
Si un mono se hace un selfie, ¿los derechos de autor pertenece al simio o al fotógrafo dueño de la cámara que andaba por allí y propició la situación? Aunque parezca una pregunta absurda, hace ya años que los juzgados estadounidenses tienen que lidiar con este curioso tema a raíz de uno de los autorretratos más populares y virales de los últimos años.
Y es que la organización en defensa de los animales PETA reclamó en 2015 al fotógrafo David Slater los derechos de autor de la imagen, actuando -eso aseguran ellos- en nombre de Naruto, el famoso macaco de la imagen.

Pese a las diversas sentencias que daban la razón al fotógrafo y negaban la posibilidad de que un mono tuviera derechos de autor sobre una fotografía aunque técnicamente hubiera disparado la cámara, las apelaciones del grupo animalista consiguieron alargar el juicio. Y según Slater, prácticamente arruinarle por los costes del proceso judicial.
Ahora, las dos partes han llegado a un acuerdo para reconocer las sentencias a cambio de que el fotógrafo done un 25% de las ganancias que genere la foto a asociaciones que defiendan los derechos de los animales.
¿Una victoria del fotógrafo sobre los primates? Tal vez, aunque una cosa está clara: Naruto será ya siempre más famoso que el autor dueño de los derechos de la imagen.
Actualización (abril 2018): finalmente el juez ha desestimado la petición de PETA sobre la donación del 25% de las ganancias de la foto, alegando que todos los derechos pertenecen al fotógrafo y que los animales no pueden tener derechos de autor sobre una imagen, porque supondría crear un precedente muy peligroso.
No sé cómo la especie humana no se ha extinguido todavía. Somos unos memos.
Cosas veredes, Sancho… Vamos, que vivir para ver…
Sin duda en esa foto el mas guapo es el de la izquierda, mira qué pose de modelo!
«Pleitos tengas y los ganes», dice la maldición gitana.
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La questión es darle caña al fotógrafo…que si la foto es trucada, que si la escena está preparada, que si el dedito es del mono (da igual que no sepa ni què hacía…).
No creo que haya profesión menos reconocida que esta…
Es la verdad, todo el mundo se cree que sabe hacer fotos, sobre todo si tienes una gran cámara, y por lo tanto una foto bien hecha no es valorada adecuadamente.
Por eso, después de una tímida recomendación de que contraten fotógrafo y no hacen caso, yo no tengo piedad, al que piensa así, le digo, no tengas problemas en hacer las fotos de la comunión de tu sobrino, o la boda de tu hermana, o esa foto familiar para los que ha costado tanto juntaros. Si luego veo las fotos los pongo a caldo.
Es desconocimiento es muy atrevido, sobre todo en fotografía.
Y para los de los móviles, si quieres hacer que dejen de presumir de móvil, solo con decirles que te pasen las fotos de Noche Vieja de hace 3 años ya los dejas fuera de juego.
La cuestión es tan surrealista que no merecería ni ser debatida. Los del PETA (nombre sugerente donde los haya, y que parece indicar la principal ocupación de esta gente a parte de lo de los animales) bien podían ocuparse de proteger a los animales pero de verdad. Sus ecosistemas, sus vidas etc., pero ¿sus derechos de imagen?
¿Y el fotógrafo cobró por el alquiler del equipo al simio? ¿En serio alguien se tomó esto digno de ser judicializado?
Lo bueno es que al final el acuerdo parece hasta justo y todo. Reparto en un tanto % a cada uno. Lo que no es justo es que le haya tocado pagar los gastos del juicio al fotografo.
Una cuestión como esta en España no tendría sentido. Los animales no son personas, ergo no tienen derechos reconocidos, hasta hace poco, que se les respetan vía código penal, la vida y la integridad física. Pero solo a los animales bonitos y a los de compañia. Los lobos, zorros, lirones, musarañas, y (añada cualquier especie de insecto o artrópodo) no. Esos siguen sin tener derechos. Mala suerte de haber preferido carne y no haber elegido ser herbívoro (lobo) o no haber nacido cuqui y bonito (insectos u otros mamíferos salvajes).
El hombre mantiene con el resto de especies la relación más hipocrita de todas las que podría mantener en cualquier otro asunto.
Para los romanos los animales, así como los esclavos, eran propiedades, objetos. Semovientes e indivisibles eso sí…