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Normalmente la pregunta sobre qué cámara llevarse de vacaciones parte de un error: sólo tenemos una, así que no hay mucha duda posible. Además a estas alturas todos sabemos que la óptica es tan o más importante que la cámara, así que centrémonos en eso

En estas estaba hace unas semanas, preparando una breve escapada navideña a Tel Aviv y Jerusalén. ¿Qué cámara me llevo? ¿Mochila grande bien surtida o en plan vago con una compacta potente tipo la Panasonic FZ1000 que se vino de paseo a Buenos Aires hace unas semanas?

Era una muy buena opción pero aprovechando que andaba por aquí una Fujifilm X-T1 daba un poco de cosa no llevársela. Más difícil fue decidir las ópticas, porque por mucho que nos guste el postureo de las ópticas fijas, un buen zoom resulta práctico y cómodo a la hora de viajar.

Pese a ello, al final ganó la opción del 23 mm f1.4. Es decir, un 35 milímetros de toda la vida que aunque no iba solo en la bolsa (también viajaban una Sony RX100 para llevar en el bolsillo y una videocámara Canon Legria Mini X para los vídeos de La Gulateca) utilicé en el 99% de las fotos.

Puede parecer una tontería pero acostumbrado a ir siempre con demasiado mucho material encima dejar todo reducido a un 35 milímetros ha sido una experiencia bastante curiosa. Algo así como dejar a un lado la maleta grande -y yo soy de hacer maleta muy grande- e ir sólo con una mochila.

Es verdad que si el 35 milímetros es «la focal» será por algo. Lo mismo te apaña un plano general con cierto toque angular que te resuelve un retrato llegado el caso. ¿Pero y lo que ocurre un poco más lejos? ¿Y si la foto de tu vida está en la acera de enfrente y no llego por hacerme el guay de ir sólo con esta óptica?

Todas esas dudas te entran el primer día cuando en medio de Carmel Market empiezas a ver fotos demasiado lejos para llegar. Y, claro, mientras cuentas las que se te han escapado no te fijas en las que están ocurriendo delante de tus morros. Un drama fotográfico. Por suerte la adicción al zoom pasa con bastante rapidez. Tan pronto como recuerdas que se ha quedado en Barcelona y que hay que apañarse con ese 35 milímetros para intentar volver a casa con alguna foto decente.

Los zoom han creado una generación de fotógrafos vagos solían repetir los clásicos. Y puede que tuvieran algo de razón porque una vez que cambias el chip empiezas a trabajar de forma diferente. No sólo te acercas más y aprendes a descartar aquello que ocurre demasiado lejos y a lo que no hay forma de llegar , sino que también ejercitas eso de encuadrar antes siquiera de acercarte la cámara a la cara.

Es verdad que suena a todos esos topicazos que alguna hemos repetido, pero resulta que algunos eran verdad y todo. ¿Se hacen mejores fotos? Evidentemente no. ¿Piensas más las fotos? Posiblemente tampoco, porque si no lo hacías antes a eso no hay cámara ni óptica que pueda ayudarte. Pero sí implica una manera diferente de moverte y disparar que, eso sí, tal vez sea más adecuada para un viaje con espíritu fotográfico que para ir de vacaciones y sacar alguna foto de recuerdo.

En cualquier caso, un ejercicio muy sano y recomendable. De los resultados del experimento, eso sí, ya hablamos otro día.

19 COMENTARIOS

  1. Yo tengo reflex Nikon con dos opticas un 55-105 + un 35mm que van muy bien pero desde que me compre la Panasonic LX 100 con óptica equivalente 24-85 a 1,7-2,8 de viajes no llevo otra porque esta si que no molesta ni ocupa nada y al final me salen las mismas fotos que con la otra

  2. Foto-recuerdo puedes hacer con cualquier focal, también con una fija. Ahí tienes cualquier móvil para confirmarlo. La cuestión es si volverías a repetir la experiencia… y yo creo que sí. Y si querías un poquito más, ¿por qué no usaste la RX100? Ya, claro, no es lo mismo jajajaaa

  3. Ojo en los viajes a zonas muy calurosas con las Sony alpha 6000 – 6300 excelentes cámaras no lo niego pero he perdido de hacer fotos valiosas por recalentamiento y puf hay que dejar enfriar la «castaña» espero q Sony lo remedie porque la serie 6000 es una excelente compañera de viaje.

  4. Pues yo pasé diez días en Bangkok fotografiando y filmando todo lo que se movía y lo que no se movía, con una Canon 980 para foto-raw y una Canon Ixus100 para video-hd. Una colgada al cuello y la otra cogida a la muñeca. Entre las dos cámaras no pesan ni la mitad de la que se quedó en casa, la Canon Sx50Hs. De lo que se trataba era de captar la realidad de la ciudad y guardar el momento justo que me interesaba o podia conseguir. La Canon 980 siempre a 36 mm, me dio todas las opciones que buscaba, con luz sus 15 mpx permiten recortes excelentes y sin luz dispararando a 3200 Iso y 2 mpx capta mejor que el ojo humano, en video se queda en 640×480, por eso fue llevar la ixus 100. No necesito cámaras mas modernas para lo que quiero y me gusta hacer, saludos.

  5. Yo soy uno de esos de postureo de focales fijas. Un 35, un 50 y un 77 mm. Me faltaría un 15 mm. que aspiro poder adquirir algún día, aunque la verdad es que con mi 35 y 77 soy muy feliz. Ocupan poco, pesan poco y, como dice Iker «también ejercitas eso de encuadrar antes siquiera de acercarte la cámara a la cara.»
    Cuando consiga una X100T no necesitaré nada más

  6. Me encanta usar mi 5D con el Zeiss 35mm f2 de enfoque manual. Sin duda el que más uso. Lo uso en reportaje y en trabajos de prensa, que es a lo que me dedico, acompañado a menudo del 50mm f 1.4 también manual, pero normalmente salgo de casa solo con el 35mm. En manifestaciones o situaciones de acción, uso la hiperfocal para solo tener que disparar, algo casi extinto, lo se. Por supuesto tengo ópticas serie L por que el trabajo lo requiere, no las uso en mis viajes ni proyectos personales , simplemente soy mas feliz con las fijas y compongo mejor.

  7. Pues depende de qué tipo de viaje hagas. Yo el que jamás me dejaré en casa es el 10-20 que llevo en la Nikon, y es que me encanta ese gran angular para los paisajes naturales, e incluso el punto de vista en paisajes urbanos me llama mucho la atención. Y los que viajamos a zonas algo más inaccesibles, tiramos también de muchas focales diferentes. Vamos, en mis dos últimos viajes tanto el 18-55 como el 55-200 no han quedado abandonados en en fondo de la mochila.

  8. Yo, que ya tengo una edad (49), llevo treinta y pico años haciendo fotos con infinidad de cámaras y objetivos, buenas, medianas y malas, caras y baratas, superzooms, fijos ……
    Tiempo atrás hacía, principalmente diapositivas color y mi propio blanco y negro.
    Reviso mis antiguas fotos y veo que la inmensa mayoría del blanco y negro está hecho con una reflex Nikon FM2 y un 35 2.0 fijo, y las diapositivas, con una minox y su minotar 35 2,8.

    Y tan feliz

    Hoy, a pesar de otras cámaras y objetivos digitales, la mayor parte de mis fotos, están hechas con una «sencilla» Olympus EPL-5 y el 17 (equivalente a 35 mm) 2.8 de Zuiko.

    Y tan feliz

    Saludos

  9. …llego un poco tarde a este artículo, y tengo que decir si hecho la vista atrás, allá cuando jubile a la Agfa Happy me pase a la reflex, una Zenit 12XP, pasmate lorito, ya ha llovido… y después Canon, y Pentax, y Nikon, y Olympus, y carretes, y digital, y mas objetivos, y mas objetivos, que muy angulares, si un muy teles, que si muy macro, que si muy luminosos, que si muy MF, que si muy AF …

    Al final desde que me hice con la Olympus Pen F, solo uso el 17mm 1.8, es decir un 35. Ya sea urbana de dar una vuelta a ver que hay, de viaje, de vacaciones, de una escapada… a no uso otro. Como el móvil pero con muchas más posibilidades. En ocasiones, me sigue gustando el negativo, me echo también la FM2 con un 17mm, y voy combinando; en otras la que acompaña a la Pen F es una Trip 35…

    Quedando el resto de artefactos solo para cuando el asunto de la foto es algún bicho al que no te puedes acercar, o alguna otra cosa lejana, o cuando voy a ir en el coche o éste va a estar cerca… paso de peso y de trastos, me he vuelto un comodón.

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