Hasta ahora la relación entre fotografía y videojuegos creíamos que se limitaba a la cámara de la Nintendo Game Boy que, ojo, jugó un papel importante en la popularización de la fotografía digital.
Pero resulta que la cosa puede ir más allá. Basta un poco de maña y algo de tiempo libre para demostrar que las cámaras digitales son también un pequeño ordenador y como tal es posible ejecutar juegos sencillos utilizando su pantalla y sus mandos.
Eso es lo que ha hecho Lazy Game Review, un canal de YouTube especializado en el tema y que ha conseguido instalar el mítico Doom en una Kodak de 1998.
Cuesta imaginar algo más retro que este videojuego en una DCS 620 que en aquella época era una de las compactas más potentes y que, según la propia marca, incluso se atrevía a rivalizar en calidad con las primeras réflex digitales, también de Kodak.
Como curiosidad, costaba unos 800 dólares, tenía un sensor de 1,6 megapíxeles, pantalla en color e incluso la modernísima conexión USB. Un auténtico hito tecnológico que más de 20 años después ha demostrado seguir suficientemente en forma como para soportar Doom.
Quienes se animen a probar tienen aquí algunas pistas sobre los pasos a seguir para conseguir instalar juegos y otras aplicaciones en esta cámara. De todos modos, no es un caso único: hace ya años la gente de Magic Lantern -el famoso firmware alternativo para dotar a las réflex digitales de Canon de funciones adicionales- también dejaba la puerta abierta a instalar juegos en la cámara.
No es una DCS 620, esas eran DSLR montadas sobre cuerpos de Nikon F. Las compactas de Kodak eran DC y está en concreto DC260.