Fiel a la tradición, Kodak no ha querido empezar 2019 sin presentar alguno de esos productos un tanto peculiares con los que siempre intenta llamar la atención en la feria CES. Es verdad que la criptomoneda presentada el año pasado -y de la que, por supuesto, no se ha vuelto a saber mucho más- o la cámara Super 8 digital de ediciones anteriores (también seguimos esperándola) dejaron el listón tan alto que lo de este año parece demasiado normal.
Y eso pese a que la nueva gama Smile de Kodak juega bastante bien la baza del diseño y de lo vintage. Sobre todo en el caso de la cámara instantánea Classic Instant Print Digital Camera que, además de un nombre terrible, luce unas líneas de esas que llaman la atención.
Lo que los más optimistas ya han bautizado como la Polaroid SX-70 del siglo XXI -efectivamente, poco tienen que ver una y otra- en realidad no es una cámara instantánea como las de Instax de Fujifilm o la gama clásica e Polaroid, sino que se trata simplemente de una cámara con una impresora sin tinta ZINK integrada.
Además de esta cámara con aires clásicos, la gama Smile también incluye una pequeña impresora portátil y otra cámara instantánea de diseño más sencillo que el citado modelo clásicos.
Por ahora se desconoce el precio de estos nuevos modelos y los planes de Kodak -de la empresa propietaria del nombre y logo de Kodak en este segmento, mejor dicho- para traerlos al mercado europeo.