© Paul Hansen (Dagens Nyheter)
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Tal vez cansados del eterno debate sobre los límites del retoque y la edición de imágenes en fotoperiodismo y de las polémicas de cada año, World Press Photo ha decidido crear un certamen paralelo a su prestigioso concurso en el que esas cuestiones ocupen un lugar secundario.

Así lo comunicó hace unos días Lars Boering, nuevo responsable del que actualmente pasa por ser el certamen más prestigioso de fotoperiodismo. Según recoge la revista TIME, esta nueva convocatoria iría dirigida a lo que ellos definen como “fotografía documental creativa” y en ella se aplicarían unas normas menos estrictas en cuanto a edición de las fotografías.

Boering ha asegurado que existe una necesidad entre los profesionales para un certamen de este tipo, puesto que muchas historias buenas y originales se quedan fuera de World Press Photo por las “libertades creativas” de sus autores. Aunque por el momento no se han matizado cuáles serían en este caso las licencias creativas que podrían tomarse los fotógrafos a la hora de pasar los originales por el ordenador.

A pesar de que el anuncio ha sido acogido con no pocas reticencias por muchos fotoperiodistas, la organización ya ha adelantado que en octubre del próximo año se lanzará la convocatoria oficial para la primera edición de este nuevo galardón.

Cada año alrededor del 20% de las fotos presentadas a World Press Photo quedan descalificadas por exceso de edición. Algo que en 2015 llevó a la organización a publicar un código ético y poner al día sus normas para intentar concretar los límites permitidos a la hora de retocar una imagen.

4 COMENTARIOS

  1. A este tipo de cosas se refiere Sebastiao Salgado con la desaparición de la fotografía como tal. A ver dónde ponen el límite a la licencia de autor en el retoque. La fotografía documental no debería necesitar ningún retoque más allá del revelado básico digital.
    Si son tan buenas y originales esas historias como dice el sr. Lars no deberían necesitar decoración para lucir. El reportaje y el documental deben cuidar el contenido y no el continente.

  2. A veces, el Foto Club Buenos Aires hace esposiciones retrospectivas. En ellas exponen obras que, en su momento, fueron grandes exponentes del arte fotográfico. Y, una de las características que se observan en las fotos hechas en 35 mm y tamaño 30×40, o 40×50, es que se nos aparecen como que les faltara calidad óptica.
    Nos hemos acostumbrado a contrastes extremos, nitideces forzadas, HDR, etc. que, nuestra costumbre, pide algo más.
    Cuando las nuevas generaciones ven una foto hecha en Ilford Mark V la rechazan. Su mente no está acostumbrada a interpolar las figuras entre los granos.
    ¿Esto es bueno o malo…? La verdad no lo sé. Los tiempos pasaron, las modas también. Los gustos son producto, muchas veces, de la costumbre.

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