Hace algunos años me encomendaron entrevistar al fotógrafo oficial de un Presidente de Gobierno. Cuando llegué a sus dependencias en el Palacio de la Moncloa, me sorprendió poderosamente la falta de glamour e incluso decencia en el lugar de trabajo de aquel que se encargaba de inmortalizar los pasos del jefe de Gobierno de España.

No era un cubículo, pero casi. Parecía mas un almacén de la gente de informática que el lugar desde donde se practicaba la comunicación visual del ejecutivo. No había ayudantes ni, por supuesto, secretaria.

Para completar la estampa un tanto kafkiana, esta persona ultimaba un envio de fotos a diversos medios de comunicación utilizando su cuenta de Gmail. Ni rastro de un servidor encriptado, una galería con contraseña o siquiera un espacio restringido en la nube.

Un correo de Gmail y una lista de direcciones. El fotógrafo se lo guisaba y se lo comía. Para bien y para mal, él era el máximo y único responsable de que la foto pasase de su cámara a la portada del periódico.

Pete Souza hizo mucho daño al corazoncito fotográfico patrio. Todos queríamos no ser ya como él, sino que nuestro país tuviese un equipo de comunicación política visual que se le acercase.

Eran otros tiempos, pero la esencia de algunas cosas nunca cambia. Porque muchas fotos oficiales siguen llegando por correo, por WeTransfer o, peor aún, por WhatsApp.

No diré que no es funcional, porque mentiría. Pero estaremos de acuerdo en que recibir una foto presidencial en un mensaje que llega al mismo tiempo que un gif de gatitos no deja de tener cierta gracia.

Estamos sumidos en el cutrismo institucional, donde la comunicación la hace igual un mono con una Lomo que un administrativo con un móvil. No es por el móvil ni por la Lomo, es porque ninguno de los dos sabe lo que tiene entre manos.

Y a los de arriba les vale todo. No hay nadie que diga dónde está el límite o que trace una línea que separe lo urgente de lo importante. Porque una cosa es alimentar con presteza las redes sociales y otra distribuir imágenes que no pasarían una mínima criba.

Muchos rodeos para sacar el nombre de la institución, lo sé. Pero es que lo de la Casa Real roza el cachondeo. Solo se nos ocurre aquello de ‘sujétame el cubata’ como detonante de la colección de aberraciones gráficas suministradas día tras día por la Corona en todos y cada uno de los actos oficiales a los que asiste un miembro de la Familia Real.

Fotos torcidas, quemadas o desenfocadas. Hay para todos los gustos, que aquí no presumen de ninguna tara en particular y las abrazan todas.

No es por los fotógrafos, que experiencia, talla y calidad tienen de sobra. Ni por el equipo, que me costa de primera calidad. Así que solo queda, por descarte, un community manager de esos retándole a otro «a que no hay huevos de subir las peores fotos posibles».

Como idea para un vídeo para Youtube es magnífica. Como política de comunicación gráfica institucional de la Casa Real igual no tanto.

Pero en el fondo reconozco que no quiero que cambien. Se ha convertido en un agradable pasatiempo revisar la cuenta de tuiter oficial de la Zarzuela y ver cómo primeras espadas de la fotografía nacional se muerden la lengua para no violar el articulo 491 del Código Penal. Que no están las cosas entre los fotógrafos como para comprar un pasaje a los Emiratos Árabes.

En realidad me consta que somos muchos los que compartimos una teoría que hasta ahora nadie se ha atrevido a verbalizar. La Casa Real está preparando un fotolibro con todas esas imágenes torcidas y quemadas.

38 COMENTARIOS

  1. Eduardo, en el Fotoperodismo el 99,9% de una foto Editorial ya está hecha en la cámara, depende del tiempo que te den para arreglar la foto (yo he tenido clientes que en 30 min. querían las fotos, y había que bajar las fotos al ordenador, seleccionar las mejores, revelar RAW y pasarlas a un USB, simplemente no da tiempo a arreglarlas, hay quien las edita y envía desde un Taxi).

    Lo del criterio técnico es una cosa ya muy trillada, por encima de el está el carácter Documental ó Histórico de la foto.

    Habrá miles de lunáticos capaces de hacer mejores revelados si les das 50 h de Photoshop, en una noticia de actualidad de un canal institucional no tienes ese tiempo.

    Finalmente recordar ese viejo mantra de la Fotografía, o mides a las luces o mides a las sombras, si el sujeto está en sombra ya sabes como va a salir la foto. Es una cuestión de Física.

    • Creo que Eduardo sabe de sobra como va el fotoperiodismo, entre otras cosas porque es fotógrafo de Europa Press, y estoy seguro que envía directo por wifi de la cámara al móvil y del móvil a donde toque. Que no de tiempo a editar es una cosa… Que saques un jpg quemado es otra. Y siempre da tiempo a enderezar una foto o subir/bajar las luces en snapseed o la app que prefieras… Y más los de casa real que no hacen más que ese acto en todo el día y no 10 ruedas de prensa seguidas. 30 minutos es mucho tiempo de envío, en un descanso de un partido de fútbol tienes que enviar toda la primera parte, eso después de haber enviado la foto del gol 2 minutos después de hacerla como mucho. Y en los actos y ruedas de prensa, pues más de lo mismo. Las fotos suelen estar enviadas mucho antes de que acaben de hablar… Y sin quemar, y seguramente recetas.

  2. Conozco ese trabajo de cerca. La presión que sufre el fotógrafo debido a la ignorancia e irrespeto por parte de los organizadores del acto de los criterios mínimos para una comunicación visual cuando menos correcta es el pan nuestro de cada día.
    Que se puede corregir, absolutamente. Pero estas fotos demuestran que esa voluntad no existe y más aún que el equipo de comunicación e imagen institucional tiene un desempeño precarísimo.
    Otra cosa también es conocer las herramientas que se tienen en la mano. Tanta tecnología puntera de 10-20 fps y dizque 13-16 pasos de RD y se hacen fotos quemadas (¿?).
    Que el contraste es extremo en la escena, pues allí entra el criterio del fotoreportero: ¿qué pesa más para el mensaje que se quiere transmitir? porque algo hay que sacrificar.
    Que a fuerza de codazos o falta de espacio se ha caído el horizonte, pues inclina la cámara u ojo avizor durante la edición, pero siempre mejor exponer bien y luego enderezar que al contrario.
    ¿Fuera de foco? pues ráfagas cortas y seguimiento continuo, así no haya ojo o cara reconocible por la IA, siempre hay una zona de contraste donde apuntar. También se prescinde de grandes aperturas en esos momentos, se apela a la subida de ISO y se abraza el grano. Mejor una foto granulada con amplio PdC pero con el punto de interés enfocado que una foto desenfocada pero eso sí inmaculada (noiseless).
    Que el plazo de entrega es perentorio, cierto. Pero un fotoperiodista curtido hace la mayoría del trabajo directo en cámara y resuelve la exposición y composición en el momento del disparo, contando sólo con 10 min o menos para edición y retoque, grabar en pendrive y entrega. Y si lo hizo bien, pues hasta toma un descanso de los plantones de más de 2 horas que a veces toca aguantar.
    Así lo resuelven con quienes he trabajado de primera mano y resultados como los presentados en la cuenta de tuiter mencionada no eran para nada comunes.

  3. El entorno «cutre» que describe el articulista muestra que para las instituciones la otrora profesión de fotógrafo ha fenecido, sólo es un espejismo de lo que fue y ha sido sustituida por una labor informática en la que la imagen es -para ellos- lo mismo que un e-mail. Triste, pero es la cruda realidad y o la aceptas o viene otro, que tengo doscientos aporreando la puerta. Lejos quedan el gabinete fotográfico de la Casa Real Española que dirigía Alberto Schommer y su influencia a nivel profesional y social que les distinguía. Ahora se ha pasado de ser Arzak a repartidor de pizza y como -todo hay que decirlo- nadie está dispuesto a protestar ni cambiar las cosas, pues a tragar, con el trato y consideración que eso supone para el profesional de la fotografía, es decir, ninguno.

  4. Las fotos no están editadas, son los brutos pasados directamente al móvil y subidos mientras se hacen el resto de las fotos. Dos, tres minutos y con cuidado de que no salgan en ese momento por qué la cámara no dispara cuando descarga las fotos al móvil…
    Lo retocar en un taxi o tener tiempo para copiarlas en un pendrive, o descargarlas en un portátil calibrado siquiera, es un lujo que no existe.

  5. A ver, por mucho que las fotos no estén editadas y que haya prisa por enviar el material para su publicación, es vergonzoso el resultado.

    Hoy en día puedes editar desde cualquier dispositivo móvil y, con las cámaras actuales, el problema de rango dinámico se mitiga prácticamente.

    Es que es lamentable que entregue peor material con sus conocimientos y equipos,un profesional, que la madre del colegio que fotografía a la reina en la visita.

    • Pero confundes el propósito.
      Tanto prensa como la madre del colegio buscan una, dos fotos como mucho en la que se vea a los reyes. Ellos tienen que sacar también a todos y cada uno con los que interactuan, por qué el interesado la va a pedir. Y serán esas las que editen y dejen bien. O no…
      no me atreví a sacar el tema la última vez que coincidimos, por qué supuse que están mas que hartos, tal vez la próxima vez les pregunte cómo es que pasa esto…

  6. La verdad es que el resultado me da igual lo que para mi es mal es que malgastemos tanto obturador en hacer fotos a los mismos payasos de chaqueta y corbata (y no hablo solo del Rey). Seguirle el culo al mismo pringao con pintas para hacerle las mismas fotos de rigor debe ser una m***** tremenda.

  7. Salvando las distancias, hace años trabajé como fotógrafo en un gabinete de prensa de una ciudad dormitorio de Madrid. La jefa del gabinete de prensa era la mujer de un diputado del mismo partido que gobernaba en dicha ciudad. No tenía ni la carrera de periodismo, no sabía nada de fotografía y por ende de edición gráfica. Solo quería fotos de los miembros de la corporación «inaugurando pantanos» pero sin sacar a la oposición. Más de una vez nos decía que quitáramos a este o a aquel de la foto, lo que nunca hacíamos. Por supuesto quería las fotos para ayer… y hablo de los tiempos del analógico. Le importaba una mierda la calidad compositiva, estética o técnica. Nunca ponían nuestros nombres en los pies de foto…. y menos mal. No teníamos despacho o local propio y el equipo fotográfico era nuestro, lo del ayto. La cultura fotográfica de este señora (cargo político) era igual a su prepotencia, con el único mérito de ser mujer de….

  8. Pete Souza trabaja en un país donde todavía fotografía significa algo, y donde hay una enorme cultura fotográfica por lo menos en la política. Eso explica lo del Sr Souza a parte su visión, pero uno va con el otro. Eso en los EE.UU se dio mas relevancia con J. F. Kennedy, que desde ahí nació una verdadera imagen política. Ahora lo que dicen en un comentario da igual un mail que una foto, pero no hay disculpas en la época numérica de tener sobre exposición, fuera de foco etc., si es uno profesional aunque la profesión este de capa caída, y mas a este nivel hay que hacer las cosas bien, para uno y para el cliente, de otra manera es abrir la puerta en grande a los que le hacen a la foto con apn, smartphone o lo que sea. Vivo en Francia donde se ve que hay un enorme interés sobre las fotos del presidente y su señora, esto no se inventa es todo un metier, en donde el fotografo o los que quedan a este nivel deben de hacerse respetar, me refiero a su manera de trabajar, con eso tiene la mitad del trabajo resuelto. Ye tenido hace muchos años (50) el trabajo de fotógrafo de un presidente de Mexico, en aquel entonces y en este Pais era difícil pero apasionante chamba. Sin sobreexposición, ni fuera de foco el trabajo debía de ser impecable.

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