Cuando te compras una moto por primera vez no falta el amigo que te explique que hay dos tipos de moteros: el que se ha caído y el que se va a caer. En fotografía ocurre lo mismo, que también hay dos tipos de fotógrafos, el que ya ha jodido una foto y el que la va a joder.

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No es una venganza, ni un juego, ni siquiera un reto viral de internet. Como dice la descripción de la cuenta de Instagram dedicada a estos menesteres @enelputomedio, lo hacemos sin querer’.

Ponerse‘en el puto medio es una idiosincrasia del fotógrafo y por ello ese pequeño gran fastidio lo llevamos mas o menos bien. Hay quien se enfada como si nunca hubiera roto un plato, pero son los menos. Casi todos los fotógrafos somos conscientes de que hemos sido o seremos putomedistas en algún momento de nuestra vida.

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El putomedismo más normal y corriente es la que sucede de forma natural cuando un profesional esta haciendo su trabajo y otro que está detrás levanta la cámara esperando encontrarse la llanura de Alemania y lo que hay es, por supuesto, un remolino de objetivos delante de nuestro blanco fotográfico: putomedismo común.

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También está el caso del fotógrafo que está allí esperando a su presa y resulta que la presa le aparece por detrás: putomedismo involuntario.

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#enelputomedio vía @plasticbernie

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Uno particularmente gracioso es el del fotógrafo que se piensa que la foto se la están haciendo a él y posa. Cosas del ego del fotógrafo. ¿Resultado? Putomedismo egocéntrico.

Y no menos tronchante es aquel que acontece cuando el interfecto que se interpone entre fotógrafo y fotografiado encoge los hombros y agacha la cerviz como si ese descenso de cinco centímetros sirviese para algo: putomedismo encogido.

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Pero sin duda el que no me canso de ver con una sonrisa es aquel en el que el putomedista se revela consciente de su papel y la expresión de su cara, mezcla de sorpresa y perdón. Se convierte en un putomedismo me pide me perdona.

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Y por último está ese compañero que normalmente trabaja solo o al que le importamos una mierda los demás. Ese que dice que su foto es lo primero y que se apañen los otros. No es que lo haga aposta, es que ni siquiera es consciente de que está haciendo algo mal.

Y por eso es doblemente enervante, porque le echas la bronca y no tiene ni idea de que estas hablando: el putomedista ostiable. Bonus: el que se pone en medio porque donde hay confianza da asco: putomedismo amable.

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#enelputomedio vía @guillermonavarrofoto

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Pero si a los compañeros se lo tenemos que perdonar porque esto, a fin de cuentas, son gajes del oficio, tampoco podemos hacer mucho cuando en el medio se ponen cosas o personas por puro azar o fuerza mayor.

Esta el impasible que solo hace su trabajo y ni sabe ni le importa que haya fotógrafos trabajando. Y también el que simplemente es fruto del azar, o al que no le queda otro remedio que hacerlo porque o se pone en el medio o no dejamos de hacer fotos.

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Fuera del elemento humano también encontramos ‘putomedismo’, claro, porque eso de joder fotos no es solo cosa de personas. Esta el típico edificio que se pone en medio cuando pasan los aviones de combate, el balón que se pasea delante del plano en cuanto ve una cámara o el libro que no quería pero que le obligaron.

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No podemos olvidar desde luego el producido por las inocentes criaturas de la naturaleza. En todos los casos, putomedismo gentilmente aceptado por su inevitabilidad y porque discutir con un edificio tampoco es que solucione mucho.

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Pero sin duda el mas odiable, el mas condenable, el liberador de tempestades y causante de no pocas condenas por homicidio con agravantes. El que se pone delante a hacer la foto con el móvil porque, como bien describió la fotografía Ana Ruiz, los fotógrafos estamos de attrezzo: putomedismo hijoputa lo llamamos los fotógrafos.

9 COMENTARIOS

  1. El que se pone delante con el móvil hay veces que no te lo esperas porque está agazapado. Como ejemplo pongo un acto donde todos están sentados y tu, como medio de comunicación, no tienes más coj**es que colocarte al fondo. Durante el acto ves como entre el público se levanta un mano con un móvil para hacer la puta fotito y te jode la grabación (trabajo en vídeo) de la intervención. Son personas que están bien colocadas, en principio, pero alargan la mano sin esperártelo cual animal rastero agazapado.
    Los escoltas también son expertos en ponerse delante y no quitarse por mucho que les digas.

    Un saludo.

  2. Prismatico no sé en qué te basas para lo de “pro”. Yo soy un aficionado como muchos, lo que no impide que pueda estar en los mismos lugares en que los profesionales que cubren uno información en un lugar abierto a todos, como es el caso. “Pro” era el que mete el móvil, si te fijas al final de la grabación se pueden ver las palas del parasol de la cámara profesional que tenía sobre el hombro derecho. Otro error que cometes es en lo del móvil, está filmado con una Nikon 5300 en vertical, porque era el único modo posible entre el resquicio que había.

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