Quienes ya sospechaban que detrás de la moda de los NFT hay cierta dosis de tomadura de pelo y otro tanto de tontería, lo ocurrido en una reciente subasta tal vez sirva para reforzar su teoría.

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La venta de imágenes en esta suerte de soporte único digital no es ninguna novedad. Pero la propuesta de Webb’s, una de las casas de subastas más prestigiosas de Nueva Zelanda y especializada en arte y objetos históricos, se sale del guión habitual en este mundo que tantos titulares ocupa últimamente.

Las protagonistas son dos fotografías de Charles Goldie, conocido por sus retratos de maoríes y datadas a principios del siglo XX. La subasta eran sendos NFT de ambas imágenes, que alcanzaron un precio de más de 50.000 y 76.000 dólares, respectivamente.

Pero, según explican en Petapixel, lo curioso es que en este caso los ganadores de la subasta no sólo obtuvieron la propiedad sobre cada uno de los NFT en venta -generados a partir de los negativos en placa de cristal- sino que el lote también incluía un contacto de las imágenes y el propio original.

Subasta-NFT
En teoría la subasta era de un NFT. El ganador recibía además el negativo original y un contacto enmarcado.

Es decir, lo que al final se vendió fue una copia -contacto, matizan- enmarcada y el negativo original de la imagen. Y el NFT, claro. Suena muy similar a lo que viene siendo una subasta fotográfica de toda la vida, cierto. Pero es que la historia se complica un poco más.

Y es que, al parecer, el responsable de la subasta en declaraciones a un medio de comunicación ha tenido una idea genial: convertir los NFT en únicos, destruyendo los originales las placas de cristal de los negativos originales. En realidad, se supone que los NFT por su propia naturaleza ya son únicos, pero en este caso se habla de hacer que las imágenes sean «permanentemente digitales».

Cabe esperar que los compradores no seguirán el consejo. No sólo por haber pagado miles de dólares por los NFT -o la copia y el negativo- sino porque hablamos de los originales de unas fotografías con un notable valor histórico.

10 COMENTARIOS

  1. Los NFT y la cultura que tienen detrás es lo peor, es como si el mundo fotográfico se hubiese llenado de cryptobros. Resulta más terrible que agencias que se suponen de prestigio como AP estén empezando a vender sus imágenes como NFTs lo cual abre un nuevo debate sobre la ética de ello.

  2. Una estupidez como la copa de un pino, romper el negativo en cristal original es tirarse tierra encima, sobre todo después de haber pagado esa barbaridad de dinero. Ahí lo único válido son precisamente esos negativos, el objeto físico en sí. Los NFT mejor se tiran a la basura, eso no vale nada, su valor es puramente especulativo, polvo digital, no más.

    Estoy deseando que pasen estos años (o décadas) de tontería, en la que se trata por todos los medios de sobre-valorar algo por el factor «exclusividad». En la fotografía actual, donde se pueden hacer infinitas copias idénticas de un «negativo digital» el concepto exclusividad ha perdido todo su sentido, y no basta con hacer series numeradas para incrementar el valor.

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