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La cámara la hace el fotógrafo, no la cámara. Y el protagonismo le corresponde a la historia, no al autor. Todos estamos de acuerdo con eso y es un tema mil veces repetido, así que tampoco hace falta perder mucho tiempo.

Pese a ello, no podemos pasar por alto que las herramientas que se usan también juegan su papel. Y quien dude de ellos sólo tiene que echar un vistazo a los datos técnicos de la foto elegida como imagen del año 2013 en esta edición de los World Press Photo.

Hay que estar allí, ver la foto, componer y disparar en el momento preciso. Pero igual todo eso no sirve de nada -o el resultado no es el mismo- si la luna es nuestra única fuente de luz y no tenemos una óptica f1.4 y una cámara capaz de trabajar en condiciones a 10.000 ISO.

El caso es que aprovechando que la organización de estos premios también publica la información técnica de muchas de las imágenes seleccionadas (en esta ocasión 42 de las 55 fotografías) se nos ha ocurrido que podría ser interesante recopilar todos esos datos para ver con qué cámaras trabajan algunos de los mejores fotoperiodistas del momento.

Aunque no sería justo ni muy científico -tampoco es lo que se pretende- extrapolar estos números a todo el sector, sí pueden dar una idea interesante de la situación. Por cierto, en el caso de series fotográficas en las que se han usado diferentes cámaras, se ha incluido la más utilizada en las fotos expuestas. Algo que deja fuera a la Olympus E-M5, usada sólo en 5 de las 12 fotos de uno de los reportajes.

Los gráficos dejan bastante claro el panorama general, pero hay algunos puntos que merece la pena destacar a partir de los datos extraídos de la información oficial publicada por World Press Photo. Ahí va algunos:

  • La Canon EOS-1D X es el modelo más usado entre los reporteros premiados. De las 42 fotos de las que se ofrece información, 8 de ellas están realizadas con esta réflex profesional.
  • El dominio de las cámaras de Canon también es evidente. El 58% de las fotografías premiadas -siempre usando como referencia el total de las que ofrecen datos- han sido realizadas con cámaras de esta firma y la EOS-5D Mark II y Mark III ocupan el segundo y tercer puesto detrás de la 1D X.
  • El 86% de los ganadores trabajan con Canon o Nikon (28%). Aunque es de sobra conocido esta especie de bipartidismo en el segmento, no deja de ser llamativa su clarísima permanencia pese a los cambios en el mercado. De hecho, Leica es la segunda marca más usada, dejando al resto en una posición meramente anecdótica.
  • Algo parecido ocurre al comparar las réflex con los nuevos sistemas sin espejo, que representan -sin contar las Leica M- un 3% del total. La Olympus E-M5 usada también en algunas de las fotos de un reportaje se ha quedado fuera por ser el modelo minoritario en ese trabajo. En cualquier caso, las lecturas son libres, así que lo que algunos verán como el principio de un cambio de ciclo otros señalarán como la prueba definitiva de que las réflex siguen siendo intocables. Al menos en esta especialidad
  •  ¿Alguien sigue tirando con película? Pues sí: Danila Tkachenko ha usado una Mamiya 7 para el reportaje «Escape» que le ha valido un primer premio en la categoría de historias. Aunque hay tres cámaras Leica en la lista de ganadores, todas ellas son digitales, incluyendo una Leica S de formato medio.
  • También con cámaras sencillas o ya veteranas se puede, por supuesto, hacer grandes fotos y ganar un World Press Photo. La Canon EOS 1100D, la Nikon D80 y la Sony NEX-5N figuran entre los modelos usados por algunos ganadores.
  • Las compactas de calidad también reclaman su protagonismo. Ahí está la Sony RX1 -compacta de 3.000 euros, eso sí- usada para realizar la mayoría de fotografías que componen el trabajo «Healing Booby» de Peter van Agtmael. Por cierto, este fotógrafo es el que ha usado también la Olympus E-M5 así que además del World Press Photo merece sin duda el de early adopter tecnológico de esta edición.

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