El fotógrafo español César Dezfuli se ha alzado con el primer premio de la décima edición del Taylor Wessing Photographic Portrait Prize, un prestigioso concurso de retratos organizado por National Portrait Gallery de Londres.

El protagonista de este potente retrato es Amadou Sumaila, un joven de 16 años de Mali que fue rescatado a 32 kilómetros de la costa libanesa. El jurado ha destacado la mirada «llamativa e inquietante» del joven que «su pérdida, soledad y determinación ante la adversidad».
Comparte podio con el ganador el galés Abbie Trayler-Smith y la finlandesa Maija Tammi, autores respectivamente los retratos de una chica huyendo del Estado Islámico en Mosul y de un androide hiperrealista japonés.

Tammi también también ha obtenido el premio John Kobal New Work Award, que destaca la mejor imagen realizada por fotógrafos menores de 35 años.

Las fotografías ganadoras ha sido seleccionadas entre las más de 5.700 instantáneas presentadas por 2.423 fotógrafos de 66 países diferentes. Por primera vez en la historia de este galardón, se ha permitido participar por vía digital, hasta el momento siempre se había hecho mediante en envío de copias impresas.
Los trabajos galardonados se podrán ver en una exposición la National Portrait Gallery de Londres del 16 de noviembre y hasta el 8 de febrero de 2018. En esta selección de The Guardian se pueden ver otras de las fotografias destacadas por el jurado.
Ya que nadie comenta nada, voy a tirar la primera piedra.
Dice el jurado que destaca la mirada “llamativa e inquietante” del joven que “su pérdida, soledad y determinación ante la adversidad” qué esperaban encontrar, una mirada de ¿jolgorio y diversión? Seguro que al androide le han encontrado una mirada reflexiva.
Sigue pareciendo que las desgracias que sufren muchas personas, son para que algún fotógrafo gane un premio.
Ya en otras ocasiones he mostrado mi desacuerdo con los concursos que premian fotografías sobre las miserias y penalidades de la gente. Voy a contar una pequeña historia. Hace unos años aprovechando un envío de maquinaria a un pequeño país de África, al tiempo se organizo un envío de bicicletas usadas, de las que casi todos tenemos en el trastero, se repararon para que pudieran dar servicio a los niños y no tuvieran que recorrer los varios kilómetros que tenían a pie, para ir a la escuela. También se envió material escolar y películas de dibujos animados. A la vuelta la gente que fue con el envío, contaba que los niños al ver las películas no reaccionaban como estamos acostumbrados por aquí con nuestros niños. La explicación era que en África los leones, los elefantes y demás animales, ni hablan, ni bailan, si acaso te comen o te llevan por delante.
Pues a este muchacho de la foto, que las habrá pasado canutas hasta ser rescatado, y que posiblemente habrá visto morir ahogado a alguno de los que viajaba con él, cuéntale que por aquí tenemos la costumbre de fotografiar todas las penurias que les suceden, y luego nos premiamos entre nosotros. En su lugar, qué pensaríamos. Los de los jurados parece que son capaces de ver más allá. Eso sí, después de su sesuda deliberación, se felicitaran y posiblemente se irán a un buen restaurante a celebrarlo. Pues eso.
¿Te has parado a pensar que ilustrando la miseria se consiguen movilizar conciencias?
Efectivamente, y el mundo se «mueve» de este modo, aleccionando a las masas. Claro, podemos prohibir todo esto, y con todo me refiero incluídas imágenes en TV de guerras y desgracias de toda índole, y así vivir pensando que todo el mundo es chupimegaguay.
Me parece que la palabra prohibir, no está en ninguno de mis comentarios. Creo haber dicho claramente el estar en contra de concursos que premian este tipo de fotos. Fotos que claro deben ser publicadas, pero en otros medios, no en concursos, ahora lo de remover conciencias tengo serias dudas. Porque a ver, como se selecciona la foto ganadora, se colocan en una pared y el jurado va eligiendo las que muestran más sufrimiento, y en las descartadas la persona que sale en ella, según el jurado no ha sufrido lo suficiente, aunque haya sido tomada en similares circunstancias. El retrato premiado forma parte junto con otros de una seria llamada “passengers”, echarle un vistazo, a ver si veis lo mismo que ha visto el jurado. Si hay una foto que denunció todas las calamidades, ya fue publicada, y sí removió conciencias…diez minutos, o ya no nos acordamos de Ailan, el niño que apareció ahogado en una playa de Turquía. Desde entonces que ha cambiado, nada. Siguen llegando pateras, sigue habiendo ahogados y a quien le importan estas personas, a nadie. Quizás debiéramos hacer un examen de conciencia, porque algunas de la calamidades son provocadas por nuestro afán de tener lo último en tecnología, para lo que se necesitan materias primas que no tenemos, y que sí tienen muchos de los países de los que proceden los ocupantes de las pateras. Pero claro es más barato negociar con un dictador, que negociar con un estado de derecho. Creo que se me entiende.
Totalmente de acuerdo.
Ahí estoy de acuerdo. En mi descargo: yo no cambio de material hasta que «casca» el que tengo.
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Digo yo, que luego los ganadores de esta clase de trabajos (los que ganan con fotos de otras personas mas desdichadas)… compartirán parte del «botín» con los modelos.
Yo también estoy en desacuerdo con este tipo de imágenes. A ver si algún abogado de alguna ONG, se le ocurre demandar a los fotógrafos de esta clase de imágenes y les obliga a compartir el premio con los modelos. Ojo!!! luego no vengáis, con que esta clase de imágenes son necesarias para denunciar la situación en la que malviven esta gente… si, serán necesarias, pero no hay que lucrarse con ellas.
El protagonista de la foto tiene un «gran» historia detrás. La foto no tiene nada de nada, un retrato cutre y corriente.
Tolix tiene toda la razón.
Estoy asqueado de ver siempre las mismas imágenes de miseria premiadas.
Que tiene distinto ese retrato de uno que le pueda hacer a mi sobrina? Absolutamente nada.
Se premia siempre la miseria,la desgracia.
Tonterías aquellos que piensan que eso sirve como denuncia y que moviliza a la gente.
El primer mundo vive como vive,a costa del tercero.
Mano de obra, materias primas…
Eso nunca cambiará.
A nosotros nos «la suda» que muera gente. Cuanto antes lo asimilemos, más humanos seremos.
Ojalá no pasase eso, pero en el momento en el que te dicen que un móvil hecho con coltan, si el país africano de turno, cobrase lo que debía se cobrar por ello, y ese móvil nos costase 5 veces más….