Foto: Siqui Sánchez

Formas de viajar hay muchas. Libros dedicados a la fotografía de viajes, también. Lo que hasta ahora no sabíamos es que el siempre misterioso mundo de los retretes también podía ser el hilo argumental para un viaje fotográfico alrededor del planeta.

Eso es lo que propone Toilet Planet, el proyecto que el fotógrafo Siqui Sánchez ha desarrollado durante los últimos años y que ahora ha visto la luz en forma de libro. La excusa perfecta para hablar con él y, sin ponernos demasiado escatológicos, descubrir cómo son los baños más curiosos del mundo.

Por si alguien está buscando destino para esta próxima Semana Santa y busca una forma diferente de inspirarse a la hora de escoger ruta.

Seguro que todavía no te han hecho esta pregunta. ¿La idea de un libro así es de esas que se te ocurren en el baño?

Somos muchos los que, en el baño, nos dedicamos a la lectura. En mi caso lecturas serias, nada de leer la etiqueta del champú, de modo que se me ocurren pocas ideas.

¿Cuál fue el primero que te hizo pensar «tengo que empezar a hacer fotos de esto?

La idea en realidad se va desarrollando a lo largo de varios viajes, no hay un momento en que decidas empezar a hacer fotos de váteres porque es lo que haces siempre que ves algo que te interesa, y este tema interesa y mucho.

Foto: Siqui Sánchez
Foto: Siqui Sánchez

Lo que sí hay es un momento en que te das cuenta de que esa colección de fotos puede empezar a tener una forma y un sentido que vaya más allá de la pura anécdota. Ese momento «ajá» se produce en China.

Foto: Siqui Sánchez

Recomiendo vivamente a todos los que quieran iniciarse en la fotografía de váteres que se den una vuelta por allí con la convicción de que se van a ver gratamente sorprendidos.

Fotos con el móvil o montabas el estudio dentro, con su trípode, focos…

Entre tirar con el móvil o montar el gran circo hay un punto intermedio: la réflex de toda la vida. Por comodidad y por discrección. No es cuestión de ir llamando la atención en un punto tan sensible. La gente es muy susceptible y enseguida se imaginan cosas raras.

Foto: Siqui Sánchez

¿Tras este recorrido por el mundo, puedes hacer un ranking con los mejores y peores países a la hora de ir al baño?

No voy a sorprender a nadie si digo que los mejores lavabos se encuentran por la parte de Suecia, Noruega y compañía. Países serios, formales y civilizados todos ellos. Nueva Zelanda es el número uno absoluto en cuanto a cantidad y calidad, y Austria la sorpresa del viaje, con los váteres más surrealistas y originales.
Foto: Siqui Sánchez
Foto: Siqui Sánchez

Por la parte negativa la competición es mucho más reñida y el listón está muy alto ( o muy bajo según se mire). Sería muy difíciil afirmar que tal o cual país ostenta el dudoso honor de tener los váteres más mugrientos del planeta.

La gente piensa enseguida en Africa o la India, pero puedo asegurar que en Nueva York tampoco se quedan atrás. O sea que como la Lotería, muy repartido, aunque en unos sitios más repartido que en otros.
Viajes, surrealismo, arquitectura, escatología… ¿En qué genero colocamos este libro?
Pues el género debería ser escatología, pero creo que en las librerías no hay una sección dedicada a eso. Por mi parte prefiero considerarlo como un ensayo sociológico que se salió de madre.
Foto: Siqui Sánchez
¿Te han mirado raro por estar haciendo fotos en el baño?
No solo me han mirado raro, en algunos sitios me han echado o han avisado a seguridad. Cualquiera que vaya por ahí con una cámara sabe que, en según qué sitios, pasas a ser sospechoso inmediatamente. No me preguntes de qué, pero sospechoso. Imáginate en un váter.
Necesitamos urgentemente que nos cuentes tu mejor anécdota relacionada con este proyecto.
Es difícil describir la sensación de llegar a un hotel de lujo en Tokio -donde no te alojas ni de coña- y que te estén esperando para acompañarte todo saludos y amabilidad a ver unos lavabos fastuosos con unas vistas espléndidas
Foto: Siqui Sánchez
Y a la semana siguiente estés en una aldea perdida de China donde la palabra «toilet» no les sugiere nada y te veas obligado a ponerte en cuclillas haciendo teatrillo hasta que por fin -grandes risas- parece que te entienden. Y te indican un agujero infecto y nauseabundo y se rien mucho. Y te queda la duda, a saber de qué se están riendo, porque a mi la cosa no me hace gracia.
Foto: Siqui Sánchez

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