Llevábamos mucho tiempo pendientes de este documental y de la terrible historia que hay detrás. Unos sucesos que conocimos tarde, como mucha gente. El silencio mediático, la presunta protección de las elites donostiarras y un proceso judicial lamentable escondieron una verdad que era un secreto a voces: Kote Cabezudo utilizó durante décadas su trabajo como fotógrafo para abusar y agredir sexualmente a mujeres jóvenes y niñas que querían iniciarse en el mundo de la moda.

«En el nombre de ellas: el caso Kote Cabezudo» repasa la historia de este fotógrafo, conocido en su momento como «el maestro del blanco y negro” y convertido en una auténtica personalidad en Donostia.

Había libros suyos financiados por el ayuntamiento de San Sebastian, que lo promocionaba constantemente como artista. También ejercía de fotógrafo oficial en “First Models”, la agencia de modelos más importante de la zona.

Además de ser el fotógrafo más famoso de la ciudad era un reputado dentista al que acudía la alta sociedad de Donostia, una clientela de lujo con poder en juzgados, política, policía, empresas y medios de comunicación.

Incluso el abogado de las víctimas no dudó en señalar públicamente a Odón Elorza -alcalde de la ciudad durante muchos años- como protector de Cabezudo. Algo que el político ha negado y que no ha tenido recorrido legal, salvo la demanda presentada por Elorza contra el citado abogado por vulneración del derecho al honor.

En el documental -que finalmente puede verse en Netflix después de que Disney+ diera marcha atrás en el último momento y decidiera no emitirlo- pueden escucharse los testimonios de algunas de las 21 mujeres que acusaron a Cabezudo y vivieron este calvario en primera persona.

Niñas de 13 años

Al drama personal se añadió el papel de la justicia, que tal y como se relata en el documental, desde el principio se posicionó a favor del fotógrafo y cuestionó la veracidad de las versiones de ellas.

La culpa recayó sobre las víctimas no sobre el agresor y no tuvieron la protección que se espera de las instituciones en estos casos. “Cada pregunta nos hizo sentir culpa y vergüenza”, lamenta una de las mujeres.

En el nombre de ellas – Señor Mono

Cabezudo las extorsionaba bajo la amenaza de publicar fotografías en las que aparecían desnudas para poder seguir abusando sexualmente de ellas. En muchos casos hablamos de niñas de entre 13 y 16 años. En las siguientes sesiones -se detalla a lo largo del documental- los abusos iban en aumento llegando en algunos casos a agresiones sexuales y a incluir a otros hombres en esas violaciones.

Fotografías y vídeos a la venta

Muchas de las fotografías eróticas con las que las amenazaba fueron finalmente publicadas en una web del fotógrafo llamada “Koko Archives”. Cada descarga costaba 14,95 euros. Pero su infierno no acabó ahí. Las agresiones sexuales cometidas por Cabezudo y terceros, fueron grabadas en vídeo y posteriormente el fotógrafo vendió esos vídeos a diferentes web pornográficas.

No solo se produjeron abusos en su estudio, gracias a su acceso a “First Models” el fotógrafo supuestamente también proporcionaba chicas a terceras personas para fiestas y eventos de lujo.

“Una estructura de colaboración perfecta” sentencia Mario Díez, el abogado de las víctimas y figura clave en el caso, que no concibe los acontecimientos sin una serie de colaboradores necesarios en los delitos cometidos por Cabezudo.

28 años de prisión

Nueve años después de la primera denuncia y de que la jueza inicial fuera finalmente apartada del caso, empezó el juicio oral en la audiencia provincial de Gipuzkoa. 

Kote Cabezudo fue condenado a 28 años y dos meses de prisión como autor de diferentes delitos de agresión sexual, abuso sexual, elaboración y difusión de pornografía infantil, y estafa. Una sentencia agridulce ya que fue absuelto de otras 217 acusaciones de delitos por no poder probar los hechos denunciados por 10 de las 17 víctimas que participaron en el juicio. Fotograma En el nombre de ellas Netflix

“En el nombre de ellas” es un documental imprescindible que no solo refleja el sufrimiento de las mujeres víctimas de este depredador sexual sino también la hipocresía de gran parte de la sociedad y la relación de abuso de poder que durante mucho tiempo existió entre algunos fotógrafos y mujeres jóvenes que querían formar parte del mundo de la moda.  

4 COMENTARIOS

  1. La foto de este tipo de personas debería estar en carteles como los de «se busca», y dejarse de tonterías. Lo que han sufrido las víctimas sólo lo saben ellas y su circulo más cercano. Estos abusos y violaciones, por desgracia, han ocurrido y seguirán ocurriendo, y los seguirán cometiendo con la ocultación y el beneplácito de personas con cierta influencia en nuestra sociedad. Se necesita menos hipocresía y mayor contundencia.

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