte, en el caso del experimento realizado- son peor recordados por quienes estaban sacando fotos.

Es decir, el contenido visual se codifica y memoriza mejor, pero por el camino se quedan otros detalles. En cualquier caso, nada que ver con esa idea tan popular de que si alguien está haciendo fotos se está perdiendo el momento.

De todos modos, los investigadores también marcan distinciones según el tipo de imagen. Y es que las fotografías realizadas simplemente para ser compartidas en redes sociales parecen no tener el mismo efecto en la memoria y la experiencia de los autores. De hecho, la búsqueda de likes en las redes sociales a base de fotografías puede acaban provocando ansiedad, advierten los autores del estudio.

4 COMENTARIOS

  1. Para mi me pasa esto «Es decir, el contenido visual se codifica y memoriza mejor, pero por el camino se quedan otros detalles.» En ocasiones prefiero disfrutarlo que tomar la foto. Es lo mismo que te inviten a un cena y quieras fotografiarlo todo, te pierdes lo mejor de la cena por querer memorizarlo. ¿A quien no le ha pasado?. Saludos

  2. Hombre, es cuestión de conseguir un equilibrio con uno mismo.
    A los que nos gusta viajar, ver mundo, paisajes y la fotografía, no podemos tirarnos fotografiandolo todo. Hay momentos en los que puedes atender, y una vez has escuchado, tiras al foto. Hay momentos mientras fotografías un atardecer, en los que dejas la cámara bien sola, bien haciendo la foto, y te limitas a contemplar el paisaje.
    Y que decir cuando terminas una jornada de viaje en un pub con la cámara guardada o repasando las fotos en su pantalla. A veces merece la pena guardar la cámara y disfrutar de la última birra del día. o no?

  3. No obstante creo entender el mensaje del estudio, ya que si bien puede parecer lo contrario en cierto modo vives más intensamente el momento, incluso con los tuyos … pero también es cierto que, a veces, te conviertes en el «pesado de la cámara», y tampoco es plan. 🙂

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.