Fue una de las sorpresas en la pasada edición de Photokina y aunque durante estos últimos cinco meses no se ha vuelto a saber mucho de la Zeiss ZX1 -lo que ha alimentado los argumentos de quienes no acaban de verla como un producto que llegará al mercado- la compacta más peculiar del momento ha vuelto a aparecer.

Fotos: Gabriela Nakayoshi para Photolari

Ha sido en la feria CP+ de Yokohama aunque, eso sí, bajo una vitrina y sin nuevos datos sobre los planes de Zeiss en lo que respecta a su puesta y el precio que tendrá una cámara que no será precisamente barata. Teniendo en cuenta que la Sony RX1R II -lo más parecido a una competidora para esta cámara- anda sobre los 4000 euros, cualquier cifra por debajo de los 5000 euros sería casi una buena noticia.

A falta de datos, dos cosas parecen claras: la cámara tiene un tamaño y volumen considerable, y esa conexión USB-C al descubierto no invita a pensar en un cuerpo sellado.

¿Se trata de una estrategia de Zeiss para aumentar la expectación ante su vuelta al mercado de cámaras o es que sencillamente todavía no se sabe ni el cuándo ni el cuánto de esta cámara?

No sería de extrañar teniendo en cuenta la singularidad de una compacta que más allá del sensor de formato completo de 37 megapíxeles -ese casi es su detalle más convencional- luce una enorme pantalla de 4,3 pulgadas, una memoria internad de más de 500 GB y, atención, integrada Adoble Lightroom para editar las fotos en la propia cámara.

¿Llegará a los escaparates esta locura de Zeiss? ¿Hay mercado para una compacta de 5000 euros que no sea de Leica? Demasiadas preguntas pendientes para las que seguimos sin tener respuestas después de este encuentro en la feria CP+.

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